Una herramienta olvidada en un motor desencaden¨® la ca¨ªda del F-18 en Torrej¨®n en 2017
Los investigadores no han logrado identificar a qui¨¦n pertenec¨ªa el maneral que destroz¨® la turbina del caza
Una herramienta de 15 cent¨ªmetros, olvidada en el motor derecho, desencaden¨® el accidente que, el 17 de octubre de 2017, nada m¨¢s despegar de la base de Torrej¨®n de Ardoz (Madrid), sufri¨® un caza F-18. Tras casi a?o y medio de trabajo, la Comisi¨®n de Investigaci¨®n T¨¦cnica de Accidentes de Aeronaves Militares (CITAAM) ha concluido su informe sobre el siniestro en el que muri¨® el teniente Fernando P¨¦rez Serrano. La investigaci¨®n constata una cadena de actuaciones contrarias a los procedimientos, pero no aclara qui¨¦n tuvo el fat¨ªdico despiste.
Durante la puesta en marcha del avi¨®n, el mec¨¢nico lanzador, encargado del ¨²ltimo chequeo, advirti¨® un ruido raro en el motor derecho. No fue el ¨²nico. Un piloto que estaba en el hangar tambi¨¦n lo oy¨®. Pero los par¨¢metros del F-18 eran aparentemente normales y a veces, al arrancar el aparato, sus motores hac¨ªan un ruido an¨®malo que desaparec¨ªa al subir revoluciones. El caza empez¨® a rodar hacia la cabecera de la pista y el ruido continu¨®.
Cuando d¨ªas despu¨¦s del accidente se analizaron los restos del aparato, se comprob¨® que los ¨¢labes (paleta curva de una turbom¨¢quina) del rotor del motor derecho estaban destrozados y no por el choque contra el suelo. Dentro del compresor se encontr¨®, partido en dos pedazos, un maneral de acero, una llave con cabezal intercambiable.
Se hizo una encuesta a todos los que hab¨ªan participado en el mantenimiento del aparato desde el vuelo anterior: se les pregunt¨® qu¨¦ trabajos hab¨ªan hecho, qu¨¦ herramientas hab¨ªan usado, si echaban alguna en falta o si sab¨ªan de alg¨²n compa?ero que hubiera extraviado una. Se les garantiz¨® el anonimato para animarles a ser sinceros.
No se sac¨® nada en claro, a pesar de que el 15 de octubre, 48 horas antes del siniestro, el avi¨®n abort¨® una misi¨®n por un fallo en el motor derecho, que oblig¨® a cambiar el generador.
El maneral es utilizado tanto por mec¨¢nicos como por pilotos. En el motor derecho se hallaron tambi¨¦n trozos de cord¨®n verde como el que utilizan los pilotos para sujetar la herramienta al traje antiG (antigravedad), que amortigua el efecto de la aceleraci¨®n.
La comisi¨®n no logr¨® determinar a qui¨¦n pertenec¨ªa el maneral. Solo constat¨® que la unidad no ten¨ªa ning¨²n sistema para controlar las herramientas y recomend¨® que se instaurase.
Con ser grave, la rotura de un motor no ten¨ªa por qu¨¦ haber provocado un accidente fatal si el piloto hubiera aplicado los procedimientos. Pero no lo hizo.
La resistencia de los pilotos espa?oles a saltar
Dos Eurofighters alemanes chocaron en vuelo el pasado lunes. Solo un piloto muri¨®. El otro salv¨® la vida saltando en paraca¨ªdas.
Fernando P¨¦rez no intent¨® saltar, aunque pudo hacerlo. Debi¨® hacerlo. El manual del F-18 se?ala que, si se pierde el control del avi¨®n por debajo de 7.000 pies (2.133 metros), lo indicado es eyectarse. Cuando el avi¨®n empez¨® a caer estaba a 312 pies (95 metros), una altura escasa pero suficiente para que el paraca¨ªdas pueda desplegarse de forma segura.
Los pilotos espa?oles parecen resistirse a una decisi¨®n que supone perder su avi¨®n. No se eyect¨® el capit¨¢n Borja Aybar, que volv¨ªa a Los Llanos (Albacete) tras participar con su Eurofighter en el desfile del 12 de octubre de 2017, cinco d¨ªas antes del accidente de Torrej¨®n.
Quiz¨¢ a ¨¦l no le dio tiempo, pero quien tuvo m¨¢s de 15 minutos fue el comandante ?ngel ?lvarez Raigada, que se estrell¨® con su F-5 intentando aterrizar en Talavera la Real (Badajoz) el 2 noviembre de 2012.
No sigui¨® los pasos recomendados para arrancar el avi¨®n, sino que gan¨® tiempo recurriendo a un atajo reservado para despegues de emergencia. De haber ido con menos prisa, quiz¨¢ habr¨ªa advertido que los par¨¢metros del motor derecho estaban ligeramente por encima del l¨ªmite.
El F-18 inici¨® su carrera de despegue apurando la totalidad de la pista ya que, en contra de lo que dispone el manual, solo puso un motor a m¨¢xima potencia, el izquierdo. Durante la carrera, el teniente tuvo que corregir la tendencia del avi¨®n a girar a un lado. Sorprendentemente, solo al final meti¨® el motor derecho y fue entonces cuando la herramienta, convertida en un proyectil, lo destroz¨® por dentro.
El piloto descart¨® abortar el despegue y se ech¨® al aire con un solo motor. Una maniobra arriesgada, pero no imposible, si se siguen los procedimientos. Pero en vez de iniciar un ascenso suave, elev¨® en exceso el morro. Unos 40 segundos despu¨¦s de despegar, el avi¨®n qued¨® fuera de control y se estrell¨® dentro de la base. ¡°Voy a virar a la derecha porque se est¨¢ cayendo el avi¨®n¡±, fueron sus ¨²ltimas palabras.
?Por qu¨¦ actu¨® as¨ª un piloto que era el n¨²mero uno de su promoci¨®n? Fuentes de su entorno coinciden en que Fernando P¨¦rez, de 26 a?os, ten¨ªa gran proyecci¨®n profesional. Estudi¨® Ingenier¨ªa y, poco antes del accidente, se apunt¨® con su novia a un curso de comercio exterior.
La relaci¨®n con sus jefes se deterior¨® a su regreso de Yibuti, donde estuvo cuatro meses en 2016 como traductor de franc¨¦s para el contingente militar espa?ol. Aunque recibi¨® elogios por su trabajo, ¨¦l pens¨® que designarlo para ese destino, ajeno a su especialidad de piloto, hab¨ªa sido un freno para su carrera.
El 4 de octubre de 2017 fue sancionado por cambiar el turno con un compa?ero en el servicio de alerta sin consultar con el mando. Era una mancha en su expediente. El 10 de octubre, una semana antes del accidente, se neg¨® a realizar un vuelo nocturno alegando estar indispuesto.
La ma?ana fat¨ªdica lleg¨® al F-18 con un cuarto de hora de retraso. A primera hora hab¨ªa tenido que asistir a la reuni¨®n preparatoria de una evaluaci¨®n de la OTAN. Sus conocidos aseguran que ¡°se sent¨ªa presionado¡± y que no pudo prepararse la misi¨®n de ese d¨ªa, que consist¨ªa en un vuelo de reconocimiento sobre Albacete. Quiz¨¢ por ello tuvo tanta premura para despegar y descart¨® abortar el vuelo. Pero esa es otra pregunta que la investigaci¨®n deja sin respuesta.
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