Las urnas juzgan una dura campa?a electoral
Las principales formaciones han fiado sus expectativas a las estrategias electorales
Los partidos cerraron el viernes una de las campa?as m¨¢s abiertas de la reciente historia democr¨¢tica espa?ola. Esta noche, si los resultados no llevan a otra congesti¨®n como la de 2016, se disipar¨¢n todos los interrogantes abiertos, las alianzas, el nuevo mapa pol¨ªtico y el rumbo que tomar¨¢ Espa?a en los pr¨®ximos cuatro a?os. Las principales organizaciones se juegan mucho y han empleado el m¨¢ximo esfuerzo en las ¨²ltimas semanas para tratar de asegurar su supervivencia en un escenario marcado por la fragmentaci¨®n.
PARTIDO POPULAR
El liderazgo y el futuro de la formaci¨®n, en juego
El PP cerr¨® el viernes una campa?a que arranc¨® advirtiendo a sus votantes fugados a Vox y Ciudadanos de que despu¨¦s de las elecciones, si eleg¨ªan a los ¡°tr¨¢nsfugas¡± o a ¡°los vendedores de humo¡± no habr¨ªa ¡°libro de reclamaciones¡± y que termin¨® con el l¨ªder abriendo la puerta a incluir ministros de ambas formaciones en su Gobierno. Del discurso del miedo a pedir, literalmente, que los votantes no tengan miedo ¡°al trifachito¡±, tomando prestada la expresi¨®n con que la izquierda ha bautizado esa triple alianza.
La fragmentaci¨®n en la derecha, que no se produc¨ªa de ese modo desde 1979, ha determinado la campa?a de Pablo Casado de principio a fin. Tanto ¨¦l como sus teloneros han dedicado los m¨¢s de 30 actos de campa?a y m¨¢s de 15.000 kil¨®metros a hablar de su competencia, la que amenaza con darles el peor resultado de su historia. Desde que el PP se llama PP nunca ha bajado de los cien esca?os. Ahora ni los m¨¢s optimistas sue?an con esas cifras. Creen que el voto a Vox es ¡°una inc¨®gnita¡±.
Las elecciones, que el PP pidi¨® insistentemente desde que asumi¨® la presidencia del PP, en julio de 2018, pueden cuestionar el liderazgo de Casado. Su proceso de elaboraci¨®n de listas ¡ªfichando a m¨¢s independientes que nunca para sustituir a veteranos marianistas¡ª ha generado recelos en el partido. En su entorno ya deslizan que sus antecesores, Mariano Rajoy y Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, ganaron a la tercera, y en cualquier caso, con las auton¨®micas y municipales a la vuelta de la esquina, es improbable que el sector cr¨ªtico levante los cuchillos. En privado, algunos dirigentes admiten que sus mejores opciones pasan por replicar la experiencia de las elecciones andaluzas.
PSOE
Reivindicaci¨®n del trabajo hecho y moderaci¨®n
Sin sobresaltos y preocupada por reducir los errores al m¨ªnimo, la campa?a de Pedro S¨¢nchez se ha basado en dos ideas nucleares: reivindicar las pol¨ªticas aprobadas o proyectadas en los 10 meses de su Gobierno y trasladar la idea de que el PSOE es el ¡°¨²nico partido cabal y moderado¡± y con capacidad para evitar que la extrema derecha influya en el pr¨®ximo Ejecutivo. Las apelaciones al voto ¨²til para lograr una ¡°amplia mayor¨ªa parlamentaria¡± han sido la constante, dentro de una estrategia ¡°atrapalotodo¡± en la que, adem¨¢s de movilizar al electorado tradicional progresista tras la lecci¨®n aprendida de las pasadas elecciones andaluzas, se aspira a captar a los abstencionistas y a los votantes de Ciudadanos cr¨ªticos con el veto de Albert Rivera a los socialistas en vez de a Vox. Las referencias a Unidas Podemos, ignorados durante casi toda la campa?a, llegaron al final, y salvo alg¨²n que otro agradecimiento al socio principal fueron para pedir el voto de los descontentos con el partido de Pablo Iglesias y sus confluencias.
Seguros de su victoria, que no se produce en unas generales desde 2008, los socialistas conf¨ªan en que la participaci¨®n supere el 70%. Sostienen que cuanto m¨¢s alta resulte mejor resultado obtendr¨¢n (en las elecciones generales de 2016 fue del 66,5%). Seg¨²n sus estimaciones, congregar¨¢n alrededor del 30% de votos. Los tracking internos y la movilizaci¨®n durante la campa?a han alimentado unas expectativas rebajadas los ¨²ltimos d¨ªas por el temor al voto oculto a Vox. La esperanza del PSOE es que la crecida de la ultraderecha, al ser a costa de PP y Ciudadanos, les reste a la hora de sumar fuerzas en el Congreso.
UNIDAS PODEMOS
El futuro est¨¢ en la aritm¨¦tica parlamentaria
La campa?a de Unidas Podemos se ha conjugado con el verbo sumar. Ganar no es garant¨ªa de gobernar en un tablero electoral de cinco partidos. Pablo Iglesias lo define como la correlaci¨®n de fuerzas. La aritm¨¦tica parlamentaria que determinar¨¢ qu¨¦ bloque gana. Ante este escenario el candidato ha mantenido su objetivo de colocar las propuestas sociales en el centro del debate. A esta l¨ªnea de acci¨®n le ha a?adido un mensaje clave que ha atravesado toda la estrategia de campa?a: los pactos con el PSOE. ¡°Somos la ¨²nica garant¨ªa de que haya un verdadero Gobierno de izquierda¡±, insisti¨®. Estar en el Consejo de Ministros de un posible Ejecutivo liderado por Pedro S¨¢nchez es una exigencia, no una posibilidad.
El equipo de campa?a se marc¨® estas l¨ªneas de acci¨®n desde la vuelta de Iglesias a la pol¨ªtica activa el 23 de marzo. La precampa?a de calentamiento deb¨ªa dar inicio a una carrera electoral en la que Podemos siempre se ha sentido muy c¨®modo. Fue a partir de los dos debates, en el inicio de la segunda semana, cuando todo cambi¨®. Iglesias comenz¨® una nueva campa?a. Se sent¨ªa victorioso tras debatir con el resto de candidatos. Esa adrenalina hizo que se multiplicara su presencia en actos y que dejara el tono conciliador y sosegado para pasar a uno m¨¢s duro. Las encuestas internas de Unidas Podemos le dec¨ªan que hab¨ªa levantado los sondeos que le dejaban en un 13% de intenci¨®n de voto. Vislumbraba la posibilidad de llegar al 16% y ponerle m¨¢s dif¨ªcil al PSOE un pacto con Ciudadanos.
Las encuestas auguran que pueden perder la mitad de su representaci¨®n parlamentaria (71 diputados). Una bajada sustancial que, sin embargo, en un escenario de pactos les permitir¨ªa gobernar con el PSOE. El resultado de la aritm¨¦tica pol¨ªtica determinar¨¢ su futuro.
CIUDADANOS
Ataque frontal a S¨¢nchez y cr¨ªticas a Casado
¡°Una campa?a es un estado de ¨¢nimo¡±, sentencia Fernando de P¨¢ramo, secretario de comunicaci¨®n de Ciudadanos y director de mensaje de la campa?a de Albert Rivera para estas elecciones generales. Si eso es as¨ª, Ciudadanos se ha esforzado en mantenerlo todo lo entusiasta que ha podido: la coyuntura no era f¨¢cil para el partido, obligado a afrontar unas elecciones que no esperaba, en un contexto radicalmente contrario al de hace un a?o, cuando le sonre¨ªan todos los sondeos.
Rivera llega al 28-A despu¨¦s de un importante esfuerzo para no acabar diluido en la competici¨®n electoral m¨¢s fragmentada y polarizada desde la Transici¨®n. El riesgo para un partido centrista de electorado m¨¢s infiel era el de desdibujarse por completo; por eso el partido decidi¨® definirse en uno de los dos bloques ¡ªel de la derecha¡ª con la controvertida decisi¨®n de vetar cualquier acuerdo con el PSOE.
Ciudadanos ha priorizado geogr¨¢ficamente sus feudos: las grandes ciudades de Andaluc¨ªa ¡ªdonde la entrada en el Gobierno andaluz les ha dado un impulso¡ª Comunidad Valenciana, Catalu?a y Madrid, aunque esta vez ha incluido una apuesta ¡ªdiscreta¡ª por la llamada Espa?a vac¨ªa con presencia en las dos Castillas, donde est¨¢ en juego un buen pu?ado de esca?os.
El mensaje del candidato se ha centrado en la cr¨ªtica frontal a S¨¢nchez por su pol¨ªtica territorial con los independentistas catalanes, con un lenguaje de mucha dureza. Al mismo tiempo, ha dejado la puerta entreabierta a pactar con Vox. Sus cr¨ªticas al PP han ido in crescendo, aunque el sorpasso al PP parece muy dif¨ªcil, la inc¨®gnita es cu¨¢l ser¨¢ la distancia entre ambos partidos, y si Rivera aguanta tercero o sufre la amenaza real de Vox.
Vox
Llegar a quienes prefieren un Estado sin autonom¨ªas
Vox se presentar¨¢ hoy como ganador de las elecciones. Tiene motivos para ello. Siendo extraparlamentario, cualquier esca?o que obtenga ser¨¢ un avance. Adem¨¢s, como repite Santiago Abascal, ¨¦l ha puesto sobre la mesa temas que estaban fuera del debate pol¨ªtico. El resto de partidos hablan de Vox y algunos se han escorado hacia sus posiciones.
El objetivo de Vox, seg¨²n fuentes de su direcci¨®n, es llegar al 17,3%. No es un porcentaje casual. Es la proporci¨®n de espa?oles que, seg¨²n el Bar¨®metro del CIS de diciembre de 2018, prefieren tener un Estado con un ¨²nico Gobierno central y sin autonom¨ªas. A ello habr¨ªa que sumar otro 13% que quiere que las comunidades aut¨®nomas tengan menos poder que ahora.
Adem¨¢s del nacionalismo espa?ol, el miedo a la inmigraci¨®n y el antifeminismo, Vox ha intentado captar a otros colectivos: los cazadores, los taurinos, los comerciantes y peque?os empresarios, los due?os de viviendas vac¨ªas (a los que promete el inmediato desalojo de okupas), los polic¨ªas nacionales y guardias civiles (cuya homologaci¨®n de sueldo con las polic¨ªas auton¨®micas respalda), los militares o los nost¨¢lgicos de la dictadura.
Reportaje elaborado con informaci¨®n de Natalia Junquera, Jos¨¦ Marcos, Ana Marcos, Elsa Garc¨ªa de Blas y Miguel Gonz¨¢lez
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