Han ca¨ªdo los dos
El pacto entre S¨¢nchez e Iglesias es fruto de una correlaci¨®n de debilidades: el socialista necesita salir del laberinto en que se enred¨® y el de Podemos salvar su proyecto pol¨ªtico
La voz cavernosa de Leonard Cohen brotaba de los altavoces y se impon¨ªa sobre los gritos de la multitud esa noche de finales de enero de 2015 en la plaza Omonia de Atenas. La estrella invitada al mitin era Pablo Iglesias, que compareci¨® en el escenario parafraseando al bardo canadiense: ¡°?Primero tomaremos Manhattan, despu¨¦s tomaremos Berl¨ªn!¡±. Europa parec¨ªa en un estado tan comatoso que incluso aquellas palabras ya no sonaban exactamente como una bravuconada. En el horizonte asomaba un hecho desconocido: el inminente triunfo electoral en Grecia, solo dos d¨ªas despu¨¦s, de una fuerza pol¨ªtica, Syriza, autodefinida como de izquierda radical. Cualquier cosa se antojaba posible en el continente durante esos d¨ªas. Incluso una hipot¨¦tica victoria en Espa?a del movimiento que hab¨ªa entusiasmado a miles de j¨®venes seducidos con palabras de Marx: ven¨ªan a ¡°asaltar el cielo¡±, como los comuneros de Par¨ªs.
Todo se diluy¨® en una ef¨ªmera primavera. A Manhattan (en este caso, m¨¢s bien Washington, sede del FMI) y Berl¨ªn se sum¨® Bruselas para empujar hacia el borde del acantilado a Alexis Tsipras, el joven y flamante l¨ªder griego. Syriza claudic¨® y puso su firma al salvaje programa de recortes que hab¨ªa prometido combatir hasta el final. En Espa?a, Podemos empez¨® a desfallecer, al mismo tiempo que su discurso emprend¨ªa un vuelo de retorno a la tierra. En ese amargo reencuentro con la realidad, el cielo pas¨® a ser una mezcla de lenguaje radical con un programa en casi nada diferente al de la vieja socialdemocracia.
Casi cinco a?os despu¨¦s de aquella noche ateniense, Iglesias se dispone a ocupar silla en un Gobierno cuya pol¨ªtica econ¨®mica ser¨¢ dirigida por una tecn¨®crata criada en las tripas de Bruselas, Nadia Calvi?o. En Espa?a las trompetas del Apocalipsis aterrorizan desde hace meses ante la posible llegada de Podemos al poder. Pero en Europa parecen curados de espanto. Lo que transmite la capital comunitaria es cierta sensaci¨®n de alivio por el desbloqueo pol¨ªtico en el cuarto pa¨ªs de la Uni¨®n. Hasta los editorialistas del Financial Times se muestran m¨¢s preocupados por la inestabilidad parlamentaria en la que presumiblemente vivir¨¢ el futuro Ejecutivo que por las medidas econ¨®micas que este pueda tomar.
La Transici¨®n espa?ola no fue ¡ªseg¨²n su gran cronista sentimental, Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n¡ª fruto de una correlaci¨®n de fuerzas, sino de una correlaci¨®n de debilidades. Algo as¨ª se atisbaba tras el abrazo del pasado martes en el Congreso de los Diputados entre Iglesias y S¨¢nchez. Agotado por las luchas internas y por la dr¨¢stica rebaja de sus expectativas, el l¨ªder de Unidas Podemos se agarra ahora a la prosaica pol¨ªtica de Gobierno a fin de salvar su proyecto. Para el socialista, herido en las urnas, ese abrazo con el hombre que hasta hace poco envenenaba sus sue?os es una escapatoria del laberinto en el que ¨¦l mismo se hab¨ªa enredado tras su ¨¦xito electoral de abril.
Como su futuro socio, S¨¢nchez tambi¨¦n se ha ca¨ªdo del cielo, aunque de otra manera. Era un cielo de laboratorio, elaborado a partir de encuestas m¨¢gicas, de toneladas de marketing pol¨ªtico y de audaces ejercicios de imaginaci¨®n t¨¢ctica, como ese que calculaba que el agravamiento de la situaci¨®n en Catalu?a forzar¨ªa a todo el pa¨ªs a agruparse sin fisuras alrededor de su presidente (en funciones). De la calle llegaba otro rumor muy distinto, cargado de reproches. Pero las p¨®cimas celestiales elaboradas en los despachos se impusieron a los avisos de los militantes socialistas m¨¢s pegados al terreno y con el o¨ªdo m¨¢s atento a lo que, al parecer, no detectaban las encuestas. Hasta que las urnas trajeron a S¨¢nchez de vuelta a la superficie.
Ca¨ªdos los dos, ahora no les queda m¨¢s remedio que lidiar con la realidad.
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