Interior bate r¨¦cords de expulsiones desde los CIE
Dos tercios de los internos en 2018 fueron marroqu¨ªes y argelinos, m¨¢s f¨¢ciles de devolver a sus pa¨ªses. La nueva estrategia ha elevado a un porcentaje r¨¦cord las deportaciones desde los centros
El perfil de los internos de los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) ha cambiado con Pedro S¨¢nchez en el Gobierno. Entre julio y agosto pasados las autoridades dejaron de internar a subsaharianos y dieron prioridad al encierro de marroqu¨ªes y argelinos, que pueden ser expulsados con m¨¢s facilidad gracias a los acuerdos de readmisi¨®n con sus pa¨ªses de origen. El cambio de pol¨ªtica ha elevado la cifra de marroqu¨ªes y argelinos a dos tercios de los 7.855 inmigrantes que pasaron por un CIE en 2018. En 2017 no llegaban a ser la mitad del total de los internos. Las cifras oficiales las recoge el ¨²ltimo informe del Servicio Jesuita al Migrante (SJM), elaborado, en parte, con datos obtenidos por EL PA?S mediante la Ley de Transparencia. El Ministerio del Interior, que ya confirm¨® el cambio de perfil del interno el pasado verano, no ha querido hacer ahora declaraciones sobre el asunto.
La estrategia de dar prioridad al encierro de estas dos nacionalidades, en un a?o en el que se bati¨® un r¨¦cord de entradas irregulares (casi 65.000), se ha traducido en un aumento significativo de las repatriaciones forzosas desde los centros de internamiento. Cerca de seis de cada diez internos fue, efectivamente, expulsado o devuelto a su pa¨ªs de origen el a?o pasado, la cifra m¨¢s alta de los ¨²ltimos nueve a?os. Los CIE se acercar¨ªan as¨ª a la funci¨®n para la que fueron concebidos, ser una medida cautelar previa a la devoluci¨®n o expulsi¨®n de inmigrantes en situaci¨®n irregular.
La nueva pol¨ªtica supone para el SJM evitar el ¡°sufrimiento in¨²til¡± de un colectivo de migrantes, los subsaharianos, que pasaba una media de 26 d¨ªas encerrado en un CIE a pesar de la certeza de que no iba a ser posible devolverlos a sus pa¨ªses de origen. ¡°Esta pr¨¢ctica [de internar subsaharianos] ces¨® en julio o agosto de 2018, lo cual es de alabar, aunque quepa la duda sobre la motivaci¨®n¡±, mantiene el informe. A pesar del aumento de las repatriaciones, a¨²n hubo un 30% de los internos que acab¨® en libertad por la imposibilidad de documentarlos.
En una segunda lectura, la organizaci¨®n denuncia la discriminaci¨®n que supone ahora decretar el internamiento seg¨²n la nacionalidad. A los subsaharianos, ante la evidencia de que su retorno es generalmente inviable, se les destina a recursos humanitarios, mientras que un buen porcentaje de marroqu¨ªes y argelinos pasa sus primeras horas en Espa?a en un calabozo para, despu¨¦s, ser devueltos o trasladados a un CIE.
Esta es una denuncia que ya elev¨® el Defensor del Pueblo a las secretar¨ªas de Estado de Seguridad y de Migraciones en julio. En ella se?alaba que las plazas de acogida humanitaria ¡°han de ir destinadas a personas migrantes, con independencia de su nacionalidad, que se encuentren en situaci¨®n de vulnerabilidad¡±.
De la patera al CIE
La llegada en patera a contin¨²a siendo la causa de encierro del 70% de los internos, aunque ha disminuido ligeramente desde 2017 cuando supuso un 80,52%. Ese porcentaje aumenta, una vez m¨¢s, al observar los expedientes de dos nacionalidades. As¨ª el 79% de los marroqu¨ªes y el 92% de los argelinos internados est¨¢n en los CIE por haber entrado irregularmente en Espa?a a bordo de una patera.
Estos datos no reflejan, sin embargo, que se haya trasladado al CIE a la inmensa mayor¨ªa de los marroqu¨ªes y argelinos que entraron de manera irregular en Espa?a en 2018. Al contrario. Seg¨²n los datos del informe apenas un 16,5% de los 13.316 marroqu¨ªes llegados el a?o pasado, la nacionalidad m¨¢s numerosa en el ranking de llegadas, acab¨® en el CIE por un expediente de devoluci¨®n por entrada irregular. Buena parte de ellos, un n¨²mero que el Ministerio del Interior se niega a divulgar, son devueltos en las 72 horas posteriores de su llegada. Otros, una minor¨ªa, solicitan asilo en Ceuta y Melilla, mientras los menores, una cifra que rond¨® los 4.000, pasan a ser tutelados por las comunidades. Otro n¨²mero tambi¨¦n indeterminado queda en libertad en un limbo de irregularidad. En el caso de los argelinos internados tras su entrada irregular, el porcentaje aumenta hasta el 38,43% de los 5.990 que se interceptaron. "Los datos nos muestran que el internamiento tiene un alto componente de azar", denuncia Pep Buades, autor del informe. "Si una medida como esta depende de la suerte, algo no est¨¢ funcionado".
La cifra de internos en 2018, por otro lado, es la m¨¢s baja desde 2009. Entre las causas, m¨¢s all¨¢ de evitar el encierro de subsaharianos, se encuentra el estado de las instalaciones de los CIE: en verano de 2018 se cerr¨® el de Las Palmas y tambi¨¦n se clausuraron m¨®dulos de varios centros.
El SJM considera los CIE una ¡°herramienta de las pol¨ªticas de control de fronteras¡± y demanda que se planteen alternativas al internamiento de personas que acaban de entrar irregularmente en Espa?a mientras se tramita su documentaci¨®n.
R¨¦cord de devoluciones
En 2018, no solo se alcanzaron las cifras m¨¢s altas de repatriaciones forzosas desde los CIE, sino tambi¨¦n desde fuera de ellos. El a?o pasado el n¨²mero de devoluciones, 7.203, alcanz¨® su cifra m¨¢s alta desde 2010. M¨¢s del 83% de ellas fue por entrada irregular en Espa?a, en pateras u otros medios.
Las expulsiones, 4.185, tuvieron un ligero crecimiento respecto a 2017, pero suponen la segunda cifra m¨¢s baja de la serie que comenz¨® en 2009. El 47% de los expedientes de expulsi¨®n ejecutados fueron motivados por la estancia irregular del inmigrante. En el 17,7% se us¨® la expulsi¨®n para sustituir penas de privaci¨®n de libertad superiores a seis a?os.
Encierro de los m¨¢s vulnerables
Un a?o m¨¢s se ha comprobado la llegada a los CIE de personas vulnerables que por ley nunca deber¨ªan pisar un centro de internamiento. El Ministerio del Interior reconoce, seg¨²n el informe, haber detectado a 89 menores encerrados. El n¨²mero es bastante m¨¢s alto que el registrado en 2017 (48) o 2016 (51). Aumenta tambi¨¦n el n¨²mero de solicitantes de asilo en los centros, que creci¨® de los 1.381 solicitantes en 2017 a los 1.776 internos en 2018. Se admitieron a tr¨¢mite 543 solicitudes, un 30,57%, un porcentaje ligeramente m¨¢s alto que en 2017 y bastante m¨¢s elevado que en 2016.
A pesar de las quejas recurrentes de las organizaciones humanitarias, de los abogados de los internos y del Defensor del Pueblo, los problemas observados en estos centros de internamiento se repiten a?o tras a?o. El informe incide en las deficiencias estructurales de los CIE, la identificaci¨®n de menores de edad internados, el trato dispensado a personas con problemas de salud y las trabas para solicitar asilo o acceder a asistencia jur¨ªdica. ¡°A pesar de tantas deficiencias y malas pr¨¢cticas denunciadas por los juzgados de control, el Defensor del Pueblo y las organizaciones sociales, podr¨ªa decirse que en 2018 no se observan grandes cambios en la vida dentro de los CIE¡±, lamenta el documento.
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