El grito mudo de la Espa?a vac¨ªa
Una veintena de provincias participa en un paro de cinco minutos para pedir m¨¢s atenci¨®n de las Administraciones
La Espa?a vac¨ªa se detuvo este viernes cinco minutos, aunque entre sus quejas est¨¢ que lleva parada mucho m¨¢s. Miles de ciudadanos de al menos 23 provincias de las zonas m¨¢s despobladas del pa¨ªs se sumaron a las concentraciones de silencio convocadas para exigir atenci¨®n de las Administraciones. La iniciativa la hab¨ªa lanzado la Coordinadora de la Espa?a Vaciada, que re¨²ne a 121 organizaciones y que surgi¨® a partir de la marcha a Madrid del pasado 31 de marzo. Una de sus principales reivindicaciones es la urgencia de un pacto de Estado para la repoblaci¨®n. Teruel, El Burgo de Osma (Soria) y Alustante (Guadalajara) son tres de los muchos ejemplos que ilustran los efectos del abandono del medio rural.
TERUEL - Ahora que existe, quiere vivir

El 1 de diciembre de 1999, los espa?oles escucharon por primera vez un grito de supervivencia: ¡°Teruel existe¡±. Conscientes de que nadie pensaba en ellos, los ciudadanos de esta provincia aragonesa de 135.000 habitantes decidieron pensar en s¨ª mismos y, aplicando el principio cartesiano, comenzaron a existir. Han pasado dos d¨¦cadas y la plaza del Torico, en la capital (35.000 vecinos), enmudeci¨® este viernes. Unas 700 personas, seg¨²n la Polic¨ªa Nacional, se concentraron para reclamar que los pol¨ªticos pasen de las palabras a los hechos y hagan cumplir un principio b¨¢sico: ¡°Ser pocos no resta derechos¡±.
Las doce del mediod¨ªa es la hora marcada por el despertador que copa la primera p¨¢gina del peri¨®dico local. En ese momento, Javier Claver, due?o de la cafeter¨ªa Sarto desde hace 42 a?os, sale a la puerta de su negocio para escuchar las campanas de la catedral turolense, que, como las de todo Arag¨®n, tocan a rebato: ¡°Nos tienen olvidados. A ver si tenemos suerte y salen los de Teruel Existe¡±, dice esc¨¦ptico. Toda su familia va a votar a esta plataforma, que el 10 de noviembre concurrir¨¢ por primera vez a unas elecciones generales.
Pero la protesta trasciende a los partidos pol¨ªticos. Seg¨²n la Coordinadora de la Espa?a Vaciada, el 98% de los Ayuntamientos de Teruel se sum¨® a alguna de las alrededor de mil concentraciones a lo largo de la provincia. En la plaza del Torico, tomada por trajes de ejecutivo, batas de m¨¦dico y bastones de jubilado, Andr¨¦s Beltr¨¢n es el ¨²nico que no sabe lo que pasa. Mientras el joven turista colombiano trata de adivinar con una aplicaci¨®n de m¨®vil qu¨¦ canci¨®n ponen por la megafon¨ªa, Pilar L¨®pez se emociona al recordar el pueblo de sus padres. Suena la Ronda de Bolta?a con su himno de la Espa?a vac¨ªa. ¡°Ni en Niuyor, ni mucho menos en Madrid. Aqu¨ª quiero vivir¡±. Ahora que Teruel existe, es el siguiente paso.
EL BURGO DE OSMA - En la ruta del Cid solo campea el pesimismo
Los estudiantes del instituto Santa Catalina salen al recreo en estampida. Engullen sus bocadillos m¨¢s pendientes del fin de semana que del clamor silencioso de la Espa?a vac¨ªa, ya que apenas una veintena de los 360 alumnos se ha acercado a la manifestaci¨®n en la plaza Mayor de El Burgo de Osma. Solo los gritos de ¡°?Soria ya!¡± de unas 200 personas, hartas de sentirse abandonadas, han interrumpido el mutismo.
Mar¨ªa G¨®mez y Laura Sevillano son dos de las participantes en la concentraci¨®n. Con 17 a?os, asumen que su futuro, literal y metaf¨®rico, no viaja por autov¨ªa en la provincia de Soria (89.000 habitantes). La una apunta a Le¨®n; la otra, a Madrid. Sus compa?eros coinciden en que se quedar¨ªan si pudiesen, pero saben que no les queda otra que marcharse de las tierras por donde pas¨® el Cid.
El diagn¨®stico es un¨¢nime entre los mayores del lugar y en el centro de salud: ¡°Los que se van ya no vuelven¡±. A pesar de que El Burgo de Osma, que vive del turismo, cuenta con 5.000 habitantes, toda una metr¨®poli comparada con tantos municipios sorianos abandonados, impera el pesimismo. Bajar de esta cifra reduce las ayudas que reciben, una cat¨¢strofe para el porvenir del municipio.
Amelia Mart¨ªnez, jefa de estudios de los 400 alumnos, y bajando, del colegio Manuel Ruiz Zorrilla, asiste ¡°muy triste¡± a la realidad. ¡°Todo se va terminando¡±, dice, resignada. Los escolares han pintado carteles de ¡°?Soria ya!¡± y emiten su particular queja en el patio. En vano, dice una secretaria: ¡°Nadie nos hace caso¡±.
En la plaza, un ni?o peque?o que juega en un banco imita los c¨¢nticos y grita ¡°?futuro!¡±. A¨²n no sabe que, si no se revierte la din¨¢mica, Soria quiz¨¢ solo tenga pasado. A las 12.05, El Burgo de Osma vuelve a sus quehaceres y en la plaza ya casi no queda nadie. Como en la provincia.
ALUSTANTE - La zona cero de la Siberia espa?ola

¡°Atenci¨®n, se convoca a todos los vecinos de Alustante esta ma?ana de viernes en la plaza del Ayuntamiento¡±. El eco de la megafon¨ªa local pasa con fuerza entre las calles vac¨ªas de este pueblo de la comarca de Molina de Arag¨®n (Guadalajara) con 157 habitantes. Varios ancianos juegan a las cartas en el bar y escuchan la llamada mientras apuran el caf¨¦. Una camarera hace una estimaci¨®n entusiasta: ¡°Ir¨¢ much¨ªsima gente: como unos 50¡±. El paro ha sido un ¨¦xito. En la distancia cotillean tres j¨®venes, los ¨²nicos en la plaza: ¡°Esto [vivir en esa localidad] no lo cambiar¨ªa por nada¡±. No es para menos el lema del municipio: ¡°Alustante, que con pocos hay bastante¡±.

Los vecinos por debajo de los 30 a?os no superan la decena. Muchos vivieron fuera del municipio y, con ansias de dejar el estr¨¦s de las grandes ciudades, han decidido quedarse en la tierra de sus padres. Juan Jos¨¦ de Rueda, de 28 a?os, abandon¨® Valencia hace un a?o y medio, y ahora es concejal independiente en Alustante. Su amigo Jaime Herranz, de 27, dej¨® Zaragoza para montar un negocio online con productos locales. ¡°Te acostumbras a cosas como depender del wifi del pueblo [solo existe una red de Movistar] o que un whatsapp tarde mucho en llegar¡±, dicen ambos entre risas.
Para Diego Sanz, portavoz de La Otra Guadalajara, Alustante refleja todos los problemas de la Espa?a vac¨ªa. Su poblaci¨®n envejece cada d¨ªa m¨¢s, y sin visos de un cambio generacional. Sanz cita el apodo de la comarca: la Siberia espa?ola. Y, tambi¨¦n, el mote del municipio: la zona cero de la despoblaci¨®n. En la comarca residen apenas dos habitantes por kil¨®metro cuadrado (el promedio en el medio rural es de 19). Todos los vecinos coinciden en algo: ¡°Ya es hora de que el Estado nos tome en cuenta¡±.