Las l¨¢grimas del vicepresidente
La experiencia y los nuevos colaboradores de Unidas Podemos dibujan un perfil m¨¢s moderado de Pablo Iglesias
Cuando Meritxell Batet dijo eso de ¡°queda otorgada la confianza al candidato Pedro S¨¢nchez P¨¦rez-Castej¨®n¡± fue como cuando el ¨¢rbitro pita el final de un partido ag¨®nico. Se desat¨® la euforia de los vencedores y comenz¨® la marcha f¨²nebre de los vencidos. Los gritos de Unidas Podemos ¡ª¡°?S¨ª se puede!¡±¡ª se impusieron en el hemiciclo. En medio de ese alboroto, Pablo Iglesias rompi¨® a llorar en p¨²blico. L¨¢grimas incontenibles que parec¨ªa estar guardando desde hace meses. El ni?o al que sus padres pusieron el nombre del fundador del PSOE, el joven de la coleta que en su primer discurso pol¨ªtico en 2014 us¨® una frase que utilizaba Arnaldo Otegi ¡ª¡°Cuando os insulten, difamen, cuando mientan, sonre¨ªd; porque vamos a ganar¡±¡ª sali¨® del hemiciclo cinco a?os despu¨¦s convertido en vicepresidente de Espa?a. Y no pod¨ªa dejar de llorar.
Incluso aquellos que en los ¨²ltimos tiempos hab¨ªan marcado distancias con el l¨ªder de Podemos se rinden ahora ante el logro inesperado de Iglesias. El verdadero asalto al poder de Podemos, en el que pocos cre¨ªan en este a?o dif¨ªcil tanto para Espa?a como para su propio partido. Iglesias defendi¨® hasta el final la apuesta del Gobierno de coalici¨®n con el PSOE y acab¨® ganando. ¡°Lo ha hecho bien. Ha demostrado arrojo, capacidad de decisi¨®n y un horizonte pol¨ªtico muy amplio¡±, dice de ¨¦l el exdiputado y polit¨®logo Manolo Monereo, al que Iglesias siempre consider¨® uno de sus mentores, pero que en la ¨²ltima etapa se hab¨ªa apartado del l¨ªder y criticado sus ansias de poder.
Escenario crispado
Las l¨¢grimas de Iglesias fueron la primera respuesta incontenible del que ahora siempre aparece en p¨²blico como un hombre contenido. En medio de un escenario pol¨ªtico crispado hasta el insulto, Iglesias impone su tono moderado y su voz monocorde. Apela a la Constituci¨®n, al respeto y al Rey si es necesario. Aplaude las palabras de S¨¢nchez y de ??igo Errej¨®n, cuya marcha del partido hace un a?o amenaz¨® con romper Podemos. Se presenta como un hombre de Estado y ni siquiera eleva la voz cuando la hemeroteca le recuerda que hace apenas cinco a?os promet¨ªa acabar con el ¡°r¨¦gimen del 78¡±. Asume con naturalidad sus propias contradicciones. Ser¨ªa ¡°m¨¢s c¨®modo¡± quedarse en la oposici¨®n ¡°con la pandereta defendiendo al 100% nuestro programa y no estar en las decisiones¡±, declar¨® hace unos d¨ªas en La Sexta. Pero ¨¦l ha preferido estar. A esa apuesta puso todas las fichas este ¨²ltimo a?o. ¡°Habr¨¢ que afrontar muchas contradicciones, pero est¨¢ en un punto de madurez personal y pol¨ªtica que ser¨¢ capaz de relativizar todo eso. Lo veo fuerte¡±, cuenta Jaume Asens, su amigo desde hace 20 a?os y portavoz de En Com¨² Podem.
El martes de la investidura Iglesias no particip¨® de la fiesta que los suyos ten¨ªan preparada en La Morada, primera sede de Podemos. De su despacho en el Congreso se fue directamente a Galapagar (Madrid), a la casa que comparte con Irene Montero y sus tres hijos. Desde que se convirti¨® en padre de mellizos prematuros en julio de 2018, a los que se uni¨® su hija Aitana apenas 13 meses despu¨¦s, Iglesias divide su vida entre el trabajo y la paternidad. Siempre que puede recoge a los ni?os de la guarder¨ªa despu¨¦s de comer y hace malabares con su agenda para llegar a casa antes de que est¨¦n dormidos.
Todas las personas que lo conocen destacan que la paternidad ha contribuido a ese papel m¨¢s sosegado. Pero hay mucho m¨¢s detr¨¢s. "A Pablo le ha cambiado la edad, y con la edad han venido los hijos", resume Juan Carlos Monedero, apartado ahora de la direcci¨®n del partido pero siempre al lado de Iglesias. Para el que fuera profesor de los fundadores de Podemos en la Facultad de Pol¨ªticas, el punto de inflexi¨®n de Iglesias fue darse cuenta, tras no lograr el sorpasso al PSOE, de que hab¨ªa que vencer a la derecha y la clave estaba entonces en una "guerra de posiciones gramsciana: atraer voto socialista y buscar un espacio de colaboraci¨®n con S¨¢nchez".
Las caras nuevas en el partido tambi¨¦n contribuyeron a la transformaci¨®n del nuevo Iglesias. ¡°Le hicieron ver que el Pablo siempre enfadado ganaba menos¡±. La mayor huella se la dej¨® el que fue su jefe de gabinete el ¨²ltimo a?o, Pablo Gentili, que renunci¨® hace un mes al cargo para incorporarse al Gobierno argentino de Alberto Fern¨¢ndez como secretario de Estado. Gentili, de 56 a?os y bregado en los Gobiernos de los brasile?os Lula da Silva y Dilma Rousseff, fue un revulsivo de madurez para Iglesias, rodeado desde sus inicios de gente muy joven y con poca experiencia.
Alto nivel de exigencia
Una de estas personas de los primeros a?os recuerda por encima de todo el nivel de exigencia consigo mismo y con los dem¨¢s del que entonces a¨²n era un l¨ªder por hacer. ¡°Tiene unas cualidades muy trabajadas. Se pone una apuesta muy clara: tengo que ser el mejor en oratoria. Y lo hace¡±. Cuando naci¨® el Iglesias pol¨ªtico ya era conocido como tertuliano de televisi¨®n. Hablaba de la calle, de la lucha de los de abajo contra los de arriba. Pero el objetivo de llegar al poder siempre estuvo claro. ¡°Montamos un partido siendo muy honestos. Diciendo que no ¨¦ramos el 15-M, sino que quer¨ªamos gobernar Espa?a¡±, recuerda Monedero.
El ascenso fue fulgurante. ¡°Para cualquiera ser¨ªa complejo vivir un momento de exposici¨®n como el que vivi¨®, pero para ¨¦l no lo fue. Lo empuj¨¢bamos a todo lo que pudi¨¦ramos subirlo¡±, cuenta una persona que estuvo a su lado en los inicios. Apenas tres meses despu¨¦s de constituirse como partido, Podemos logr¨® cinco esca?os en las elecciones europeas de 2014. En sus primeras generales en 2015 obtuvieron 69 esca?os. ¡°Siempre les digo que nacieron ricos, nacieron con cinco millones de votos¡±, cont¨® hace meses a EL PA?S su amiga y pr¨®xima ministra de Trabajo, Yolanda D¨ªaz.
El dif¨ªcil equilibrio entre el discurso y la propia vida ha sido en este tiempo uno de los mayores problemas de Iglesias. El chal¨¦ de Galapagar que se compr¨® con Montero antes de nacer los ni?os con una hipoteca de 540.000 euros se convirti¨® en el s¨ªmbolo de esta dicotom¨ªa. A?os antes, desde el piso heredado de su t¨ªa en el que viv¨ªa en Vallecas, Iglesias dijo aquello que acab¨® explot¨¢ndole en las manos: ¡°Me parece m¨¢s peligroso el rollo de aislar a alguien. Esos pol¨ªticos que viven en Somosaguas, en chal¨¦s, que no saben lo que es coger el transporte p¨²blico¡±. Las cr¨ªticas le obligaron a consultar a las bases del partido la pertinencia de liderar el partido que naci¨® al calor del 15-M desde un chal¨¦ de 250 metros cuadrados. La pareja gan¨® la consulta por mayor¨ªa.
La casa de Galapagar que amenaz¨® con convertirse en pesadilla es ahora en el fort¨ªn del n¨²cleo de poder del partido. Abandonadas tambi¨¦n las noches de ca?as con los amigos, la pareja re¨²ne en el chal¨¦ a sus m¨¢s cercanos con cierta frecuencia alrededor de un arroz preparado por ¨¦l. La idea del Gobierno de coalici¨®n solo existi¨® durante meses en esas comidas a media hora del centro de Madrid. Fuera de aquellas paredes nadie pensaba que S¨¢nchez, que hab¨ªa vetado hasta su presencia en un Ejecutivo conjunto el pasado verano, podr¨ªa abrir a Iglesias la puerta de La Moncloa. Y cuentan que por eso el vicepresidente llor¨® como un ni?o antes de volver a casa con los suyos. Hab¨ªa pasado lo que ¨¦l dijo que pasar¨ªa.
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