Lo que queda del franquismo
Leyes a¨²n en vigor, edificios emblem¨¢ticos o pantanos, cad¨¢veres en las cunetas y escaso apego de la izquierda por los simbolos nacionales forman parte del legado de la dictadura
M¨¢s de la mitad de los espa?oles (el 52,5%, seg¨²n datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica) no hab¨ªan nacido cuando muri¨® Franco, y solo saben del dictador por referencias familiares, libros y pel¨ªculas o a trav¨¦s de la escuela. Pero 39 a?os de Guerra Civil y franquismo no pasaron en balde y muchas cosas que nos rodean, m¨¢s de las que sospechamos, proceden de aquella ¨¦poca. Estas son algunas de ellas:
Leyes a¨²n vigentes. ¡°De la ley a la ley, a trav¨¦s de la ley¡±. La frase de Torcuato Fern¨¢ndez-Miranda, profesor de Juan Carlos I y estratega de la Transici¨®n, ilustra c¨®mo se pas¨® de la dictadura a la democracia: gracias a un compromiso entre los tecn¨®cratas menos ideologizados del franquismo y una oposici¨®n que no pudo evitar que el dictador muriera en la cama. No hubo ruptura ni depuraci¨®n del Estado y la democracia hered¨® el aparato policial, judicial o militar de la dictadura, que se renov¨® a lo largo de los a?os por razones puramente biol¨®gicas.
La disposici¨®n derogatoria de la Constituci¨®n es muy breve; solo cita una decena de leyes, aunque a?ade, de manera gen¨¦rica, ¡°asimismo quedan derogadas cuantas disposiciones se opongan a lo establecido¡± en ella. Agust¨ªn Ruiz Robledo, catedr¨¢tico de Derecho Constitucional de la Universidad de Granada, explica que el 90% del ordenamiento jur¨ªdico vigente es posterior a Franco. Aun queda en vigor un 10%, aunque sea reformado. Normas de la ¨¦poca del dictador regulan asuntos tan diversos como la ley hipotecaria (1946), expropiaci¨®n forzosa (1954), energ¨ªa nuclear (1964), secretos oficiales (1968), colegios profesionales (1974) o condecoraciones policiales (1964). ¡°El derecho tiene horror al vac¨ªo y no es raro que pervivan leyes del franquismo cuando tenemos algunas del siglo XIX¡±, alega Ruiz Robledo.
Tras la derrota del fascismo en la II Guerra Mundial, Franco convirti¨® Espa?a en una monarqu¨ªa sin rey. Hasta 1969 no design¨® sucesor y lo hizo en Juan Carlos de Borb¨®n, salt¨¢ndose la legitimidad din¨¢stica, que ostentaba su padre. Por eso, algunos acusaban al anterior Rey de ser heredero de Franco, pero Ruiz Robledo subraya que su legitimidad procede de la Constituci¨®n, con m¨¢s del 90% de s¨ªes en el refer¨¦ndum de 1978. El de Juan Carlos de Borb¨®n es el ¨²nico nombre propio que figura en la Carta Magna y la ley de sucesi¨®n franquista de 1947 una de las que deroga expresamente. En mayo de 1977, don Juan renunci¨® a sus derechos en favor de su hijo, sumando as¨ª la legitimidad din¨¢stica a la democr¨¢tica.
Desapego a los s¨ªmbolos. El himno de Espa?a no tiene letra. Todos los intentos (de Primo de Rivera a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar) por intentar que se cante la Marcha Real han fracasado. El historiador Javier Moreno Luz¨®n (autor de Los colores de la Patria. S¨ªmbolos nacionales en la Espa?a contempor¨¢nea) cree que este himno, del siglo XVIII, ¡°est¨¢ bien como est¨¢¡±, que ¡°ya es tarde para ponerle letra¡± y ¡°ser¨ªa imposible ponernos todos de acuerdo¡±. La falta de letra del himno es un s¨ªntoma de la problem¨¢tica relaci¨®n de parte de la sociedad espa?ola con sus s¨ªmbolos nacionales. ¡°La apropiaci¨®n de esos s¨ªmbolos por parte de la dictadura, aunque sean muy anteriores, dificulta a muchos espa?oles identificarse con ellos¡±, explica Luz¨®n. Y eso a pesar de que la rojigualda fue la bandera de la Primera Rep¨²blica y de que el l¨ªder del PCE, Santiago Carrillo, la asumi¨® al volver del exilio. Pero el problema va m¨¢s all¨¢ de los s¨ªmbolos. Ruiz Robledo considera ¡°una excepci¨®n¡± que la izquierda espa?ola se alinee con los nacionalismos perif¨¦ricos y no con el Estado unitario, que supuestamente garantiza mejor la igualdad, y lo atribuye a una reacci¨®n contra el centralismo de Franco. Incluso la palabra Espa?a se sustituye en muchos discursos por el eufemismo Estado espa?ol.
Arcos de triunfo y poblados. El Valle de los Ca¨ªdos es el m¨¢s megal¨®mano pero no el ¨²nico monumento del franquismo. En el distrito madrile?o de Moncloa est¨¢ el arco de La Victoria, que conmemora el triunfo de Franco en la batalla de la Ciudad Universitaria; y a pocos metros, el Cuartel General del Aire, inspirado en el monasterio de El Escorial. Tambi¨¦n en Madrid, frente al museo de El Prado, se levanta la Casa Sindical (ahora Ministerio de Sanidad), edificio emblem¨¢tico de la arquitectura de aquellos a?os. El arquitecto Jacobo Armero aconseja distinguir la arquitectura franquista de la ¡°arquitectura bajo el franquismo¡±. La primera, a la que pertenecen los ejemplos citados, ¡°buscaba la reafirmaci¨®n del r¨¦gimen¡±; la segunda, atender las necesidades de un pa¨ªs devastado por una guerra civil. El mejor ejemplo de este segundo caso son los 300 ¡°pueblos de colonizaci¨®n¡± que, durante tres d¨¦cadas, se construyeron a lo largo de toda la geograf¨ªa espa?ola. En su dise?o trabajaron j¨®venes arquitectos que llevaron a zonas rurales el estilo racionalista. Su versi¨®n urbana fue el Plan Bigador, que prolong¨® el madrile?o paseo de la Castellana, entonces llamado avenida del General¨ªsimo.
Pantanos y trasvases. La figura de Franco inaugurando un pantano no pod¨ªa faltar en el NO-DO, el documental propagand¨ªstico que se proyectaba obligatoriamente en los cines antes de la pel¨ªcula. Tan familiar era que se convirti¨® en objeto de chistes, contados siempre en voz baja. Pero es cierto que los pantanos de Franco cambiaron la topograf¨ªa de la Espa?a interior (ocho de los 10 embalses con mayor capacidad fueron construidos durante el franquismo), aunque no lograran saciar su sed. La mayor¨ªa figuraban ya en el Plan Nacional de Obras Hidr¨¢ulicas que el ingeniero Manuel Lorenzo Pardo elabor¨® para el ministro socialista Indalecio Prieto en 1933 (incluido el trasvase Tajo-Segura), pero el r¨¦gimen franquista los hizo realidad.
Callejero franquista. La ley de la memoria hist¨®rica de 2007 ordena retirar escudos, insignias, placas y objetos que exalten la sublevaci¨®n franquista o la dictadura, pero no da plazo para hacerlo ni prev¨¦ sanciones por incumplirla. El senador de Comprom¨ªs Carles Mulet lleva enviados casi 5.000 requerimientos a ayuntamientos reclamando cambios de nombre o retiradas de placas, con desigual fortuna. Casi 1.200 calles de 656 municipios homenajean a figuras del franquismo y dos pueblos, Guadiana del Caudillo (Badajoz) y Llanos del Caudillo (Ciudad Real) llevan al dictador en su propio nombre. El primero est¨¢ en tr¨¢mites para cambiarlo y el segundo pele¨® en los tribunales para mantenerlo. La ¨²ltima estatua de Franco en la v¨ªa p¨²blica est¨¢ en Melilla, representado como un joven comandante de la Legi¨®n.
114.226 cad¨¢veres en fosas por "sentencias ileg¨ªtimas"
La ley de la memoria hist¨®rica declara ¡°ileg¨ªtimos¡± los tribunales franquistas e ¡°injustas¡± sus condenas. Pero no ilegales. ¡°La palabra 'ileg¨ªtimo' se eligi¨® cuidadosamente. Es un concepto pol¨ªtico, no jur¨ªdico¡±, recuerda Diego L¨®pez Garrido, entonces portavoz del Grupo Socialista en el Parlamento. Anular de un plumazo las condenas de la dictadura (como se ha pedido en los casos de Llu¨ªs Companys y Blas Infante) ¡°no era viable¡±, alega. ¡°Ni el ejecutivo ni el legislativo pueden anular una sentencia firme, solo un tribunal puede hacerlo¡±, argumenta.
Espa?a es uno de los pa¨ªses del mundo con mayor n¨²mero de desaparecidos. La Asociaci¨®n para la Recuperaci¨®n de la Memoria Hist¨®rica (ARMH) tiene una lista con nombres y apellidos de 114.226 v¨ªctimas del franquismo, pero su presidente, Emilio Silva, admite que muchas no podr¨¢n recuperarse nunca. ¡°Algunas no sabemos d¨®nde est¨¢n y otras, no tienen familiares para identificarlas¡±, explica. Desde 2000 a 2018 se abrieron 740 fosas comunes y se exhumaron m¨¢s de 9.000 cad¨¢veres. Entre 20.000 y 25.000 podr¨ªan ser recuperados en los pr¨®ximos a?os, seg¨²n el plan de choque del Ministerio de Justicia, que ha adjudicado contratos menores (hasta 15.000 euros) para abrir 13 fosas antes de final de a?o. Solo en la de Pico Reja (Sevilla) casi un millar de cuerpos esperan a ser desenterrados.
Desde la ¨¦poca de Zapatero, el Gobierno central no hab¨ªa vuelto a dar financiaci¨®n para esta tarea. Los fondos han procedido de donaciones privadas, ayuntamientos y comunidades aut¨®nomas. La que mejor ha hecho sus deberes ha sido el Pa¨ªs Vasco, reconoce Silva, pese a no tener ley de memoria, pero s¨ª voluntad pol¨ªtica.
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