Iceta, el corredor de fondo catal¨¢n
El l¨ªder del PSC, con m¨¢s de 30 a?os de carrera pol¨ªtica, ha defendido el encaje federal de Catalu?a
Hace apenas una semana, valorando los resultados electorales del 28-A, Miquel Iceta, entrevistado por diferentes medios catalanes, aseguraba con rotundidad que no iba a entrar en las quinielas como ministro de un futuro Gobierno de Pedro S¨¢nchez. A?ad¨ªa que su recorrido pol¨ªtico segu¨ªa estando en Catalu?a, donde su meta era llegar a ser presidente de la Generalitat. Igual en ese momento no se le pasaba por la cabeza la posibilidad de ser presidente del Senado al veterano dirigente del PSC (Barcelona, 1960), que ha dedicado m¨¢s de 30 a?os de su vida a la res p¨²blica. Un pol¨ªtico que ha aguantado contra viento y marea los momentos m¨¢s complicados del proceso independentista catal¨¢n, que tuvo que luchar incluso contra la amenaza de desaparici¨®n de su partido en Catalu?a hace cinco a?os, cuando el efecto del proceso soberanista se ceb¨® en el PSC, que perdi¨® miles de afiliados y de cargos.
Salt¨® a la primera l¨ªnea del PSC en 2014 cuando sustituy¨® a Pere Navarro como l¨ªder de los socialistas, aunque su trayectoria hab¨ªa arrancado en 1987, como concejal del Ayuntamiento de Cornell¨¤ de Llobregat, con Jos¨¦ Montilla como alcalde. Fue diputado por Barcelona en el Congreso en la legislatura de 1996 a 1999, y desde entonces su marco pol¨ªtico ha sido el Parlamento catal¨¢n. Hombre fiel al partido y a sus estructuras, Iceta fue portavoz del grupo socialista un largo per¨ªodo y, sobre todo, persona clave en dar forma al Estatut que impuls¨® el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, en 2006.
Diputado con oratoria brillante, muy alejado del estilo bronco y duro, no se suele arredrar ante los ataques y sus r¨¦plicas a menudo no est¨¢n exentas de cierto grado de malignidad. Dentro del partido ¡ªy fuera¡ª a Iceta se le ha tildado de Maquiavelo. Su figura ha tenido detractores que le criticaban por postureo. Y fieles, para los que ha sido clave para mantener la unidad de los socialistas en sus horas m¨¢s bajas. ?l mismo dijo que nunca dejar¨ªa "tirado" al PSC.
Salt¨® de la esfera pol¨ªtica a la social cuando decidi¨® "salir del armario" en 1999, y se convirti¨® en el primer pol¨ªtico que admit¨ªa abiertamente ser gay. Y su imagen volvi¨® a ser muy popular cuando se desat¨® a lo Freddie Mercury con Pedro S¨¢nchez en la campa?a a las generales de 2015.
Fue uno de los impulsores de la Declaraci¨®n de Granada, de 2013, en la que los socialistas abogaban por un dise?o federal de Espa?a que diera un mejor anclaje para Catalu?a. El PSC, en la Declaraci¨®n de Barcelona, de 2017, desarrollaba m¨¢s esa idea y propon¨ªa una reforma de la Constituci¨®n que fuera sometida a un refer¨¦ndum. El futuro presidente del Senado es partidario de esa reforma de la Ley Fundamental y del Estatut para dotar a Catalu?a de una mayor capacidad de autogobierno, as¨ª como del reconocimiento de su singularidad. Sin embargo, esas ideas han permanecido cerradas en el caj¨®n de los olvidos en la reciente campa?a electoral.
En su ¨¦poca como viceprimer secretario del PSC, y cuando estall¨® el proceso independentista, Iceta tuvo que lidiar con las idas y venidas de su partido sobre el "derecho a decidir", que dferenciaba del "derecho a la autodeterminaci¨®n". Luego, en 2015 el PSC se apart¨® totalmente de estos postulados.
M¨¢s adelante, ya en los ¨²ltimos a?os de v¨¦rtigo del proc¨¦s, algunos posicionamientos pol¨ªticos de Iceta provocaron tormentas pol¨ªticas de diferente intensidad. Aunque inicialmente recel¨® de la idoneidad de la aplicaci¨®n del art¨ªculo 155 de la Constituci¨®n, no dud¨® en cerrar filas con Pedro S¨¢nchez cuando este apoy¨® esa medida de excepci¨®n aplicada por el Gobierno de Mariano Rajoy en el oto?o de 2017, tras el refer¨¦ndum ilegal del 1-O.
El l¨ªder socialista catal¨¢n despert¨® los demonios de un amplio sector de la clase pol¨ªtica cuando se pronunci¨® a favor de que los pol¨ªticos catalanes que est¨¢n siendo juzgados por el Tribunal Supremo pudieran ser indultados en caso de que hubiera una sentencia condenatoria. Y m¨¢s pol¨¦mica levant¨® cuando en la precampa?a a las pasadas generales reconoci¨® en una entrevista a un diario vasco que si el 65% de los catalanes estuvieran a favor de la independencia, "la democracia deber¨¢ encontrar un mecanismo para encauzar la situaci¨®n". En los dos casos, la polvareda que levantaron sus palabras acab¨® igual: corrigiendo el tiro para no provocar males mayores en el cuartel general del PSOE y, especialmente, a Pedro S¨¢nchez.
Su posible marcha al Senado abre un agujero importante en el PSC y en el grupo del Parlamento catal¨¢n, sobre todo en un momento en el que la convocatoria de elecciones auton¨®micas se ve m¨¢s cerca que lejos.
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