El sordociego que invent¨® un nuevo lenguaje de signos

Una enfermedad dej¨® sordo y con problemas de movilidad y sensibilidad a Sergio Romero cuando ten¨ªa cinco a?os. A los 29, una lesi¨®n en la espalda mientras trabajaba lo dej¨® parapl¨¦jico, y con 33, tras sufrir una pulmon¨ªa, perdi¨® la visi¨®n y se qued¨® ciego. Pero sus ganas de vivir y sus proyectos no han parado de crecer. Junto con su mediadora, Cristina ?lvarez Castellanos, ha inventado un lenguaje de signos adaptado que ha puesto a disposici¨®n de cualquier persona a la que le pueda ser ¨²til a trav¨¦s de una plataforma en Internet.

¡°Soy un hombre positivo y tengo una personalidad fuerte. Esta enfermedad no ha hecho m¨¢s que aumentar mi fuerza. Se podr¨ªa decir que me ha abierto los ojos. Ahora veo m¨¢s que antes¡±, explica a EL PA?S este murciano de 37 a?os, padre de una hija de cinco y estudiante del doble grado de Periodismo y Documentaci¨®n.

Antes de conocer a Cristina, mediadora de la Fundaci¨®n ONCE para la Atenci¨®n de Personas con Sordoceguera (FOAPS), Sergio se comunicaba mediante el deletreo de letras may¨²sculas en su frente con el dedo ¨ªndice. ¡°Yo quer¨ªa utilizar un sistema m¨¢s r¨¢pido, y se nos ocurri¨® adaptar la lengua de signos espa?ola trasladando los signos a mi cara, hombros y cuello¡±, donde m¨¢s sensibilidad conserva. Y, como algunos de los signos no se pod¨ªan adaptar, comenzaron a invent¨¢rselos. ¡°Me recuerda un poco a la m¨ªmica. Por ejemplo, para la palabra bailar, se ponen las dos manos sobre la cara y se mueven a los lados, como si mi cara bailara. Es una m¨ªmica apoyada en el tacto¡±, describe.

Desde que en 2017 empezaron a crear este lenguaje, que han llamado SERCRI (la uni¨®n de la primera s¨ªlaba de cada uno de sus nombres), han ¡°inventado palabras cada d¨ªa¡±. Tienen unas 500, seg¨²n Cristina. M¨¢s de mil, asegura Sergio. Es el ¨²nico punto en el que no se ponen de acuerdo durante la entrevista: ¡°Esta tarde las contamos¡±, reta a la mediadora.

Sergio tiene claro que no quiere ¡°imponer¡± su sistema de comunicaci¨®n a nadie, solo ofrecer alternativas de lenguaje a personas en situaciones similares a la suya. En Espa?a hay unas 7.000 personas sordociegas y son un grupo muy heterog¨¦neo con sistemas de comunicaci¨®n muy diferentes. ¡°Suelen ser personas que est¨¢n muy aisladas, es una discapacidad muy desconocida y dentro de ella hay muchas diferencias y grados¡±, apunta la mediadora.

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Sergio, que antes de quedarse ciego hab¨ªa estudiado programaci¨®n de aplicaciones inform¨¢ticas, ha puesto en marcha la plataforma de Facebook, YouTube e Instagram Esquivando barreras en la que publican peri¨®dicamente v¨ªdeos interpretando los signos del SERCRI. Adem¨¢s de ofrecer una ¡°alternativa de comunicaci¨®n¡±, su objetivo es ¡°ayudar an¨ªmicamente a gente en la misma situaci¨®n, intentar que no se depriman, transmitirles que no est¨¢ todo perdido¡±.

Y sus proyectos van m¨¢s all¨¢, porque el sue?o de su vida, asegura, es poner en marcha una fundaci¨®n con la que ayudar a m¨¢s personas sordociegas. El principal problema con el que se encuentra es la financiaci¨®n: ¡°Estoy echando la quiniela¡±, bromea. Pero se pone serio para lanzar una petici¨®n ¡°a todos los pol¨ªticos¡±, ahora que las elecciones est¨¢n cerca: ¡°Que tomen conciencia de las dificultades que tenemos las personas con discapacidad. Nadie puede vivir con 380 euros de pensi¨®n. Muchos de nosotros tenemos una familia a la que mantener y muchos gastos en medicaci¨®n e instrumentos. Que piensen en eso antes de subirse sus sueldos¡±, reivindica.

A su lista de deseos a?ade tambi¨¦n m¨¢s horas de apoyo por parte de los mediadores. Actualmente, Cristina lo acompa?a durante ocho horas semanales de las que tres las pasan en la universidad y el resto en casa de Sergio, ense?¨¢ndole SERCRI a su mujer y su hija, leyendo y respondiendo correos, interpretando mensajes y trabajando en su plataforma. Si pudiera elegir, dice, Cristina lo acompa?ar¨ªa ocho horas, pero diarias.