Razones para una victoria de las derechas apenas contemplada
?Qui¨¦n gana si cambiamos el miedo a Vox por Catalu?a?
A pocos d¨ªas de las elecciones van quedando certezas que nos pueden ayudar a definir el terreno de juego electoral. El contexto de la elecci¨®n siempre es determinante, pero en este caso parece que va a serlo todo. No se atisban cambios estructurales en la opini¨®n p¨²blica espa?ola en menos de seis meses, a excepci¨®n del limitado impacto que se espera de M¨¢s Pa¨ªs, ?Entonces, por qu¨¦ apostar a una mejora sustancial de los resultados de la derecha?
El 28-A como punto de partida
Teniendo unas elecciones tan cercanas en el tiempo parece sensato tomarlas como referencia. Por supuesto, existen muchas potenciales explicaciones para lo que ocurri¨® en abril, pero muchas coinciden en que la mayor¨ªa de las condiciones de aquel momento fueron m¨¢s favorables para las izquierdas. El list¨®n, por lo tanto, no est¨¢ a la misma altura para sendos bloques. En otras palabras, partimos de un resultado dif¨ªcil de superar para el bloque de izquierda y, probablemente, de un suelo electoral para el bloque de derecha.
Dos nuevos temas de campa?a: Catalu?a y la repetici¨®n electoral
Es probable que los dos ¨²nicos temas que marquen la diferencia con abril sean Catalu?a y la propia repetici¨®n de elecciones. Ambos benefician claramente a la derecha. Desde luego, no resultan muy apetecibles para una izquierda t¨ªmida e indefinida con respecto al primero y percibida como la principal culpable del segundo.
El efecto Vox, desactivado
Uno de los temas centrales de la campa?a de abril tuvo que ver con la irrupci¨®n de esta formaci¨®n. El terremoto pol¨ªtico que generaron los 12 esca?os de Vox en el Parlamento andaluz alarm¨® a medios y votantes de izquierda. Esto probablemente fuese un gran elemento movilizador del voto progresista.
Finalmente, los de Abascal no alcanzaron expectativas, lo que pudo dar lugar a cierta complacencia y normalizaci¨®n en la izquierda. Pasados varios meses, probablemente el miedo a Vox no vaya a movilizar voto de izquierda como lo hizo el 28-A. Asumiendo la neutralizaci¨®n del efecto Vox, las p¨¦rdidas en el ¡®bloque progresista¡¯ pueden ser proporcionales a la movilizaci¨®n que supuso en abril.
Aprendemos a votar
El sistema electoral volvi¨® a ser gran protagonista en las ¨²ltimas elecciones generales. El gran penalizado fue Vox y el principal beneficiado el PSOE, a costa de que los populares perdiesen su habitual prima en las circunscripciones peque?as. Tanto los medios como los partidos de derecha han incidido especialmente en esta cuesti¨®n y ello puede incentivar la activaci¨®n del voto estrat¨¦gico entre sus electores. Si se da suficiente concentraci¨®n del voto entorno al PP, el vuelco de esca?os a favor del bloque de la derecha puede ser definitorio.
Los votantes aprendemos a votar, sobre todo si se dan las siguientes condiciones: que los actores involucrados sean capaces de explicar la manera m¨¢s efectiva de votar y el sistema electoral; y que el coste que nos supone cambiar a la opci¨®n m¨¢s viable sea menor que el riesgo a que el rival pol¨ªtico obtenga m¨¢s ventaja. Si populares y medios afines consiguen activar este mecanismo, el sistema electoral puede volver a favorecer a la derecha.
Ciudadanos
Todas las encuestas publicadas recientemente apuntan a un desplome de la formaci¨®n naranja. Sin embargo, cuesta entender c¨®mo una fuerza pude reducir su resultado entre 5 y 7 puntos en menos de seis meses. M¨¢s a¨²n, teniendo en cuenta que su tema preferido (Catalu?a) est¨¢ sobre la mesa.
Abstenci¨®n asim¨¦trica
La participaci¨®n de las ¨²ltimas elecciones generales fue una de las m¨¢s altas en democracia. Y es muy probable que vaya a descender significativamente. La propia repetici¨®n electoral es uno de los factores que pueden incentivar la desmovilizaci¨®n. El ejemplo m¨¢s claro es la repetici¨®n electoral de 2016 en la que la participaci¨®n se redujo m¨¢s de 3 puntos respecto a las elecciones de 2015. La pregunta es si esta abstenci¨®n afectara a ambos bloques por igual o de manera asim¨¦trica. Atendiendo a todo lo anterior, parece que la izquierda tiene menos razones para movilizarse que hace 6 meses; mientras que la derecha tiene sus temas ganadores en la agenda de campa?a y una nueva oportunidad para impedir un gobierno de S¨¢nchez.
El an¨¢lisis expuesto no responde m¨¢s que a una mera intuici¨®n personal prospectiva de los factores que pueden influir el 10-N. Pero, al menos en esta calculadora cualitativa, la derecha suma. Adem¨¢s, la izquierda parece dar por hecho que estar¨¢ de nuevo en disposici¨®n de negociar el Gobierno. No resulta extremadamente movilizador que tus votantes crean que todo est¨¢ hecho antes de salir a votar, porque entonces votar no ser¨¢ tan prioritario. ?Habr¨¢n olvidado ya la moraleja de las ¨²ltimas elecciones andaluzas?
* Gonzalo Velasco Monasterio es analista pol¨ªtico de la Fundaci¨®n Alternativas
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