Viaje al pasado en la Zamora rural
Nadie logr¨® reparar en tres semanas los da?os por la ca¨ªda de un rayo que dej¨® sin conexiones a Otero de Bodas
La niebla y la cencellada ¡ª part¨ªculas de agua congeladas¡ª ti?en de blanco el campo y las carreteras de la provincia de Zamora. La escasa visibilidad es tal que el conductor solo sabe que pasa por una poblaci¨®n cuando atraviesa calles sin gentes y casas cerradas. Otero de Bodas, apenas cien habitantes y m¨¢s cerca de Portugal que de Zamora, sufri¨® al extremo durante tres semanas el aislamiento de estos lugares. Un rayo destroz¨® el pasado 19 de diciembre el transformador que les llevaba televisi¨®n, Internet y tel¨¦fono fijo. As¨ª estuvieron casi un mes.
Este aislamiento intensific¨® el pan nuestro de cada d¨ªa de comarcas rurales de toda Espa?a, que sufren constantes problemas en sus comunicaciones. Nadie atend¨ªa a estos zamoranos por mucho que el alcalde insistiera a las operadoras para que solucionaran el desastre. David Ferrero, del PSOE, cuenta desde Valladolid, donde reside, que varios t¨¦cnicos acudieron finalmente para arreglar la centralita. ¡°Miraremos qu¨¦ podemos hacer jur¨ªdicamente¡±, anuncia el regidor, molesto con la demora. ¡°No nos han dado ninguna explicaci¨®n¡±, apunta.
La situaci¨®n no ser¨ªa tan complicada si todos los vecinos tuvieran m¨®vil con Internet. En Espa?a hay m¨¢s l¨ªneas port¨¢tiles que personas, pero otro gallo canta en los pueblos. La teleasistencia sanitaria que reciben matrimonios como el de Francisca, de 93 a?os, y Juan, de 96, depende de un colgante con un bot¨®n que accionan si sufren un percance. Si no hay red y el tel¨¦fono fijo no funciona, la ambulancia no llega. Les tocar¨ªa gritar o salir a la calle a pedir ayuda, con la salvedad de que la vecina m¨¢s cercana ya no vive en la puerta contigua: sus familiares se la llevaron a Barcelona ante las dificultades para que la mujer hiciese vida segura.
La pareja, que prepara la lumbre para combatir el fr¨ªo, se muestra activa. La anciana porta unos haces de le?a que trae del patio; el hombre cuenta que hace un a?o se cay¨® de la bicicleta y que gracias a la teleasistencia recibi¨® ayuda en media hora. Sus hijos prefirieron evitar sustos y los acogieron en Valladolid por Navidad, pero ellos quieren estar en su pueblo. Los familiares de su vecina Josefa fueron m¨¢s dr¨¢sticos: se la llevaron a Barcelona ante las dificultades para que la mujer hiciese vida segura.
La ca¨ªda en la red castiga tambi¨¦n a quien conserva negocios en el entorno rural. Chapas oxidadas y carteles antiguos de publicidad adornan locales cerrados. Solo son nuevos los de El Portal del Lobo, una casa rural que regenta Lina Geades, de 44 a?os. La mujer trata de conectarse a duras penas a Internet. ¡°El ADSL va como una patata, esto es tercermundista¡±, protesta tras haber perdido reservas por no poder recibir correos electr¨®nicos y llamadas de clientes.
El cuadro que ofrece la gasolinera plasma c¨®mo se entretienen en estos pueblos. Dos se?ores leen la prensa con un radiador bajo la mesa y la conversaci¨®n de fondo de Marif¨¦ Ramos, que administra una estaci¨®n de servicio adaptada a cafeter¨ªa y foro de debate. La ausencia de ADSL le dificult¨® atender a quien quer¨ªa pagar con tarjeta, narra enfadadaLos lectores de prensa, Amancio y Jes¨²s, ambos de 71 a?os, ironizan con la Vicepresidencia contra la despoblaci¨®n que ha creado el nuevo Gobierno. ¡°Vivimos arrinconados como el Tercer Mundo¡±, proclama uno. ¡°Estamos apartados de la mano de Dios¡±, asegura el otro. Han perdido la fe en ser escuchados. Tendr¨¢n que esperar al s¨¢bado para recuperar la conexi¨®n con Dios, porque el p¨¢rroco ya no viene los domingos: tampoco hay suficientes curas para la comarca.
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