La Universidad, punta de lanza de las protestas del ¡®proc¨¦s¡¯
La presi¨®n de los estudiantes logra posicionar a los claustros y cambiar la evaluaci¨®n para compaginar las clases con la protesta
Los universitarios catalanes han tomado el mando de la contestaci¨®n social por la sentencia del proc¨¦s. La presi¨®n de grupos estudiantiles ¡ªcon huelgas continuadas y encierros en las facultades impidiendo el acceso a las aulas¡ª ha logrado posicionar a los claustros a favor del proc¨¦s y flexibilizar la evaluaci¨®n para compaginar las clases con las protestas. Aunque con menos seguimiento que los primeros d¨ªas, las universidades catalanas encaran una nueva semana de paros indefinidos y el foco puesto en la acampada de la plaza Universitat de Barcelona, donde 200 tiendas de campa?a mantienen cortada la Gran Via por sexto d¨ªa consecutivo.
La Universidad de Lleida fue la primera en movilizarse tras la sentencia del 14 de octubre. Esa semana, medio centenar de alumnos se encerr¨® en el rectorado y durante cinco d¨ªas lectivos bloque¨® su actividad y paraliz¨® las aulas de Filolog¨ªa, que se cursan en el mismo edificio. Fueron los primeros en suspender las clases por decreto. Su claustro fue tambi¨¦n el primero en aprobar un manifiesto cr¨ªtico contra la sentencia y en exigir la libertad de los presos. Tambi¨¦n se valid¨® declarar personas non gratas a Felipe VI, a la delegada del gobierno en Catalu?a Teresa Cunillera y al juez Manuel Marchena.
Pero ese pulso de los primeros d¨ªas, que ahora mantienen los estudiantes en Barcelona, ha perdido fuelle en Lleida. El jueves al mediod¨ªa se esperaba una nueva concentraci¨®n ante el rectorado. Se juntaron poco m¨¢s de 40 personas. Alguno brome¨® con que no ser¨ªan suficientes para alzar la pancarta que anunciaba: ¡°Cuando la tiran¨ªa es ley, la revoluci¨®n es orden¡±. Teresa, estudiante de Periodismo de 20 a?os, estaba entre ellos. La joven defend¨ªa ¡°la ocupaci¨®n del rectorado¡±. ¡°El fin era romper con la normalidad de forma inmediata y pac¨ªfica¡±, defend¨ªa. ¡°Siendo la universidad un espacio para crear pensamiento cr¨ªtico, creemos que en una situaci¨®n tan excepcional debemos posicionarnos¡±, sentenciaba.
Con la flexibilizaci¨®n de las evaluaciones y el posicionamiento de sus claustros, contra la sentencia y en favor de los presos, las universidades catalanas ya han tomado partido. Aunque tambi¨¦n han salido voces disidentes, como la de los 800 docentes de toda Espa?a que han firmado una carta en contra del manifiesto de los claustros. Los rectores defienden la neutralidad de las instituciones y apuntan a que tienen las manos atadas ante determinadas situaciones, como los encierros o las propuestas de los claustros.
La presi¨®n de algunos grupos estudiantiles ha surtido efecto y la Universidad se ha convertido en la punta de lanza de las protestas del proc¨¦s. Sin embargo, el seguimiento no es tan masivo como el ruido de sus acciones. El pasado mi¨¦rcoles, los alumnos estaban llamados a la huelga, pero en Lleida, el seguimiento, como la semana anterior, no fue relevante. ¡°La normalidad ha sido abrumadora. Los alumnos que han secundado la huelga est¨¢n entre el 5% y el 10%¡±, explica el vicerrector de pol¨ªtica institucional de la Universidad de Lleida, Francisco Garc¨ªa.
Los universitarios encaran otra semana de paros con apoyo desigual
Un d¨ªa antes, en la Pompeu Fabra de Barcelona, un grupo de estudiantes bloque¨® el acceso a los tres campus para reclamar la evaluaci¨®n ¨²nica, un modelo votado y rechazado d¨ªas antes por su claustro. Hubo enfrentamientos verbales entre los encerrados y los que quer¨ªan ir a clase. Al final, el rectorado claudic¨® y flexibiliz¨® la evaluaci¨®n. Sin embargo, el mi¨¦rcoles, jornada de huelga, el apoyo a los paros no lleg¨® al 20% en el mayor de los casos.
El foro de la intranet de la Universidad de Lleida ilustra c¨®mo las posiciones ante el proc¨¦s han tensado la convivencia. Dedicado a temas acad¨¦micos, ahora tambi¨¦n es un espacio de divergencias pol¨ªticas. ¡°Los del club del medio, como yo y como los que quieren venir a estudiar, estamos muy mal vistos, porque desde los dos lados nos exigen que nos posicionemos¡±, cuenta un empleado que pide anonimato. Oriol Casanovas, representante de estudiantes en la facultad de Derecho, est¨¢ ¡°indignado¡±. ¡°M¨¢s all¨¢ de mi ideolog¨ªa pol¨ªtica, defiendo la neutralidad de una instituci¨®n p¨²blica. Imagina que en una universidad se colgara el logo de Ciudadanos, o que se hiciera un manifiesto diciendo ¡®Viva la sentencia¡¯¡¯. Es impensable¡±, ilustra el joven.
El pulso estudiantil se mantiene ahora en la acampada de la Gran Via. Los manifestantes participaron ayer en una cacerolada ante el hotel donde se hospeda el rey Felipe VI.
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