¡°Hay que luchar y no dejarlo nunca¡±

La memoria viva del PSOE es una asturiana inconformista de 101 a?os que, detr¨¢s de la primera impresi¨®n de fragilidad, esconde una fortaleza que le ha convertido en un mito en el imaginario de la izquierda. ¡°Hay que luchar, compa?ero, y no dejarlo nunca¡±, sentencia ?ngeles Fl¨®rez (San Mart¨ªn del Rey Aurelio, 1918), ¨²ltima miliciana socialista de la Guerra Civil y conocida por todos como Maricuela, la protagonista de Arriba los pueblos del mundo, la obra de teatro que ensayaba cuando Franco dio el golpe de Estado contra la Rep¨²blica. Por los delitos de hacer la comida para las tropas gubernamentales en el frente y ejercer como enfermera en la retaguardia pas¨® cuatro a?os en prisi¨®n, y tuvo que exiliarse m¨¢s de cinco d¨¦cadas en Francia tras escapar en una barcaza.

El viernes advert¨ªa en el saloncito de su vivienda en Gij¨®n de la amenaza que Vox supone para las instituciones e instaba al resto de partidos a aplicar a la extrema derecha un cord¨®n sanitario como el de Francia. ¡°Con todo lo que vi en mi vida, no puedo comprender que una naci¨®n que estuvo 40 a?os con una dictadura ahora vea lo que pasa y no se haga nada¡­ Es como para morirse. Si estuviese del coraz¨®n creo que me morir¨ªa¡±, lamentaba debajo de un cuadro de Pablo Iglesias Posse, el fundador del PSOE. Muy cerquita estaba enmarcado el s¨ªmbolo de su partido, un bordado regalo de una amiga. ¡°Para la rosa m¨¢s roja de todas¡±, destacaba una dedicatoria, tanto o m¨¢s que las rosas del balc¨®n.

A la espera de que se cumpla el primer Gobierno de coalici¨®n, y de izquierdas, desde la Segunda Rep¨²blica, Maricuela seguir¨¢ este martes muy atenta la constituci¨®n de las Cortes. Sobre todo si el partido nacionalpopulista de Santiago Abascal entra en la Mesa del Congreso gracias al benepl¨¢cito del PP. ¡°?Est¨¢ avanzando la extrema derecha y los dejan tan tranquilos! ?No hay que dejarlos pasar! Yo deseo que Espa?a tenga una derecha normal, una derecha que defienda sus ideas pero que cuando haya un peligro para Espa?a se unan todos los partidos¡±. El ejemplo a seguir es el frente republicano implantado en su pa¨ªs de adopci¨®n. ¡°Francia era la lecci¨®n de la democracia, no est¨¢n nada bien¡­ Pero all¨ª se unen, cuando Chirac gan¨® a Le Pen, los socialistas dieron la orden de votar todos a Chirac. Eso, en Espa?a, por el momento no lo veo¡±, lamenta.

Maricuela predica con el ejemplo. Su activismo le ha convertido en una asidua de los actos de memoria hist¨®rica. Tambi¨¦n de los m¨ªtines del PSOE, como el que Pedro S¨¢nchez tuvo en la ¨²ltima campa?a electoral en Asturias. ¡°Son fascistas y le marcan el paso a la derecha. PP y Ciudadanos han legitimado el fascismo en este pa¨ªs, les han blanqueado¡±, afirm¨® entonces Adriana Lastra, vicesecretaria general de los socialistas, en referencia a Vox. Unas palabras que Maricuela suscribe. ¡°Les conozco desde hace 83 a?os¡±, afirma vinculando al partido ultraderechista con los instigadores del inicio de la Guerra Civil.

¡°Tienen una lengua de v¨ªboras, siempre vivieron de la mentira y de las calumnias. Y siguen igual¡±, dice cuando se le recuerda que el secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, afirm¨® que las Trece Rosas ¡ªfusiladas ya en la dictadura¡ª hab¨ªan cometido violaciones en las checas. ¡°Conozco sus mentiras y calumnias. Lo peor es que la gente lo crea. La calumnia es como un caldero de agua que se tira y no puedes recoger¡±, advierte. Lo que m¨¢s le indigna es la negaci¨®n del cambio clim¨¢tico o la violencia de g¨¦nero. ¡°?Los que matan a mujeres no son machistas? ?A qu¨¦ llaman machistas entonces?¡±, se revuelve. ¡°Quieren quitar el poder a la mujer, dejarla como era, t¨² a tener hijos y a trabajar¡­ Y toda la libertad para los hombres¡±, apostilla.

Frente a la consolidaci¨®n de Abascal y sus 51 compa?eros de esca?o en el Congreso, Maricuela se contenta con la exhumaci¨®n a finales de octubre de los restos de Franco del Valle de los Ca¨ªdos. ¡°Fue algo maravilloso¡±, celebra la decisi¨®n del Gobierno en funciones. ¡°Ahora tienen que hacer all¨ª un monumento que reconozca a quienes lo construyeron y reposan all¨ª. Que el mundo pueda visitarlo para que se respete lo que [los presos] hicieron con sus manos. Y se aprenda y no se olvide lo que sucedi¨®¡±, reclama.

La retirada de las placas con nombres de republicanos fusilados en La Almudena aprobada por el Ayuntamiento de Madrid, cogobernado por PP y Cs, le ensombrece el rostro. Pero no el ¨¢nimo: ¡°?Por qu¨¦ lo consintieron? ?Por qu¨¦ no sali¨® la gente a defenderlo? Si lo consienten¡­ ?Por qu¨¦ no nos unimos todos y salimos a la calle?¡±, propone.

¡°Hay que machacar, mi lucha es para que no se repita la historia¡±, resume Maricuela su compromiso centenario. Hasta el final. Incluso cuando ya no est¨¦. El deseo de la miliciana es que tiren sus cenizas y las de su marido junto a las v¨ªctimas de la represi¨®n franquista en el cementerio gijon¨¦s de Ceares. ¡°Con los que lucharon¡±, se despide.