El esc¨¢ndalo que erosion¨® al r¨¦gimen franquista
Hace 50 a?os estallaba el 'caso Matesa', el gran litigio de corrupci¨®n de la dictadura que enfrent¨® a los falangistas con los tecn¨®cratas del Opus Dei en el Gobierno
El 23 de julio de 1969, cuando todo el mundo estaba convulsionado tras la llegada del hombre a la Luna, en Espa?a estallaba el caso Matesa, un esc¨¢ndalo econ¨®mico que impact¨® de lleno en el seno del Gobierno y, para muchos, signific¨® el comienzo del fin de r¨¦gimen franquista. Un d¨ªa antes, adem¨¢s, Franco hab¨ªa designado a Juan Carlos de Borb¨®n como sucesor, con lo que trataba de dar normalidad a una situaci¨®n que chirriaba por el enfrentamiento interno entre los azules, herederos de la Falange que no quer¨ªan perder poder, y los tecn¨®cratas, ligados a la organizaci¨®n cat¨®lica Opus Dei, que hab¨ªan logrado ganarse la confianza de Franco por su participaci¨®n en el Plan de Estabilizaci¨®n de 1959 y los planes de desarrollo que hab¨ªan permitido la recuperaci¨®n econ¨®mica.
El caso estall¨® cuando V¨ªctor Castro Sanmart¨ªn, director general de Aduanas, present¨® una denuncia contra Matesa, acr¨®nimo de Maquinaria Textil del Norte SA, ante el Tribunal de Delitos Monetarios. La sociedad arrastraba una deuda de 10.000 millones de pesetas (unos 1.400 millones de euros de hoy teniendo en cuenta la inflaci¨®n) con el Banco de Cr¨¦dito Industrial (BCI) en pr¨¦stamos que hab¨ªa recibido para financiar la exportaci¨®n de telares sin lanzadera que luego result¨® un fiasco. El organismo intervino la empresa, los cr¨¦ditos quedaron congelados y el principal accionista, Juan Vil¨¢ Reyes, representante de la burgues¨ªa barcelonesa, muy locuaz, conocido por ser el presidente del R.C.D. Espa?ol (entonces en castellano), fue encarcelado.
En realidad, y m¨¢s all¨¢ de las incidencias econ¨®micas y actuaciones delictivas, la verdadera trascendencia del caso fue su repercusi¨®n pol¨ªtica. El dictador, en su l¨ªnea, no le dio mucha importancia en principio; pero la maquinaria de los azules, con Manuel Fraga Iribarne como principal fogonero, no dej¨® de funcionar e hizo que ardiera el sistema. El entonces ministro de Informaci¨®n y Turismo utiliz¨® los medios del Movimiento y, al amparo de la Ley de Prensa de 1966 que ¨¦l mismo hab¨ªa impulsado, permiti¨® tratar el asunto con una libertad que dej¨® sorprendidos incluso a los m¨¢s adeptos al r¨¦gimen.
La firma arrastraba un agujero de 10.000 millones de pesetas con el BCI
Comisi¨®n de investigaci¨®n
Fraga aprovech¨® la vinculaci¨®n de Vil¨¢ Reyes al Opus Dei ¡ªsiempre dir¨ªa que no era miembro¡ª y a los ministros econ¨®micos que pertenec¨ªan a la organizaci¨®n para saltar a la yugular de sus adversarios pol¨ªticos. El proceso tom¨® cuerpo, no obstante, tras un Consejo de Ministros celebrado en A Coru?a el 14 de agosto tras el que se destituy¨® a los responsables del BCI y se orden¨® una comisi¨®n de investigaci¨®n en las Cortes.
Lo que el impetuoso pol¨ªtico no imaginaba es que, meses despu¨¦s (el 29 de octubre de 1969), el caso iba a suponer su salida del Ejecutivo en una maniobra muy a la gallega de Franco, quien tir¨® por la calle del medio y reform¨® de arriba abajo el Gabinete con la sustituci¨®n de 13 de los 18 ministros. ¡°Pagaron los que hab¨ªan sido desleales (los azules) y los que se equivocaron (los tecn¨®cratas)¡±, seg¨²n un observador que vivi¨® los cambios de cerca.
Adem¨¢s de Fraga, que pas¨® a trabajar en Cervezas El ?guila y luego fue enviado de embajador a Londres, fue depurado Jos¨¦ Sol¨ªs Ruiz, La sonrisa del r¨¦gimen, que ocupaba la Secretar¨ªa General del Movimiento. Por parte de los tecn¨®cratas, salieron Faustino Garc¨ªa Monc¨® (Comercio) y Juan Jos¨¦ Espinosa San Mart¨ªn (Hacienda). Tambi¨¦n fue procesado el exministro de Hacienda (1957-1965) y, en aquel momento gobernador del Banco de Espa?a, Mariano Navarro Rubio, que defendi¨® hasta su muerte la trama pol¨ªtica del caso. Por su parte, el informe de las Cortes aport¨® unas conclusiones muy duras para los tres exministros que posteriormente ser¨ªan encausados por negligencia por el Tribunal Supremo.
Fraga encabez¨® el ataque de los azules contra los ministros econ¨®micos
El informe tambi¨¦n sacud¨ªa a Laureano L¨®pez Rod¨®, ministro del Plan de Desarrollo, que no obstante continu¨® de ministro. Adem¨¢s, otros 10 miembros del nuevo Gabinete, llamado ¡°Gobierno monocolor¡±, estar¨ªan relacionados, en mayor o menor medida, con la Obra. Entre ellos, Gregorio L¨®pez Bravo, que pas¨® a Asuntos Exteriores desde Industria, de la que te¨®ricamente depend¨ªa Matesa, y Jos¨¦ Mar¨ªa L¨®pez de Letona (el Gobierno de los L¨®peces). Asimismo, fue nombrado vicepresidente el almirante Luis Carrero Blanco, que defend¨ªa a los tecn¨®cratas y que catalog¨® el caso como uno de los ¡°cuatro problemas pol¨ªticos que si no se resuelven en su conjunto con urgencia podr¨ªan erosionar nuestro r¨¦gimen¡±.
El esc¨¢ndalo, en efecto, hab¨ªa erosionado el r¨¦gimen. Matesa hab¨ªa sido fundada en 1956 y hab¨ªa logrado una aureola que permiti¨® que en abril de 1969 el Gobierno le concediera la carta de exportador de primera categor¨ªa. Quiz¨¢ fue esa la espoleta que la hizo estallar. Su ¨¦xito radicaba en que fabricaba y exportaba un telar sin lanzadera llamado Iwer, cuya patente hab¨ªa adquirido en 1957 a la francesa Ancet-Fayolle. Seg¨²n se acus¨®, los telares eran vendidos a sus muchas filiales en el exterior y se almacenaban en lugares rec¨®nditos, mientras se beneficiaba de los cr¨¦ditos a la exportaci¨®n y desgravaciones fiscales del 11%.
Todo era ficticio. Y tras la visita a Espa?a del ministro argentino de Industria se descubri¨® el pastel: solo se hab¨ªan vendido 120 de los 1.500 telares que te¨®ricamente se hab¨ªan enviado a Argentina. Vil¨¢ Reyes recibi¨® en mayo de 1970 una multa de 21 millones de pesetas por evasi¨®n probada de 103,5 millones; otra de 1.658 millones y tres a?os de prisi¨®n.?
Pero Vil¨¢ Reyes no fue el ¨²nico damnificado. Tambi¨¦n fueron procesados sus colaboradores m¨¢s inmediatos y muchos de los responsables del BCI, los denominados ¡°hombres honrados¡± que fueron acusados de negligencia o cohechos por agilizar los tr¨¢mites en la concesi¨®n de cr¨¦ditos oficiales.
Franco maniobr¨® y cambi¨® a 13 de los 18 miembros del Gabinete
En virtud del indulto de Franco de septiembre de 1971, concedido antes incluso de la confirmaci¨®n de la sentencia (lo que es contrario a la ley), se le condon¨® el pago y el cumplimiento de una cuarta parte de la pena. En mayo de 1975, la Audiencia de Madrid lo condenar¨ªa por dos delitos de estafa por 8.933 y 590 millones de pesetas, respectivamente, por 417 delitos de falsedad en documento mercantil y cuatro de cohecho activo. Se le impuso una pena de 223 a?os de prisi¨®n y 9.600 millones de pesetas de indemnizaci¨®n. La condena fue confirmada por el Supremo en febrero de 1976; pero no tuvo consecuencias ya que Vil¨¢ Reyes, de cuya defensa se encargaba el hist¨®rico dirigente de la CEDA Jos¨¦ Mar¨ªa Gil Robles, fue indultado por el reci¨¦n proclamado rey Juan Carlos I, saliendo de la c¨¢rcel el 2 de diciembre de 1975, tras seis a?os y medio.
Reacci¨®n de Navarro Rubio
Tambi¨¦n los tres exministros (Navarro Rubio, Espinosa San Mart¨ªn, y Garc¨ªa Monc¨®) quedaron libres por el indulto de Franco y, posteriormente, solo comparecieron como testigos. Este indulto llev¨® a Navarro Rubio a escribir El caso Matesa (Madrid, 1978), ya que consider¨® que no se le hab¨ªa dado opci¨®n a defender su inocencia. Navarro Rubio, que se mostr¨® muy beligerante, escribi¨® en Abc?en 1988 que ¡°jam¨¢s¡± se le comunic¨® nada relacionado con Matesa. ¡°Algo explicable porque no parece que el gobernador del Banco de Espa?a pueda ¡ªy deba¡ª conocer los problemas de todas y cada una de las empresas¡±, dec¨ªa el exministro que hab¨ªa llegado al banco emisor en 1965 tras pasar por Hacienda. Tambi¨¦n defendi¨® que Matesa pod¨ªa decir ¡°con toda la raz¨®n¡± que hasta el momento de la denuncia estaba al corriente de pago de sus pr¨¦stamos y que era una empresa solvente, por lo que a su juicio habr¨ªa podido arreglarse sin la intervenci¨®n decidida en A Coru?a. Asimismo, resalt¨® que Cr¨¦dito y Cauci¨®n, que hab¨ªa asegurado los cr¨¦ditos del BCI, no hab¨ªa puesto problemas.
Navarro Rubio: "Aparece como causa dominante la revancha? de Falange humillada por el Plan de Estabilizaci¨®n hecho por los tecn¨®cratas"
Para Navarro Rubio, ¡°existi¨® un aut¨¦ntico aplauso oficial a los perseguidores de Matesa dando a entender el reconocimiento p¨²blico del Gobierno¡±. ¡°Para m¨ª es obvio que la politizaci¨®n fue la causa que desajust¨® la conducta del Gobierno, las Cortes, los tribunales, la prensa, la calle..., promoviendo un esc¨¢ndalo instigador de falsa factura, tormentoso, de mala especie¡±. A su entender, ¡°aparece como causa dominante la revancha de la Falange humillada por el Plan de Estabilizaci¨®n realizado por sus oponentes tecn¨®cratas¡±. ¡°Se cruzan dos trayectorias, la de los antiguos defensores del nacionalismo aut¨¢rquico de signo falangista y, de otro, la de los nuevos defensores de la apertura de Espa?a¡±, incid¨ªa.
Para algunos analistas, Navarro Rubio estaba llamado a jugar un papel determinante en la Transici¨®n. Otros sostienen que eso es jugar a la ciencia ficci¨®n. ?l mismo sosten¨ªa que ¡°hubiese propugnado una democracia participativa, que siempre he defendido. Hubiese sido otra democracia¡±. ¡°Si el caso Matesa no hubiese transformado tan radicalmente nuestro contexto pol¨ªtico, sin el cambio de tornas y la subsiguiente metamorfosis de la Falange, los acontecimientos estaban llamados a ocurrir de otro modo¡±, conclu¨ªa.
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