¡°No hay diferencia de color pol¨ªtico en el despilfarro del dinero p¨²blico¡±
Joan Romero coordina el libro 'Geograf¨ªa del despilfarro en Espa?a' que revela la baja calidad institucional de un pa¨ªs que ha derrochado 80.000 millones de euros en 20 a?os
La calidad institucional de un estado se mide tambi¨¦n por el uso de sus recursos p¨²blicos. En Espa?a, se desperdiciaron en infraestructuras 80.594 millones de euros entre 1996 y 2016; de los cuales 45.911 millones corresponden a la Administraci¨®n central, siendo Catalu?a (9.160 millones), Madrid (7.723 millones) y Valencia (6.022 millones) las autonom¨ªas m¨¢s derrochadoras. Son algunos de los datos recogidos en el estudio Geograf¨ªa del despilfarro en Espa?a que acaba de publicar la Universitat de Val¨¨ncia. No ha sido nada f¨¢cil para el equipo de expertos de varias universidades coordinado por el catedr¨¢tico de Geograf¨ªa Humana de la citada instituci¨®n, Joan Romero, reunir durante tres a?os toda la informaci¨®n. Falta mucha transparencia y buena gobernanza. ¡°Somos un Estado social y de derecho de baja calidad¡±, afirma Romero, de 66 a?os, que distingue entre despilfarro, uso ineficiente de los recursos p¨²blicos, y corrupci¨®n, que puede ser un componente de la primera. Los c¨¢rteles de la obra p¨²blica, una pr¨¢ctica del llamado ¡°capitalismo de amigotes¡±, es uno de los problemas derivados de la falta de controles, sostiene el que fuera alto cargo del Ministerio de Educaci¨®n, consejero de la Generalitat y l¨ªder de los socialistas valencianos hasta que abandon¨® la pol¨ªtica hace 20 a?os para dedicarse a la actividad acad¨¦mica.
Pregunta. Esos 80.000 millones no dejan de ser una estimaci¨®n...
Respuesta. S¨ª, y discreta. Al menos entre 80.000 y 90.000 millones se han gastado de manera inadecuada en Espa?a por diferentes administraciones p¨²blicas desde 1996. Hemos puesto el foco en inversiones p¨²blicas, grandes infraestructuras, autov¨ªas, aeropuertos, ferrocarriles, desaladoras, dep¨®sitos de gas, equipamientos deportivos, culturales¡ Y solo en obras por encima de los 10 millones de euros. Nos ha costado mucho obtener la informaci¨®n fiable, hemos ido ciudad por ciudad.
P. El 4,5% del PIB se ha despilfarrado seg¨²n el informe de 2015 de la Comisi¨®n Nacional del Mercado y de la Competencia.
R. All¨ª se incorporaban despilfarro y corrupci¨®n en una d¨¦cada y media. Fue un buen punto de partida, desde un organismo con un cierto nivel de independencia. Eso es lo que nos hace falta: organismos independientes que velen y controlen la calidad de nuestras instituciones.
P. ?Cu¨¢les son las obras m¨¢s paradigm¨¢ticas de este despilfarro?
R. En la escala estatal, el metro de Barcelona (en el que participan tres administraciones) las radiales de Madrid y el dep¨®sito de gas Castor. Estos tres casos ejemplifican el llamado capitalismo pol¨ªticamente garantizado, el capitalismo de amigotes, el crony capitalism. En la escala regional, equipamientos e infraestructuras que son cajas vac¨ªas. Por cierto, durante m¨¢s de una d¨¦cada se ha puesto el foco en Valencia y Madrid, cuando el proceso es generalizado. Espa?a es una democracia, de acuerdo, pero estos procesos parecen remitir a una corrupci¨®n sist¨¦mica en el campo de las infraestructuras. Mis colegas lo niegan. Tengo mis dudas.
P. ?Hay diferencias en el color pol¨ªtico a la hora de despilfarrar?
- P. R. Hay dos conclusiones claves en este trabajo. Primera: en la ¨²ltima d¨¦cada ha habido cierto inter¨¦s de deslegitimar el Estado auton¨®mico, atribuyendo a las comunidades un mal uso de los recursos. Bien, eso no es sostenible. La administraci¨®n central ha derrochado cantidades astron¨®micas. La segunda conclusi¨®n es que es imposible determinar si una administraci¨®n es de un color o del otro en funci¨®n del uso y del despilfarro que se han hecho de los recursos p¨²blicos. No hay diferencias en el despilfarro, lo cual remite a la cuesti¨®n de fondo, y central. Por encima del ciclo pol¨ªtico y del color, tenemos un grave problema de calidad institucional y de gobernanza. Espa?a es un Estado, social y democr¨¢tico de derecho, dice nuestra Constituci¨®n, pues yo dir¨ªa somos un estado social y democr¨¢tico de baja calidad.
P. ?A qu¨¦ lo atribuye?
R. Miremos los diferentes indicadores o estudios de calidad democr¨¢tica. The Economist sit¨²a a Espa?a en el grupo de democracias plenas, entre los 20 primeros. No lo comparto. No introduce todas las variables. Del que m¨¢s me f¨ªo sigue siendo el del Banco Mundial. Daniel Kaufman [economista que presid¨ªa el instituto del Banco Mundial] dijo que en materia de gobernanza se sit¨²a entre los puestos 40 y 50 del mundo. Creo que estamos cerca de esta clasificaci¨®n. Somos un Estado con much¨ªsimas luces, pero en materia de gobernanza y calidad institucional, tiene sombras muy importantes.
P. ?Cu¨¢les son?
R. La transparencia, la rendici¨®n de cuentas y la coordinaci¨®n entre niveles de administraci¨®n. Somos un Estado cooperativo. Necesitamos mejorar la selecci¨®n de funcionarios p¨²blicos, tener una calidad normativa, m¨¢s independencia del poder judicial y contar con instituciones independientes que trabajan en el control de dinero p¨²blico. Estas sombras nos remiten a dos patolog¨ªas: el riesgo de captura del Estado, la existencia de c¨¢rteles en la obra p¨²blica, que algunos colegas llaman ineficiencia interesada, ese capitalismo de amigotes del que habl¨¢bamos, que se reparten entre unos pocos. Lo cual no significa que estemos en el mismo paquete que Turqu¨ªa, Rusia o M¨¦xico, pero tampoco en el paquete de Alemania o Francia, y no digamos de los pa¨ªses n¨®rdicos. Son sombras f¨¢cilmente subsanables con voluntad pol¨ªtica.
P. ?C¨®mo?
R. El Tribunal Constitucional se ha erosionado mucho por c¨®mo es elegido. La Agencia Estatal de Evaluaci¨®n de Pol¨ªticas P¨²blicas se ha cerrado. Espa?a ha avanzado mucho, pero en esta cuesti¨®n no tanto. Los actores pol¨ªticos se centran m¨¢s en proponer reformas pol¨ªticas concretas, sin abordar la reforma institucional en su conjunto, la calidad del Estado de derecho. Incorporar la transparencia como un elemento fundamental. ?Por qu¨¦ lo ha podido hacer Portugal y nosotros no? ?Cu¨¢ndo vamos a poder saber con claridad cu¨¢ndo se licita una obra y en qu¨¦ condiciones, qui¨¦n constituye la comisi¨®n, si hay sobrecostes¡
P. Los pol¨ªticos pueden alegar que muchas de esas obras ten¨ªan una rentabilidad social
R. Muchas de estas obras est¨¢n muy pegadas al ciclo pol¨ªtico. Y tienen un r¨¢pido retorno en t¨¦rminos de imagen y una rentabilidad inmediata. Tambi¨¦n hay mucha inepcia. La pregunta tambi¨¦n es c¨®mo ha sido posible que se haya gastado tan mal y qu¨¦ se tendr¨ªa que hacer aparta corregirlo. Muchas ineficiencias derivan de la falta de coordinaci¨®n entre niveles de Gobierno. Dos ejemplos: c¨®mo se dise?a el trazado de infraestructuras en el Ministerio de Fomento. Con independencia de quien ha gobernado, Fomento lo dise?a sin tener en cuenta sin escuchar las comunidades aut¨®nomas o las entidades locales. No se tiene en cuenta que vivimos en un Estado compuesto ni el papel de los altos funcionarios. Tengo para m¨ª que para muchos de estos funcionarios el estado de las autonom¨ªas no existe.
P. ?Lo pudo comprobar desde su propia experiencia de Gobierno?
R. S¨ª, ocurre. Muchas decisiones de gran impacto territorial se saben por los peri¨®dicos. Esto es un d¨¦ficit grave de gobernanza. Es un modelo de Estado vertical, no poroso. Se sigue pensando en clave de departamentos estanco. Otro ejemplo es c¨®mo se gestionan los puertos, que toman decisiones que afectan a las ciudades son contar con ellas. Y por cierto, tambi¨¦n es demoledor el informe del tribunal de cuentas de Europa, cofinanciador, sobre el gran n¨²mero de aeropuertos que nunca se ten¨ªa que haberse construido en Espa?a, y mucho antes que el de Castell¨®n.
"La socialdemocracia desborda a los partidos tradicionales"
Joan Romero sali¨® de la pol¨ªtica de manera traum¨¢tica. Era el candidato a la Generalitat en 1999 y secretario general del PSPV-PSOE con una propuesta renovadora, pero dimiti¨® a ra¨ªz de la imposici¨®n de las listas electorales por parte del comit¨¦ nacional socialista. Desde entonces ha dedicado sus esfuerzos a la actividad docente e investigadora, sin perder nunca sus v¨ªnculos con la realidad social y pol¨ªtica y promoviendo plataformas de entendimiento de las fuerzas progresistas.
Hace cinco a?os, escribi¨® un art¨ªculo en defensa de M¨®nica Oltra, la vicepresidenta del Consell en funciones, de Comprom¨ªs, y hace dos meses, firm¨® un manifiesto a favor del socialista Ximo Puig, presidente valenciano en funciones. El catedr¨¢tico de Geograf¨ªa Humana es reclamado por la izquierda valenciana y consultado por sus l¨ªderes. Su nombre ya son¨® para la formaci¨®n del anterior Consell y ahora vuelve a cobrar fuerza. ?D¨®nde se sit¨²a pol¨ªticamente Joan Romero?
"Donde he estado siempre: en la socialdemocracia, ahora adaptada al siglo XXI. La socialdemocracia es la hoja de ruta que mejor favorece la justicia social y ambiental. Y la socialdemocracia no tiene por qu¨¦ estar representada solo por los partidos socialdem¨®cratas. O ?acaso lo que han hecho Ada Colau o Manuela Carmena no es socialdemocracia? La socialdemocracia desborda a los partidos socialistas tradicionales. Siempre ha estado ah¨ª, es la mejor y ¨²nica opci¨®n para m¨ª. La agenda neoliberal ha fracturado nuestras sociedades y a los datos me remito. La socialdemocracia es un concepto plural, a su izquierda ya no hay casi nada. En cambio, a la derecha de los partidos conservadores hay lo que se llama nacionalpopulismo y eso me preocupa mucho. La ¨²nica posibilidad de parar este extremismo es crear una alternativa que contenga el amplio espectro de la socialdemocracia. Porque, si no la hay, los ciudadanos mirar¨¢n en cualquier direcci¨®n".
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