Abascal, el hombre que no estaba all¨ª, pero est¨¢

Debate a cinco, pero poca emoci¨®n, porque no se esperaba nada que no hayamos visto antes. Los debates pueden llegar a interesar si son como los Mundiales, cada cuatro a?os, porque ya no recuerdas el anterior y cambian los equipos. Pero cuando el ¨²ltimo debate fue hace tan poco que a¨²n no has conseguido olvidarlo, la perspectiva de ver otro causa desaliento.

Lo ¨²nico animado fue la pelea por Catalu?a, qu¨¦ novedad. Es m¨¢s, despu¨¦s de despotricar cada uno, hasta sobraba tiempo al final de ese bloque tem¨¢tico. Por unos momentos parec¨ªa que nadie quer¨ªa hablar, ins¨®lito en un debate. Como que no se hab¨ªan preparado otra cosa sobre el tema de la cohesi¨®n de las autonom¨ªas. No hab¨ªa mucho m¨¢s que decir con todo lo que habr¨ªa que decir, todo fue desahogo y clich¨¦s, de una gran esterilidad.

Por alguna extra?a raz¨®n se da por supuesto que la mayor¨ªa de la poblaci¨®n quiere ca?a, est¨¢ enardecida, cuando sobre todo est¨¢ preocupada y no se oyeron soluciones. En todo caso, se hablara de lo que se hablara, S¨¢nchez se convirti¨® en el centro del debate muchas veces, aunque solo fuera para defenderse. En las enganchadas entre Casado y Rivera, la pantalla se part¨ªa en dos y parec¨ªan dos gemelos de rabieta. S¨¢nchez era el ¨²nico que actuaba como presidente, inclinado en sus apuntes alzaba la cabeza para hacer ¡°anuncios¡±, no promesas.

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Siendo S¨¢nchez el malo mal¨ªsimo, fue curioso lo de Abascal: todos hac¨ªan como que no estaba all¨ª, y eso que el ascenso de Vox es de largo el fen¨®meno m¨¢s llamativo de las elecciones. Pas¨® m¨¢s de una hora hasta que alguien le arre¨®; Rivera, por aquel cargo in¨²til que tuvo en el PP y por el que cobr¨® una pasta. Casado no le dijo ni mu en todo el debate. Es verdad que Abascal es flojito, Espinosa de los Monteros el viernes estuvo mejor, pero, como en ese primer debate, tambi¨¦n ayer ¨¦l soltaba sus tremendismos sobre las autonom¨ªas y nadie las defend¨ªa. Bramaba contra la inmigraci¨®n ilegal como fuente de todos los males, tambi¨¦n las violaciones de grupo, y ninguno le replicaba.

Unos el viernes con aspavientos y otros ayer con mutis general y la ultraderecha sin desmontar. Solo S¨¢nchez aprovech¨® para pedirle a Casado y Rivera que se desmarcaran de cosas como ilegalizar el PNV, pero no les sal¨ªa. ¡°Usted y yo no nos tenemos que achicar ante esta derecha agresiva e ignorante¡±, le dijo Iglesias a S¨¢nchez, pero ¨¦l meneaba la cabeza, como a cada gui?o. Con ¨¦l se hizo el dif¨ªcil toda la noche. Iglesias iba muy bien hasta que dijo lo que dijo (ejem, ¡°mamadas¡± en vez de ¡°manadas¡±; s¨ª Pablo, se oy¨®), y se dej¨® de escuchar lo que dec¨ªa unos minutos.

Ninguno tuvo una noche brillante. Est¨¢n tan cansados como nosotros de repetirse. Se abonaron dos horas a eso tan odioso, y tan poco cre¨ªble, de que todo es culpa del otro. Se hizo largo. Abascal se fue tan pancho y col¨® su idea clave entre gente de derechas: pues no son para tanto y nadie les rechista.