Manual del distra¨ªdo para la pr¨®xima legislatura econ¨®mica
El anuncio de la vicepresidencia para Nadia Calvi?o y las rebajas fiscales en la derecha marcan las escasas referencias de la campa?a en econom¨ªa pese a la desaceleraci¨®n
La econom¨ªa va a ser una de las claves de b¨®veda de la pr¨®xima legislatura, a pesar de que apenas ha aparecido en campa?a. La desaceleraci¨®n ha echado ra¨ªces en la econom¨ªa espa?ola?¡ªaunque por ahora no coge velocidad¡ª y el pr¨®ximo Gobierno se ver¨¢ obligado a tomar decisiones dif¨ªciles en un entorno internacional enrarecido y sin amortiguadores. Las medidas del riesgo de la econom¨ªa espa?ola son 1-14-2-100: el crecimiento sigue por encima de la media europea pero va a ir desinfl¨¢ndose, tendiendo poco a poco hacia el 1%, una tasa con la que a Espa?a le resulta complicado crear empleo; el paro est¨¢ entre los m¨¢s elevados del Atl¨¢ntico Norte, en torno al 14%; el d¨¦ficit no va a bajar del 2% al menos hasta 2021 y sigue siendo de los mayores de Europa; y la deuda p¨²blica, que antes del crash de Lehman Brothers estaba por debajo del 40% del PIB, est¨¢ ahora casi en el 100%: no hay colchones fiscales para hacer gran cosa si la Gran Crisis vuelve por sus fueros. Y Espa?a es siempre firme candidata a un contagio si el sector financiero da un susto y si los mercados despiertan de su letargo pese al activismo del BCE.
Tampoco esta vez es la econom¨ªa, est¨²pido. La Comisi¨®n Europea rebaj¨® el jueves de un plumazo la previsi¨®n de crecimiento de este a?o del 2,3% al 1,9% y pide ajustes fiscales para cumplir con los objetivos de d¨¦ficit (algo que no va a suceder; hasta el muy liberal Emmanuel Macron dice que el debate del d¨¦ficit del 3% es del siglo pasado). Espa?a tiene una deuda muy abultada, uno de los d¨¦ficit p¨²blicos m¨¢s elevados de Europa y el paro m¨¢s alto de la OCDE salvo por Grecia: malos fundamentales para encarar la en¨¦sima curva de esta crisis.
Los riesgos internacionales, adem¨¢s, son cada vez claros, aunque se han atemperado desde el verano. Un Brexit duro, una ca¨ªda del comercio internacional por el proteccionismo (muy lesiva para Espa?a, que depende de la mala salud de hierro de Alemania) y una eventual crisis en el sector del autom¨®vil ser¨ªan preocupantes. Pese a esos desaf¨ªos, el debate econ¨®mico es inexistente. En parte es l¨®gico: apenas hay economistas en el Congreso. El PSOE se ha dejado en el tintero buena parte de su programa econ¨®mico y en campa?a se ha limitado al eventual nombramiento de Nadia Calvi?o ¡ªque encarna la ortodoxia¡ª como vicepresidenta, en un nuevo gui?o hacia el centro de S¨¢nchez. El programa de Podemos es, en pocas palabras, una expansi¨®n fiscal, que casa bien con la baja presi¨®n impositiva espa?ola pero mal con la desaceleraci¨®n que viene; es, quiz¨¢, un programa m¨¢s adecuado para la Espa?a de hace tres a?os que para la de dentro de tres. Los del PP, Cs y Vox son un brindis a la servilleta de Laffer: coinciden en prometer una revoluci¨®n fiscal, una rebaja general de impuestos, que Espa?a no puede permitirse por la precaria situaci¨®n de las cuentas p¨²blicas.
No hay rastro, en fin, de los debates internacionales sobre la marcha atr¨¢s de la globalizaci¨®n, sobre los efectos secundarios de la revoluci¨®n tecnol¨®gica sobre el empleo, sobre la falta de un presupuesto europeo anticrisis, sobre los ¨²ltimos cartuchos del BCE o sobre los problemas globales en el autom¨®vil. Esta industria concentra el 10% del PIB, pero Espa?a carece de centros de decisi¨®n para luchar contra el cambio de preferencias de los consumidores (hacia f¨®rmulas como el car sharing) o el cambio tecnol¨®gico, con el auge del coche el¨¦ctrico. Alemania ha aprobado medidas en ese campo, en el ¨¢mbito de las pol¨ªticas medioambientales; Espa?a sigue ausente en esa y en la mayor¨ªa de las grandes batallas: cortes¨ªas del bloqueo pol¨ªtico.
El Gobierno socialista neg¨® la crisis en 2008: sin llegar a tanto esta vez, Bruselas critica la complacencia de las autoridades. El mantra es que la econom¨ªa espa?ola resiste mejor que ninguna otra (algo que ya sucedi¨® en 2008) y que en todo caso los problemas, si los hay, son riesgos exteriores. ¡°La pr¨®xima crisis ser¨¢ distinta: ni su profundidad ni sus caracter¨ªsticas ser¨¢n como la de hace 10 a?os. Pero las actitudes en Espa?a son similares¡±, critica Carlos Mart¨ªnez Mongay, exdirector general adjunto de la Comisi¨®n Europea. "Mientras no haya problemas en el sector financiero vamos m¨¢s hacia un estancamiento que hacia una recesi¨®n. Puede haber problemas a dos a?os vista. Y a la vista de los programas econ¨®micos es casi mejor que la pol¨ªtica econ¨®mica est¨¦ en manos de Bruselas y Fr¨¢ncfort", ironiza el analista Juan Ignacio Crespo.
El efecto Calvi?o. La socialdemocracia es un pacto de las ideas de izquierdas con el capitalismo y la democracia liberal. Es mestiza: una mezcla de utop¨ªa y pragmatismo. Y, al menos por debajo de los Pirineos, tiene dos almas. La m¨¢s socialista defiende las pol¨ªticas sociales, el Estado de bienestar, los impuestos como f¨®rmula redistributiva: esas cosas de las que tiraba el Pedro S¨¢nchez que se hizo con las riendas del PSOE. Hay una segunda alma socioliberal, que inauguraron Tony Blair y Bill Clinton, que tiene como ep¨ªtome una frase gloriosa de Zapatero (¡°bajar impuestos es de izquierdas¡±) y que ha visto c¨®mo los partidos socialdem¨®cratas privatizaban, desregulaban el sector financiero, recetaban a toda Europa austeridad (v¨ªa Jeroen Dijsselbloem, brazo armado y holand¨¦s del SPD alem¨¢n) y trataban de buscarse un hueco en esa pol¨ªtica econ¨®mica de nuevo cu?o que deja en manos de expertos la pol¨ªtica monetaria y en manos de Bruselas buena parte de la fiscal.
S¨¢nchez se ali¨® con Pablo Iglesias para la moci¨®n de censura y pact¨® un presupuesto que, grosso modo, daba vuelo al ala socialdem¨®crata. El anuncio de la vicepresidencia para Calvi?o sugiere que buscar¨¢ esta vez la abstenci¨®n de PP y Cs. Pero es algo m¨¢s: un gui?o a los mercados, a Bruselas, un posible giro en pol¨ªtica econ¨®mica en la que esta vez prevalece el alma m¨¢s socioliberal. Miguel Sebasti¨¢n, exdirector de la Oficina Econ¨®mica, afirma que con ese anuncio el acuerdo con Podemos se hace m¨¢s dif¨ªcil y las opciones de PP y Cs, m¨¢s probables. Pero el giro de pol¨ªtica econ¨®mica es a¨²n muy difuso. Calvi?o se opuso a pactar con Podemos l¨ªmites a las subidas del alquiler; impuso una suavizaci¨®n del paquete fiscal que lleva el PSOE en el programa respecto al de abril (no est¨¢ la subida del IRPF a las rentas altas, por ejemplo) y puso el freno de mano a revertir los aspectos m¨¢s lesivos de la reforma laboral: ha sido la voz ortodoxa del Gobierno y ahora gana peso. Pero no est¨¢ claro qu¨¦ pol¨ªtica econ¨®mica tiene en la cabeza: ¡°La pasada legislatura dio mensajes de consolidaci¨®n fiscal, pero despu¨¦s defendi¨® un presupuesto marcadamente expansivo¡±, analiza Mart¨ªnez Mongay.
Una de las claves ser¨¢ c¨®mo se traducen las incertidumbres en las expectativas de los consumidores: los animal spirits hisp¨¢nicos tienden a resistir estupendamente los primeros embates de la crisis, para despu¨¦s corregirse con sa?a cuando los problemas se hacen m¨¢s acuciantes. En ese contexto, el nombramiento de Calvi?o est¨¢ pensado ¡°para aprovechar una ventana de oportunidad electoral¡±, seg¨²n fuentes del PSOE, ¡°m¨¢s que para intentar hacer una lectura de pol¨ªtica econ¨®mica¡±. Los expertos aplauden el nombramiento. El exvicepresidente de la Comisi¨®n Joaqu¨ªn Almunia lo considera "muy buena opci¨®n". Juan Ignacio Crespo, asesor de Renta 4, lo circunscribe a los "anuncios electorales". "En la izquierda est¨¢ todo el pescado vendido; Calvi?o permite a S¨¢nchez rascar algo en el centro y presumir de una voz muy respetada en Bruselas".
La derecha y los impuestos. Los programas de PP, Cs y Vox se parecen como gotas de agua en lo relativo a impuestos: una revoluci¨®n fiscal que incluye rebajas del IRPF y sociedades, y la supresi¨®n de patrimonio y sucesiones, pese a que la presi¨®n fiscal espa?ola est¨¢ siete puntos por debajo de la media europea y lleva d¨¦cadas muy rezagada. Hacienda ingresar¨ªa 80.000 millones m¨¢s si la presi¨®n fiscal estuviera armonizada con la UE. El d¨¦ficit y la deuda p¨²blica acumulados, adem¨¢s, no permiten esas alegr¨ªas: ¡°Es como si las ¨²ltimas cuatro d¨¦cadas de Reagan, Thatcher y excesos del neoliberalismo no hubieran sucedido¡±, sentencia el economista Jos¨¦ Carlos D¨ªez.
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