Los 50 millones de muertes en los incendios de Gran Canaria

Los incendios que asolaron Gran Canaria el pasado mes de agosto quemaron 10.000 hect¨¢reas de vegetaci¨®n. Fueron los m¨¢s graves padecidos por la isla en los ¨²ltimos 12 a?os, y su virulencia oblig¨® a evacuar a miles de personas. Aunque no se produjeron v¨ªctimas humanas y la afecci¨®n a animales de ganader¨ªa o dom¨¦sticos fue casi nula, s¨ª hubo unas grandes damnificadas: las colmenas. Un millar quedaron arrasadas, y con ellas, aproximadamente 50 millones de abejas.

Seg¨²n la Consejer¨ªa de Sector Primario del Cabildo de Gran Canaria, la producci¨®n media anual de las 11.000 colmenas registradas se sit¨²a en unos 65.000 kilos al a?o. Pero la falta de lluvia y las plagas de los ¨²ltimos ejercicios, circunstancias a las que ahora se suman los incendios del verano, han llevado al l¨ªmite a esta ganader¨ªa, que cuenta con 320 apicultores en la isla.

Entre los perjudicados, Manuel Valido. Sus mieles ecol¨®gicas han obtenido m¨²ltiples premios internacionales, los ¨²ltimos, tres medallas de oro en los Great Taste Awards de 2019 celebrados en el Reino Unido (considerados los Premios ?scar de la miel). En solo tres a?os, su producci¨®n ha entrado en barrena, pasando de los 1.500 kilos de 2016 a los solo 300 de este a?o. Los incendios acabaron con 15 de sus colmenas en Cazadores, en el municipio de Telde. ¡°Manolo, se perdieron¡±, le comunic¨® su hermano por tel¨¦fono la noche del incendio mientras ¨¦l disfrutaba de unos d¨ªas de vacaciones fuera de la isla. Estuvo 24 horas sin poder hablar. ¡°Son 10 a?os de trabajo y selecci¨®n de las mejores abejas madre de la raza negra canaria. Ten¨ªamos 11 para reproducirse, las mejores¡±, se?ala apesadumbrado.

El apicultor que mayor n¨²mero de colmenas perdi¨® en los incendios, 430, fue Eulogio Mendoza, las que ten¨ªa emplazadas entre los municipios de Tejeda y Artenara. ¡°Fue una cosa tan bestial que lo desintegr¨® todo¡±, explica. Las colmenas se convirtieron en la tumba de las abejas porque al percibir un peligro, todas regresan a ella para proteger a la reina. ¡°Fueron directas al infierno¡±, especifica. Las altas temperaturas del fuego hicieron que la cera de las colmenas se calentase y empezase a derretirse como una vela, y ¡°aquello fue una bomba, las cajas de madera ardieron en dos minutos. Se achicharraron todas dentro¡±, a?ade. El paisaje que encontr¨® al ir a comprobar los efectos del incendio fue desolador: solo quedaban restos derretidos de las tapas de metal galvanizado (en algunos casos ni eso) y hasta las piedras que se colocan encima de ellas para evitar que el viento las vuele estaban estalladas.

?Otras 1.000 colmenas en peligro

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Ni siquiera el fin de los incendios ha acabado con los problemas para la apicultura de la isla que estos provocaron. En los bordes del per¨ªmetro de la zona incendiada, la supervivencia de otras mil colmenas est¨¢ en peligro por la falta de alimento. Estos insectos recorren hasta dos kil¨®metros en busca de comida, y ahora, parte de ese territorio lim¨ªtrofe es pura ceniza. ¡°Es una terrible pena porque hab¨ªamos hecho un gran trabajo, avanzando para crecer en una relaci¨®n econ¨®mica importante¡±, dice el consejero del Sector Primario de la corporaci¨®n insular, Miguel Hidalgo. Indica que, para poner remedio, y al margen de las ayudas econ¨®micas que los afectados puedan recibir por las p¨¦rdidas del incendio, el Cabildo insular ha puesto en marcha un ¡°plan de choque¡± dotado con 80.000 euros que se emplear¨¢n en entregar a cada ganadero afectado una abeja reina, tres cuadros o panales de abejas obreras, alimentaci¨®n (compuesta normalmente de jarabes o tortas proteicas) y cera. Y los importes de los premios de la Cata Oficial de Mieles de la isla se cuadruplicar¨¢n hasta llegar los 2.000 euros. Todo, para intentar recuperar la producci¨®n.

Las estimaciones apuntan a que en un plazo de entre uno y dos a?os se podr¨ªa alcanzar el mismo n¨²mero de colmenas perdidas. Sin embargo, llegar a los niveles de producci¨®n anteriores al incendio llevar¨¢ m¨¢s tiempo, porque aunque las abejas se recuperen, los arbustos de la flora aut¨®ctona ¡ªde la que depende la mayor¨ªa de productores¡ª tardar¨¢n al menos cinco a?os en florecer.

En la Asociaci¨®n de Apicultores de Gran Canaria (Apigranca), lamentan que el fuego haya acabado con la riqueza gen¨¦tica de la abeja negra canaria y que haya afectado a un sector de gran tradici¨®n al que se dedican eminentemente peque?os apicultores como actividad complementaria. ¡°Muchos no solo han perdido las colmenas sino tambi¨¦n las salas de extracci¨®n y la maquinaria agr¨ªcola¡±, remarca el presidente de esta asociaci¨®n, Paco Hern¨¢ndez, quien, en cualquier caso, manifiesta su satisfacci¨®n por las ayudas que van a recibir. Aprovecha para hacer hincapi¨¦ en el poco inter¨¦s de la opini¨®n p¨²blica ante los efectos que sobre su sector ha tenido el fuego: ¡°Somos unos grandes desconocidos. Si alguien contempla a una oveja sufriendo, le da sentimiento de pena; en una colmena, solo ve una caja de madera¡±.