Nubes azules: el raro avistamiento en Espa?a de las ¡®bombillas de la atm¨®sfera¡¯ de Siberia

Aparecen al amanecer o al ocaso, tienen un aspecto fantasmag¨®rico y su color oscila entre el blanquecino y el azul el¨¦ctrico. Es un fen¨®meno habitual a lo largo del verano en zonas altas del hemisferio norte, como Escandinavia o Siberia. Pero tambi¨¦n, aunque muy rara vez, se pueden ver en Espa?a.

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Las llamadas nubes noctilucentes o nubes mesosf¨¦ricas polares?suponen "un?espect¨¢culo?casi in¨¦dito" en los cielos de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, asegura?Rub¨¦n del Campo, especialista en nubes y uno de los portavoces de la Agencia Estatal de Meteorolog¨ªa (Aemet).?Del Campo confirma que este misterioso resplandor nocturno pudo verse el pasado fin de semana al amanecer en puntos de la geograf¨ªa de la mitad norte como Pamplona, Zaragoza, La Rioja, Soria, Santander?y?los picos Aneto y?La Maladeta en los?Pirineos, pero tambi¨¦n m¨¢s al sur, en?Madrid?y Extremadura.?

El domingo, la meteor¨®loga de la Aemet en Navarra Maite Huarte envi¨® a Del Campo una foto por WhatsApp que a su vez ella hab¨ªa recibido de un amigo de un amigo. El autor, Adriano Casado, hab¨ªa captado los cielos de Pamplona cubiertos de una extra?a y fina masa gaseosa. Del Campo lo tuvo claro nada m¨¢s verla: "Las identifiqu¨¦ sin ning¨²n g¨¦nero de duda: eran?nubes noctilucentes", afirma. Pero hab¨ªa que comprobar que efectivamente hubieran sido captadas en Pamplona y ese d¨ªa. Recurri¨® al delegado de Aemet en Navarra, Peio Oria, quien certific¨® que era la capital de la comunidad foral y que aquella noche se daban las condiciones para que se produjera este peculiar fen¨®meno. La clave fue un observador de la Aemet en No¨¢in, que tambi¨¦n las hab¨ªa visto de madrugada. "Las hemos dado por buenas", sentencia el experto, al que esta curiosidad meteorol¨®gica le est¨¢ robando horas de sue?o porque a¨²n no ha logrado fotografiarla.

Estas nubes se forman en la mesosfera, a entre 60 y 100 kil¨®metros de altitud, y se observan cerca de las latitudes polares, de ah¨ª que tambi¨¦n sean conocidas como nubes mesosf¨¦ricas polares. El portavoz de la Aemet recuerda que las nubes ¡ªcomo la mayor¨ªa de los fen¨®menos meteorol¨®gicos¡ª?se generan en la capa m¨¢s cercana al suelo, la troposfera, situada entre la superficie de la Tierra y en una franja de entre los 12 y los 15 kil¨®metros. Le sigue la estratosfera, conocida porque alberga la capa de ozono, y la mesosfera, donde se registran las temperaturas m¨¢s bajas de la atm¨®sfera. "Se puede llegar a los 130 o 140 grados bajo cero en verano, que es cuando mas fr¨ªa est¨¢", anota el experto.

La primera vez que se describieron estas nubes fue en 1885 y se concluy¨® que su causa fue la gran erupci¨®n del Krakatoa (Indonesia), que dos a?os antes gener¨® una importante eyecci¨®n de polvo volc¨¢nico a grandes alturas. Despu¨¦s se ha determinado que existen otras fuentes de part¨ªculas, como el polvo de meteorito, necesarias para que a su alrededor se condense el vapor de agua que origina las nubes.

A juicio de Del Campo, pueden recordar a los cirros, las nubes altas t¨ªpicas de color blanquecino, como hebras o plumas, pero tienen una peculiaridad: se observan antes del amanecer o tras el ocaso, "cuando ya se ha oscurecido la parte baja de la atm¨®sfera, pero las capas altas siguen iluminadas por un sol oculto en el horizonte", aclara. Presentan un brillo entre azulado y blanquecino y suelen aparecer a miles de kil¨®metros al norte de Espa?a, en latitudes subpolares ¡ªpa¨ªses como los escandinavos, la regi¨®n de Siberia, o Canad¨¢...¡ª.

Las bombillas de la atm¨®sfera, como tambi¨¦n se las conoce porque se encienden a finales de mayo y se apagan en octubre, se le han escapado al?coordinador de la revista RAM Meteorolog¨ªa, Francisco Mart¨ªn, y eso que fue ¨¦l quien hab¨ªa puesto sobreaviso a Del Campo. Mart¨ªn public¨®?que se hab¨ªa batido el r¨¦cord en un registro de nubes noctilucentes?a m¨¢s baja latitud. Fue el viernes 14 de junio por la ma?ana, cuando Don Davis las fotografi¨® desde el parque nacional de Joshua Tree, en California, a casi la misma latitud que Los ?ngeles, muy al sur para lo que es frecuente. D¨ªas antes, ya se hab¨ªa superado la cota m¨¢s meridional en Albuquerque (Nuevo M¨¦xico). En su art¨ªculo, el meteor¨®logo se preguntaba si, dadas las condiciones atmosf¨¦ricas y de acuerdo al criterio de expertos internacionales, se podr¨ªan llegar a ver en Espa?a esta temporada. As¨ª ha sido.

Los especialistas consultados constatan lo raro del fen¨®meno en Espa?a. Del Campo solo puede citar dos casos de avistamientos documentados: en los veranos de 2009 y de 2010. Mart¨ªn a?ade otros dos, detectados en el Observatorio de Calar Alto (Almer¨ªa), y que los ubic¨®?sobre los Pirineos el 14 y 18 de junio de 2012.?

?Por qu¨¦ se han visto ahora de nuevo en Espa?a? La respuesta no est¨¢ clara. "Lo m¨¢s probable es que hayan sido mas brillantes de lo habitual", apunta Del Campo, que a?ade que, aunque?no es la primera vez que se observan en la Pen¨ªnsula, s¨ª que es la primera que se registran en tantos lugares distintos. El experto opina que se debe a las bombillas de la atm¨®sfera han sido especialmente visibles esta vez y a la generalizaci¨®n de los m¨®viles con c¨¢maras.?

Dudosa influencia de un meteoro

Como no se han producido grandes erupciones volc¨¢nicas estos d¨ªas, los meteor¨®logos apuntan a los meteoros. Josep Mar¨ªa Trigo Rodr¨ªguez, astr¨®nomo y astrof¨ªsico del Instituto de Ciencias del Espacio del CSIC, explica que?la red de investigaci¨®n sobre b¨®lidos y meteoritos registr¨® "al menos un b¨®lido bastante luminoso en la noche del 14 al 15 de junio". "A veces con un ¨²nico evento mete¨®rico, suficientemente masivo como por ejemplo un b¨®lido productor de meteoritos, se podr¨ªa justificar algo as¨ª, pero no parece tan luminoso", indica. "Con la c¨¢mara del Observatori Astron¨°mic del Montsec [en Sant Esteve de la Sarga, Lleida], que registra la atm¨®sfera sobre la mitad norte peninsular, no tenemos ninguna actividad mete¨®rica inusual que justifique la aparici¨®n de esas nubes noctilucentes", a?ade.

"Este a?o, las noctilucentes est¨¢n siendo mejores", sentencia Francisco Mart¨ªn, que subraya que estos fen¨®menos son "raros y misteriosos" y que a¨²n est¨¢n en fase de investigaci¨®n. "Hay muchas dudas sobre su origen y composici¨®n", reconoce este antiguo funcionario de la Aemet, que cita tres factores para explicar los avistamientos sure?os. "Uno es que se producen sobre todo cuando el sol se dirige hacia un m¨ªnimo de actividad y llevamos entre 27 y 29 d¨ªas sin manchas solares", argumenta. El segundo, que nos encontramos en la "plena estaci¨®n" de las nubes?noctilucentes, y un tercer factor es que investigaciones recientes apuntan a que una mayor presencia de metano en la atm¨®sfera, entre otras causas por las emisiones de la agricultura y de la industria, puede estar multiplicando la creaci¨®n de este tipo de nubes.

"Aunque son inocuas, porque no producen lluvias ni efectos en la superficie, son se?ales significativas de que algo est¨¢ ocurriendo en la?mesosfera, bien por efecto solar bien por efecto?antropog¨¦nico a trav¨¦s del calentamiento del planeta", concluye el experto. Del Campo abunda en la mano del hombre.?"El metano es un gas de efecto invernadero entre 20 y 30 veces m¨¢s potente que el di¨®xido de carbono y cuando se oxida genera vapor de agua", recuerda este experto, que considera que sin la acci¨®n del hombre las noctilucentes no ser¨ªan visibles en Espa?a. "Un estudio que indica que las probabilidades de observarlas antes de la revoluci¨®n industrial eran de apenas una vez cada 30, 40 o 50 a?os y ahora ha aumentado a una vez por temporada", apunta.

Ambos expertos hacen hincapi¨¦ en?que de estas nubes "est¨¢ todo por investigar". La NASA cuenta con la misi¨®n Aeronom¨ªa del Hielo en la Mesosfera (AIM, en sus siglas inglesas) dedicada a estudiarlas. "Se sabe muy poco acerca de c¨®mo se forman estas nubes, por qu¨¦ se ven a menor altura o por qu¨¦ se han ido haciendo m¨¢s brillantes y m¨¢s frecuentes. Algunos cient¨ªficos han sugerido que pueden ser el resultado directo del cambio clim¨¢tico inducido por el hombre", apunta la NASA sobre estas formaciones "¨²nicas y esquivas" .

"Nada que ver" con las auroras polares

En Twitter algunos usuarios han compartido sus fotos de las nubes noctilucentes?y las han identificado, por error, con auroras polares. "No tienen nada que ver", replica Del Campo, porque ni son nubes ni del mismo color ni est¨¢n en la misma capa de la atm¨®sfera.

"Para empezar, las auroras no son nubes, no son vapor de agua condensado, sino que son fen¨®menos lum¨ªnicos que aparecen en capas m¨¢s altas de la atm¨®sfera, en la denominada magnetosfera, a 100 y 200 e incluso 1.000 kil¨®metros de altitud", describe el experto. "Se producen grosso modo por la interacci¨®n de las part¨ªculas de la magnetosfera con el viento solar", detalla, para a?adir que, adem¨¢s, son fulguraciones de otro color, entre verdoso y ros¨¢ceo.