Vox aprieta en la recta final catapultado por el debate
Abascal aprovecha el silencio de sus rivales ante su duro discurso y el escaparate de una audiencia millonaria
Los sondeos de varios diarios (El Mundo, La Vanguardia, La Raz¨®n) dan al l¨ªder de Vox, Santiago Abascal, como ganador del debate entre los cinco aspirantes a La Moncloa del pasado lunes. Pero aunque Abascal no lo ganara, como sostienen otras encuestas, s¨ª fue el que m¨¢s gan¨® con el debate.
En primer lugar, porque el l¨ªder de Vox nunca hab¨ªa tenido oportunidad de dirigirse a un auditorio tan amplio (8,2 millones de personas), al contrario que sus competidores, veteranos en este tipo de programas. Y porque incluso las encuestas que le sit¨²an en peor posici¨®n, le dan un porcentaje muy superior a sus votos. Es decir: los que creen que gan¨® son muchos m¨¢s que los que le votaron en las elecciones del 28 de abril.
Los expertos coinciden en que el l¨ªder de Vox fue ganando confianza a medida que avanzaba el debate. Comenz¨® hier¨¢tico, pero se fue relajando con el paso de los minutos y miraba directamente a sus interlocutores cuando les hablaba, lo que no hac¨ªan todos. Sus mensajes eran simples y directos, f¨¢cilmente comprensibles, y ninguno de los otros aspirantes intent¨® desmontarlos.
Casado evit¨® cualquier roce con Abascal, deseoso de pactar con ¨¦l tras las elecciones; y S¨¢nchez lo ningune¨®, utiliz¨¢ndolo para reprochar a los l¨ªderes de PP y Ciudadanos tener como aliado a un partido que pretende incluso ilegalizar al PNV. Rivera, que confront¨® con todos, tambi¨¦n lo hizo con Abascal; record¨¢ndole que cobr¨® m¨¢s de 80.000 euros al a?o de un ¡°chiringuito¡± al frente del cual le puso a dedo Esperanza Aguirre, en referencia a la Fundaci¨®n para el Mecenazgo y el Patrocinio Social de la Comunidad de Madrid.
El ¡°despilfarro de las autonom¨ªas¡± y la inmigraci¨®n irregular fueron los dos ejes del discurso de Abascal. Frente al silencio de los dem¨¢s, cifr¨® en hasta 90.000 millones de euros anuales el coste del Estado de las autonom¨ªas y en 24.000 sus duplicidades. Y ese enorme coste lo contrapuso al gasto social. Al final, dijo, habr¨¢ que elegir: ¡°O autonom¨ªas o pensiones¡±. Eso s¨ª, defendi¨® las diputaciones provinciales, que Ciudadanos quiere eliminar.
Vox no ha cambiado su programa, pero s¨ª de discurso. Rivera lo tach¨® de proteccionista y Abascal no lo desminti¨®, cuando su pol¨ªtica econ¨®mica es en realidad ultraliberal. As¨ª lo evidencia un repaso de las medidas que enunci¨® someramente: reducci¨®n del tipo m¨¢ximo del IRPF al 30% (15 puntos menos), recorte del impuesto de sociedades en tres puntos y supresi¨®n de los impuestos del patrimonio y sucesiones, para acabar con el ¡°expolio fiscal a las clases medias y trabajadoras¡±. Adem¨¢s de una ¡°reforma estructural de las pensiones¡±, que consiste en la privatizaci¨®n parcial y desmantelamiento del sistema actual.
Aunque estas medidas benefician sobre todo a las rentas m¨¢s altas, Abascal utiliz¨® un lenguaje populista. ¡°Para los espa?oles m¨¢s humildes, Espa?a es su ¨²nico patrimonio, solo los m¨¢s ricos pueden permitirse el lujo de no tener patria¡±, dijo, parafraseando a Ramiro Ledesma Ramos, fundador del fascismo espa?ol.
Abascal busc¨® granjearse el apoyo de los sectores m¨¢s humildes apelando al problema de la inseguridad, que vincul¨® directamente con la inmigraci¨®n irregular: y a la disputa entre espa?oles y extranjeros por los escasos recursos sociales. ¡°?C¨®mo va a atender el Estado a los espa?oles en situaci¨®n de necesidad si atiende primero a los de fuera?¡±, se pregunt¨®.
Su receta la dej¨® clara: privar a los inmigrantes irregulares de la asistencia sanitaria y discriminar a los extranjeros en el acceso a la vivienda o las ayudas sociales. La violencia de g¨¦nero no existe para Vox y lo que reclaman las mujeres es ¡°que les demos seguridad¡± (sic) ante los violadores, que tambi¨¦n identifica con inmigrantes, y a los que propone castigar con la cadena perpetua, prohibida por la Constituci¨®n.
La dureza exhibida por Casado y Rivera ante la crisis catalana hizo que apenas se diferenciara el discurso de Abascal, aunque sus propuestas van m¨¢s all¨¢ de la aplicaci¨®n del art¨ªculo 155 o la Ley de Seguridad Naccional: declaraci¨®n del estado de excepci¨®n (con la suspensi¨®n de los derechos de manifestaci¨®n y reuni¨®n,entre otros), supresi¨®n de la autonom¨ªa (empezando por la disoluci¨®n de los Mossos y TV3), ilegalizaci¨®n de los partidos independentistas (JuntsxCat, ERC y la CUP) y detenci¨®n del presidente Quim Torra, aunque esta vez evit¨® decir que ser¨ªa ¨¦l mismo quien dar¨ªa la orden de detenerlo inmediatamente en el caso de llegar a La Moncloa.
En l¨ªnea con el llamado grupo de Visegrado (los antiguos pa¨ªses del Este), Abascal carg¨® contra la burocracia de Bruselas y defendi¨® la recuperaci¨®n de la soberan¨ªa de los Estados. Tras sostener que ¡°el multilateralismo lleva a la indefensi¨®n¡±, apost¨® por volver a ¡°las relaciones bilaterales¡±; la misma f¨®rmula de Trump, con la diferencia de que Espa?a no tiene el peso de EE UU a la hora de negociar.
El debate ha dado un nuevo impulso a Vox, al que todas las encuestas dan un fuerte aumento de esca?os, salvo el CIS. Pero Abascal no cree en el CIS. La prueba es que no ha dado ni un mitin en Canarias, donde el instituto oficial vaticina que podr¨ªa ganar un diputado. En cambio, se ha volcado en Andaluc¨ªa, con 15 actos desde octubre; Castilla-La Mancha 10; Castilla y Le¨®n, 6; o Comunidad Valenciana, 6. En muchas provincias de estas comunidades es donde se juega convertirse en la tercera fuerza pol¨ªtica del Congreso salido de las elecciones del domingo.
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