S¨¢nchez, acosado por Catalu?a

Catalu?a, tumba o salvaci¨®n. La premonici¨®n sobre el ¨¦xito o fracaso de los partidos en las elecciones generales del 10 de noviembre quiz¨¢ no tenga el tinte dram¨¢tico y ¨¦pico que le atribuyen algunos de sus dirigentes. Pero s¨ª es realista admitir que el resultado en esa comunidad aut¨®noma ser¨¢ determinante para el c¨®mputo final y nacional.

No era esa la intenci¨®n ni la previsi¨®n inicial del PSOE, que no pensaba que el debate sobre Catalu?a fuera a producirse en el clima social y pol¨ªtico que se ha creado tras la sentencia condenatoria del Tribunal Supremo a los dirigentes independentistas. Ahora, el PSOE, el Gobierno en funciones, y su candidato, Pedro S¨¢nchez, se enfrentan al ataque sostenido y sin tregua del PP y de Ciudadanos, aunque las formas del primero sean suaves y con pocos decibelios. Se suman adem¨¢s las dudas que las f¨®rmulas de abordar la crisis catalana suscitan en parte del electorado socialista.

Ah¨ª golpea la oposici¨®n. Todo es poco y se hace mal. Este es el hilo conductor de la cr¨ªtica acerba de Pablo Casado y Albert Rivera sobre la gesti¨®n del Gobierno en funciones en Catalu?a. S¨¢nchez no pens¨® que el grado de violencia de grupos radicales iba a llegar al nivel que ha alcanzado y que se mantuviera en el tiempo. El ¨²nico flanco taponado para la cr¨ªtica es la coordinaci¨®n entre las fuerzas de seguridad del Estado y los Mossos, que permite a S¨¢nchez acallar las voces de la oposici¨®n que exig¨ªan al Gobierno, con car¨¢cter preventivo, que tomara el control de la polic¨ªa auton¨®mica.

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Del resto, solo cabe la cr¨ªtica de populares y Ciudadanos contra el presidente en funciones. Cada contenedor quemado es una muesca contra Pedro S¨¢nchez, se?alan fuentes gubernamentales. Al menos de parte de Casado y Rivera. Ambos lo han visto con claridad y se han lanzado a por el PSOE. El primero para tratar de hacer realidad los buenos resultados que le auguran las ¨²ltimas encuestas; Ciudadanos para tratar de detener la inexorable ca¨ªda que marcan todos los sondeos. Catalu?a, la gran plataforma de lanzamiento del partido de Rivera, que le hizo acreedor millonario de votos, es ahora su esperanza. Para ello, el PSC y el PSOE tienen que caer.

S¨¢nchez se refiri¨® a los ataques este domingo en un acto en A Coru?a y acus¨® a los dos partidos de deslealtad ante la crisis catalana. ¡°Si no quieren apoyarnos que no lo hagan, pero que sean tan leales como lo fuimos nosotros cuando gobernaban ellos¡±, dijo en referencia al PP.

Esta situaci¨®n de acoso no ha marcado un giro brusco en el PSOE, pero s¨ª una acentuaci¨®n profunda de los mensajes y las pol¨ªticas sobre Catalu?a. Cada manifestaci¨®n violenta en la calle, y cada proclama de las autoridades catalanas, tendr¨¢ su respuesta del Gobierno central. El objetivo de S¨¢nchez de hacerse con una franja central del espacio pol¨ªtico se debilita si hay apariencia de descontrol en Catalu?a, se?alan fuentes socialistas. No pueden permitirse dar s¨ªntomas de laxitud ante los disturbios y los desaf¨ªos de los pol¨ªticos independentistas, aunque con la ley y con ¡°proporcionalidad¡±. No es f¨¢cil el equilibrio, pero si tienen que optar se decantar¨¢n m¨¢s por los mensajes y acciones de ¡°orden¡± y dejar¨¢n en un segundo plano el abordaje ¡°pol¨ªtico¡± del problema catal¨¢n.

El desorden es lo contrario a los grandes r¨®tulos con los que el PSOE se presentaba a estas elecciones: estabilidad y seguridad. Por convicci¨®n, pero ahora m¨¢s, por la fuerte presi¨®n del PP y Ciudadanos, reconocen en fuentes socialistas. Si el Govern y el Parlament aprobaran medidas contrarias a la ley, lo que hasta ahora no ha ocurrido, a pesar de amagos y casi sobrepasar la l¨ªnea de la legalidad, el Gobierno central actuar¨¢ con las medidas que correspondan, aseguran en fuentes gubernamentales. Si llegara el caso, aunque albergan muchas dudas de que los actuales dirigentes catalanes lleguen tan lejos como para asumir las consecuencias penales de sus acciones, dan por seguro que tendr¨¢n el apoyo del PP y de Ciudadanos, pero siempre rodeado de reproches.

Esta es la hip¨®tesis que prev¨¦n interlocutores socialistas solo con escuchar. Este domingo, en la manifestaci¨®n constitucionalista de Barcelona, recibieron cr¨ªticas. A la misma acudieron dirigentes socialistas de primer nivel como los ministros en funciones de Exteriores y Fomento, Josep Borrell y Jos¨¦ Luis ?balos, junto a la plana mayor el PSC, con su l¨ªder, Miquel Iceta. Tanto Casado como Rivera sit¨²an al PSOE ¡°fuera de la Constituci¨®n¡± al tener pactos con independentistas en municipios catalanes y en el Gobierno de Navarra, acusaci¨®n que produce gran consternaci¨®n entre las filas socialistas, reconocen en la direcci¨®n.

La defensa de la unidad de Espa?a, con singularidades acentuadas, pero unidad, junto al amparo de los nacionalistas en Catalu?a, y los gestos casi de hostilidad hacia los dirigentes independentistas, ser¨¢n aspectos que se exacerbar¨¢n en la campa?a socialista. Les es imprescindible. Los estudios demosc¨®picos muestran una menor movilizaci¨®n de su electorado que en abril, en tanto que la crisis en Catalu?a est¨¢ activando al electorado de la derecha.

Con esos pron¨®sticos, el PSOE orienta su campa?a electoral con la expectativa de que la tensi¨®n con Catalu?a disminuya. Entonces, pondr¨¢n su energ¨ªa en la otra gran variable de su estrategia: la confrontaci¨®n de izquierda y derecha. Ah¨ª, los socialistas est¨¢n m¨¢s c¨®modos al poner como referencia los pactos del PP y Ciudadanos con el apoyo de Vox.