La carretera mata m¨¢s en la Espa?a vac¨ªa

Los trabajadores de la maderera Amatex tuvieron hace unos a?os que ayudar a sacar de sus instalaciones un coche que hab¨ªa derrapado en la carretera N-234, a la altura de Cabrejas del Pinar (Soria). No era la primera vez que ocurr¨ªa, y los m¨¢s veteranos de la f¨¢brica a¨²n se entretienen rememorando episodios similares. ¡°Estamos condenados¡±, comenta con resignaci¨®n su director, Javier Yag¨¹e, de 29 a?os. El temor resulta justificado. Pese a la escasa poblaci¨®n de Soria (unas 90.000 personas), en las carreteras de la provincia se dejaron la vida 15 personas en 2018. Seg¨²n ese par¨¢metro, si la provincia tuviese un mill¨®n de habitantes, la cifra de v¨ªctimas mortales ascender¨ªa a 169. Se trata de la ratio m¨¢s alta del pa¨ªs. Morir en un accidente de tr¨¢fico es diez veces m¨¢s probable en Soria que en Madrid. Y el resto de la Espa?a vac¨ªa padece el mismo problema.

Los datos son contundentes. Las provincias menos pobladas registran m¨¢s fallecidos por cada mill¨®n de habitantes, en un ranking encabezado en 2018 por la propia Soria, Huesca, Zamora, ?vila y Cuenca, todas ellas con menos de 300.000 residentes. Por otro lado, las provincias m¨¢s habitadas y con grandes ciudades, como Madrid y Barcelona, registran las tasas m¨¢s bajas, de acuerdo con las cifras de la Direcci¨®n General de Tr¨¢fico (DGT). Un problema m¨¢s de las zonas despobladas de Espa?a.

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Bajando al detalle de la clasificaci¨®n, se observa que el riesgo de morir en la carretera es, por ejemplo, tres veces m¨¢s alto en ?vila y Cuenca que en Barcelona. O 10 veces m¨¢s en Huesca que en Gipuzkoa. O que hay disparidad dentro de una misma comunidad aut¨®noma: la tasa de Ja¨¦n (49 muertes por cada mill¨®n de habitantes), duplica la de M¨¢laga (24).

En Cabrejas del Pinar apenas se ven coches, y los pocos veh¨ªculos que se cruzan hacen sonar el claxon como el m¨¢s efusivo de los saludos. Mientras tres mujeres ataviadas con velo cuidan de sus beb¨¦s a la puerta del Ayuntamiento, Fidel Soria, alcalde independiente desde hace dos d¨¦cadas, se dispone a arrancar su coche. ?l encarna la frustraci¨®n de una localidad que ve c¨®mo los accidentes se suceden a un kil¨®metro de las casas, ante la indiferencia de la Administraci¨®n: ¡°En este pa¨ªs nadie hace nada hasta que no hay una desgracia¡±.

Pero la desgracia ya ha ocurrido: en los ¨²ltimos tres a?os, dos personas han muerto en el tramo de la N-234 que pasa junto a Cabrejas, y los siniestros se cuentan por decenas. El ¨²ltimo, hace menos de un mes. ¡°Se ven frenazos un d¨ªa s¨ª y otro tambi¨¦n¡±, denuncia Soria en su despacho, decorado con la madera de las industrias que han prosperado desde la inauguraci¨®n del pol¨ªgono hace un cuarto de siglo, e impregnan el aire del pueblo de olor a serr¨ªn.

El cruce que da acceso al parque empresarial acumula todo el tr¨¢fico que le falta a Cabrejas, y se ha convertido en una ratonera. Para solucionar el problema, el regidor entreg¨® a la Direcci¨®n General de Carreteras un proyecto para facilitar la maniobra a los m¨¢s de 40 camiones que llegan cada d¨ªa a las industrias por ese punto. Una d¨¦cada despu¨¦s, la obra sigue en un caj¨®n por falta de fondos.

Varios troncos de madera apilados escoltan el punto negro de la que, seg¨²n la ONG de prevenci¨®n de accidentes EuroRAP, es la carretera con mayor siniestralidad de Castilla y Le¨®n. ¡°No hay carriles para desacelerar, ni isletas¡±, se queja Fernando Sotillos, director de una de las plantas que sustentan la econom¨ªa local y han atra¨ªdo una notable inmigraci¨®n magreb¨ª.

El d¨¦ficit de infraestructuras que lastra el desarrollo de las zonas despobladas perjudica la seguridad vial de los conductores. Las provincias que, como Soria, encabezan la lista de mortalidad tienen algo en com¨²n: casi todas las v¨ªas que las atraviesan son carreteras secundarias, donde ocurren tres de cada cuatro siniestros. La N-234 que une Cabrejas del Pinar con el mundo es una de ellas.

Desde hace a?os, la Asociaci¨®n Espa?ola de la Carretera (AEC) denuncia el mal estado de las v¨ªas convencionales: ¡°Hay un problema de inversi¨®n estatal que viene de la crisis¡±, se?ala Elena de la Pe?a, subdirectora general t¨¦cnica de la AEC.

En su estudio Seguridad en carreteras convencionales: un reto prioritario de cara a 2020, la asociaci¨®n lo deja negro sobre blanco.?La falta de conservaci¨®n es la causa clave que, junto a la distracci¨®n, provoca los accidentes de tr¨¢fico. Desde la asociaci¨®n, se admite que a esto se le debe agregar el tr¨¢fico denso (en especial de veh¨ªculos pesados) y el cruce de animales. Soria encarna todos los factores de riesgo.

A la espera de autov¨ªa

Seg¨²n la DGT, uno de cada 66 sorianos ha sufrido alg¨²n accidente de tr¨¢fico en 2018. Y desde el a?o 2000, cerca de 400 han muerto en sus carreteras. ¡°Yo mismo tuve un susto hace unos a?os cuando se me cruz¨® un corzo. No fren¨¦ y di el golpe¡±, relata Juan Antonio Palomar, uno de los portavoces de Soria Ya. Este colectivo, que naci¨® en 2001 para denunciar el abandono institucional de la provincia, ha hecho de las infraestructuras su gran reivindicaci¨®n. Dos d¨¦cadas despu¨¦s, su bandera comparte protagonismo con la bandera nacional en el Consistorio de Cabrejas del Pinar, mientras los lugare?os a¨²n aguardan la finalizaci¨®n de la autov¨ªa que los acercar¨¢ a Valladolid.

Zamora es otra de las provincias con ¨ªndices de siniestralidad en carretera m¨¢s altos, en proporci¨®n a su poblaci¨®n. Hubo 18 v¨ªctimas mortales a lo largo de 2018, seg¨²n datos de la DGT.

Precisamente en la provincia de Zamora perecieron tres personas a ¨²ltima hora de la noche del pasado mi¨¦rcoles, al estrellarse un autom¨®vil contra la parte trasera de un cami¨®n detenido en el arc¨¦n de la Autov¨ªa de la Plata, entre Montamarta y San Cebri¨¢n de Castro. Las v¨ªctimas fueron dos j¨®venes, uno de 21 a?os y el otro de 16, que viajaban en el coche en las plazas del copiloto, el primero, y como pasajero en la parte trasera el m¨¢s joven. El tercer fallecido fue el conductor del cami¨®n, que estaba en el arc¨¦n, en la parte trasera de su veh¨ªculo, cuando fue arrollado por el turismo.