El sue?o de Sefarad toca a su fin en Tierra Santa
El examen de lengua y la necesidad de viajar a Espa?a han dificultado el acceso a la nacionalidad a los sefard¨ªes de Israel
![Marco Mac¨ªas, jud¨ªo que ha residido en Venezuela e Israel, presta juramento en presencia del embajador Fernando Carderera.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/Y52VGITQ6U4ZMJJ2BONYCZIGUM.jpg?auth=7f472dbceecea31be512aa5f923255286a98ef7ac795099cd07b8cd6589caa63&width=414)
¡°Cuando aterric¨¦ en Toledo sent¨ª algo m¨¢gico¡±, evoca Beni Levi, israel¨ª de Petaj Tikva, en la periferia de Tel Aviv, al echar la vista 25 a?os atr¨¢s. En su flamante pasaporte figura como segundo apellido Var¨®n, procedente de su abuela materna, que solo concibi¨® hijas. La ley de los sefard¨ªes le ha permitido hacerse espa?ol sin tener que renunciar a su ciudadan¨ªa de origen ni residir en Espa?a. Fue de los primeros en presentar su solicitud tan pronto como entr¨® en vigor la ley, hace casi cuatro a?os.
¡°Hasta que cumpl¨ª cinco a?os solo hablaba ladino¡±, refiere Levi. ¡°Vot¨¦ a distancia por [Albert] Rivera", explica. ¡°He seguido la serie de televisi¨®n Isabel, y la reina [que expuls¨® a los jud¨ªos] no era mala persona, solo una espa?ola leal¡±.
Este agente de viajes de 54 a?os confiesa que desconoce la procedencia de su apellido (¡°podr¨ªa ser de Toledo o Galicia¡±, aventura), pero se siente m¨¢s espa?ol que una paella. ¡°Lo viv¨ª como una segunda Inquisici¨®n¡±, relata su experiencia con los tr¨¢mites de la ley, ¡°pero le puse tanto empe?o que super¨¦ todas las pruebas¡±. Tras explayarse sobre la grandeza de Espa?a, concluye: ¡°Mi sue?o es conocer a Felipe VI para decirle gracias¡±.
Hasta el pasado 31 de agosto, 789 sefard¨ªes israel¨ªes como Levi hab¨ªan obtenido la nacionalidad espa?ola y otras 2.556 solicitudes est¨¢n en tr¨¢mite en el Ministerio de Justicia. No se sabe cu¨¢l ser¨¢ la cifra definitiva, pero quedar¨¢ lejos de los cientos de miles de posibles beneficiarios de los que habl¨® en 2015 el entonces presidente de la Uni¨®n Sefard¨ª Mundial, Jos¨¦ Benarroch.
¡°Para algunas personas, el precio de un viaje a Espa?a supone un desembolso considerable¡±, argumenta. En opini¨®n de Benarroch, algunos requisitos de la ley, como un acta emitida en Espa?a por un notario, han sido un obst¨¢culo insalvable para muchos. ¡°Ser descendiente de jud¨ªos expulsados no implica que puedas superar un examen de espa?ol¡±, a?ade, en alusi¨®n a la exigencia de que los solicitantes de entre 18 y 70 a?os deban superar una prueba de lengua espa?ola de nivel b¨¢sico dise?ada por el Instituto Cervantes.
¡°La mayor¨ªa de los inscritos gracias a esta ley son menores que no saben la lengua, ni conocen la cultura¡¡±, reconoce Sof¨ªa Ruiz del ?rbol, c¨®nsul adjunta en Jerusal¨¦n. Desde su consulado se est¨¢n poniendo en marcha clases de espa?ol en parte destinadas a estos nuevos espa?oles que desconocen su lengua.
A pesar de los problemas para aplicarla, hay quien se muestra optimista con los resultados de la ley.¡±Deber¨ªa haber llegado antes, pero mejor tarde que nunca¡±, proclama Abraham Haim, responsable del Consejo de la Comunidad Sefard¨ª de Jerusal¨¦n. ¡°A lo largo de estos siglos los sefard¨ªes no han guardado ning¨²n rencor hacia Espa?a; es m¨¢s, con esta ley, su orgullo de ser espa?oles ha aumentado", destaca. Unos 250 certificados que acreditan el origen sefard¨ª de sus solicitantes han sido emitidos por la entidad que preside desde que la ley entr¨® en vigor.
Seg¨²n Haim, muchos ven la nacionalidad espa?ola como un acto simb¨®lico que les permite cerrar una cuenta pendiente. ¡°Incluso personas de 85 a?os que no tienen intenci¨®n de ir a Espa?a nos han solicitado un certificado de origen sefard¨ª por la ilusi¨®n de ser reconocidos como espa?oles¡±, explica.
As¨ª lo siente tambi¨¦n Shay Rokach, israel¨ª de origen turco, y desde 2015 con nacionalidad espa?ola. ¡°Siempre he sentido Madrid como mi segundo hogar¡±, confiesa. Su especial vinculaci¨®n con Espa?a no entiende de tr¨¢mites. Al frente de una empresa de mercadotecnia dirigida a la comunidad LGTBIQ, Rokach, de 42 a?os, vive a caballo entre Tel Aviv, Barcelona y su adorado Madrid.
Trabajar en estas tres ciudades le ha permitido conocer a artistas y creadores espa?oles invitados a participar en los eventos del desfile del Orgullo Gay de Tel Aviv. Asegura que los tr¨¢mites para conseguir la nacionalidad no le parecieron dif¨ªciles, pues ¨¦l ya hablaba espa?ol. Pero reconoce que tanto su hermano, que reside en Nueva York, como su madre optaron por pedir la nacionalidad portuguesa, cuyos tr¨¢mites no requieren ni viajar a Portugal ni superar una prueba de idioma. Para ¨¦l, no era una opci¨®n ¡°Mi conexi¨®n con los lugares, las gentes¡ Espa?a est¨¢ en mi coraz¨®n¡± afirma.
Como le ocurre a este publicista, los sentimientos seguir¨¢n siendo el principal nexo con la anhelada? Sefarad para la di¨¢spora judeoespa?ola desarraigada desde hace m¨¢s de 500 a?os.
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