El Madrid perdido donde habitaban las epidemias y la muerte
Hace m¨¢s de un siglo, el Ayuntamiento mand¨® desinfectar los barrios pobres para contener los contagios; comprobaron que m¨¢s de 60.000 personas viv¨ªan en casas insalubres
![Calle de la Verdad, barrio del Marqu¨¦s de Comillas, a principios del siglo XX.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/R4VHQMNTYBXBSZWQ6EHTHPE4SY.jpg?auth=7214571685de0547f0df7e15c010dc7ee19f0bd8b761da6fa4d633b37c808891&width=414)
![Jos¨¦ Manuel Abad Li?¨¢n](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F9fe6d9e4-14ff-432e-b5b4-cb4111d83eb9.jpg?auth=bf919b09a2ffac5204a65576e2f502dbeb6cd5b561c1716863ec7086212d0ac6&width=100&height=100&smart=true)
De Madrid al cielo, pero pasando antes por la tumba. En la capital, aquel "poblach¨®n mal construido" como la llam¨® Manuel Aza?a, la mayor¨ªa de los ¨²ltimos a?os del siglo XIX y los primeros del XX se tiznan de m¨¢s muertes que nacimientos. En un siglo a Madrid la han sacudido cuatro epidemias de c¨®lera, tres de viruela, una de sarampi¨®n, am¨¦n de trancazos o gripes y difterias. Es "la ciudad de la muerte", se lee en la prensa y en informes oficiales, la "ciudad triste", "que no r¨ªe", "sin aire, sin agua, sin luz".
Un m¨¦dico higienista, C¨¦sar Chicote, dirige el Laboratorio Municipal en 1914. El alcalde de Madrid, Luis de Marichalar, le ha encargado que redacte un informe y Chicote lo elabora a partir de las desinfecciones que unos a?os antes los t¨¦cnicos a su cargo han aplicado por doquier en el Madrid pobre. Se han internado en cientos de viviendas abarrotadas, en callejones infectos y corralas m¨ªseras, sorteando muladares atestados de esti¨¦rcol y pozos negros. Las han fotografiado y han tomado muchas notas: los n¨²meros y las calles, el volumen de habitantes, la cifra de personas que comparte una misma fuente de agua o un ¨²nico retrete. Se han pateado sobre todo la zona sur y oeste de la ciudad, bordeando el r¨ªo Manzanares, los distritos de Hospital, Inclusa, Latina, Audiencia y Palacio, donde abundaban las calles con viviendas insalubres. "Chozas" y "cuartelillos" llama Chicote a aquellas chabolas en las que se refugiaba la poblaci¨®n m¨¢s humilde de la ciudad.
Sus t¨¦cnicos encuentran hasta 775 personas viviendo en una ¨²nica "casa de corredor", una corrala. De los m¨¢s de 600.000 madrile?os, hay 60.000 viviendo en ese tipo de edificaci¨®n, y casi todos ellos bajo el techo de 438 casas insalubres. Hay casas de vecindad, habitadas por "obreros o indigentes" y "casas de dormir", a¨²n m¨¢s m¨ªseras, donde se alquilan jergones para que pasen la noche las personas sin domicilio. Es un Madrid crudo que no aguanta ninguna idealizaci¨®n costumbrista.
¡°Las viviendas insalubres suponen un instrumento de miseria y de muerte esgrimido impunemente por el capital en beneficio suyo, sin que le preocupe el n¨²mero de v¨ªctimas¡±
"El hombre exhala por su respiraci¨®n en una hora 18 litros de ¨¢cido carb¨®nico", se esmera en anotar con rigor en su informe aquel m¨¦dico. "La clase pobre que habita viviendas sin cubicaci¨®n suficiente por peque?ez o por hacinamiento, consigue vivir porque, afortunadamente, las puertas y ventanas nunca cierran herm¨¦ticamente y el aire viciado se renueva poco a poco". Eso aparta la muerte por asfixia, pero la Parca sigue rondando en esas viviendas a cuyos rincones no llega la luz del sol. Faltan muchos a?os para que se empiece hablar de "distanciamiento social", pero el concepto es el mismo: el terrible contacto "diario" de sanos con los enfermos es un hecho, y Chicote lo denuncia.
![<p><strong><a href="/elpais/2020/04/29/album/1588172898_541735.html">FOTOGALER?A | Madrid, 1914: una ciudad miserable de las chozas, casuchas y cuartelillos.</a></strong></p>](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/6DFR75UMYA56LEVUEUSI4KLNNQ.jpg?auth=175646e69444db9f2c5b1e1d264800662fe889b7f771dd26ac102b00edd8934b&width=414)
FOTOGALER?A | Madrid, 1914: una ciudad miserable de las chozas, casuchas y cuartelillos.
El hacinamiento, calcula, es el responsable directo de una mortalidad "verdaderamente aterradora", de entre 35 y 48 personas por cada 1.000. Y es sin¨®nimo de tuberculosis, la enfermedad social de la ¨¦poca. Se la bautiza como "enfermedad de la vivienda", ilustra Rafael Huertas, profesor de investigaci¨®n del CSIC.
La tuberculosis va por barrios. Chicote constata que la infecci¨®n apenas mata a una persona de cada mil en los vecindarios ricos de Biblioteca o Fernando el Santo, en el distrito de Buenavista. Pero en los m¨ªseros de la Huerta del Bayo (distrito de Inclusa) o de Calatrava (Latina), en la ribera del Manzanares, esa tasa se quintuplica. Y la asociaci¨®n entre situaci¨®n econ¨®mica y enfermedad es tan estrecha, que en los edificios donde conviven pobres y ricos se ensa?a con los habitantes de los s¨®tanos y los desvanes, y pasa de largo de las plantas nobles. As¨ª lo se?ala el investigador del CSIC, que ha estudiado la relaci¨®n entre vivienda y salud en aquel Madrid, aludiendo a varios estudios.
Pero tampoco es que los t¨¦cnicos a las ¨®rdenes del m¨¦dico Chicote descubrieran el peligro de aquel Madrid infecto de 1914. Mucho antes ya se hab¨ªa visto que en las viviendas de los barrios obreros la enfermedad cund¨ªa m¨¢s que en los de la burgues¨ªa. Y la infravivienda se identifica como una posible causa. "Mucho importa determinar hasta qu¨¦ punto es la mortalidad de las clases pobres imputable a las malas condiciones de los aposentos que ocupan", hab¨ªa dicho el alcalde de la ciudad en 1874, Francisco M¨¦ndez ?lvaro, a la saz¨®n m¨¦dico.
Registran 438 casas insalubres. Hay casas de vecindad, habitadas por ¡°obreros o indigentes¡± y ¡°casas de dormir¡±, a¨²n m¨¢s m¨ªseras, donde se alquilan jergones para que pasen la noche las personas sin domicilio
Eso s¨ª, hasta finales de siglo no cuaja una conciencia clara de d¨®nde est¨¢ el problema. "La sobremortalidad de los habitantes de Madrid se produce a expensas de la clase trabajadora", apunta Rafael Huertas. Porque resultaba que la mortalidad de burgueses y nobles s¨ª estaba a nivel europeo. La desigualdad entre ricos y pobres es atroz dentro de la misma ciudad: si en el modesto distrito de Inclusa la mortalidad es de 45 personas por cada 1.000, en el acomodado de Centro no llega ni a las 20. La cercan¨ªa de hospitales agrava el problema. A las puertas del actual Museo Reina Sof¨ªa, entonces Hospital Provincial, se vende a los pobres la ropa de los enfermos infecciosos que han muerto al otro lado de los muros.
Y si los poderosos se interesan por el problema es porque temen que el problema de salud p¨²blica les toque. "Si en las insalubres casas de los menesterosos toman con facilidad mucho mayor origen las enfermedades llamadas con raz¨®n populares, poco tardan luego en irradiar desde aquellos focos hasta los palacios de los pr¨ªncipes, abrazando el conjunto de la poblaci¨®n", apunta el alcalde M¨¦ndez ?lvaro.
Pobres y ricos, enfermos y sanos
![](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/F6WELVDNZKOG3OEF5ZKXMYVHGI.jpg?auth=f6f9f82ea52f1f741eb72d12a3a1c64e838f66b38406e3d486570a21d908809c&width=414&height=233&smart=true)
C¨¦sar Chicote clasific¨® los distritos y barrios del Madrid de entonces seg¨²n su tasa de mortalidad en cinco categor¨ªas, de los 'muy salubres' a los 'muy insalubres':
(En verde) Muy salubres: Mortalidad de entre 13,43 y 16,91 por 1.000 habitantes. Barrios de Floridablanca, Conde de Aranda, Biblioteca, Conde Duque, Campoamor, Almirante y Las Torres.
(En celeste) Salubres: entre 17,43 y 22,02. Barrios de Monasterio, Ca?izares, Fernando el Santo, Pr¨ªncipe, Tudescos, Retiro, Monta?a, Correos, Arg¨¹elles, Pac¨ªfico, Constituci¨®n, Ayuntamiento, San Mart¨ªn, Puerta del Sol, Cervantes, Las Mercedes, Luchana, Carlos III, Marqu¨¦s de Salamanca, G¨®ngora, Hern¨¢n Cort¨¦s y Estrella.
(En amarillo) Poco salubres: entre el 22,31 y 22,73. Col¨®n, Mu?oz Torrero, Apodaca, Carmen, Jes¨²s del Valle, Espejo, Dos de Mayo, Isabel II, Plaza de Toros, Jardines, Sandoval, Guindalera, San Luis, San Opropio, Alameda, Montele¨®n, Cardenal Cisneros, Senado, Duque de Alba, San Pablo, Goya, Vallehermoso, Hip¨®dromo, ?lamo, Conde de Toreno y Bilbao.
(En gris) Insalubres: entre 28,14 y 34,30. San Isidro. Cava, Doctor Fourquet, Ministriles, Alfonso VI, Gutenberg, Torrecilla, Quintana, San Francisco, Minas, Casa de Campo, Trafalgar, Bellas Vistas, Santa Mar¨ªa, San Carlos, Santa Luc¨ªa, Amazonas, Delicias, Balmes, Moncloa, Prosperidad, Lozoya, Humilladero, Rastro, Amaniel, Alfonso X.
(En negro) Muy insalubres: entre 35,19 y 47,53. Barrios de Marqu¨¦s de Comillas, Cuatro Caminos, Guzm¨¢n el Bueno, Aguas, Santa Mar¨ªa de la Cabeza, Lavapi¨¦s, Arganzuela, Qui?ones, Imperial, Argumosa, Gas¨®metro, Miguel Servet, Huerta del Bayo, Calatrava, Primavera, Jes¨²s y Mar¨ªa, Caravaca, Cabestreros y Pe?uelas.
?Qu¨¦ es mejor? ?Que los obreros vivan en sus propios barrios, construidos con casas dignas pero bien a las afueras? ?O que compartan edificios mixtos con los burgueses, unos en las buhardillas y s¨®tanos y otros en las plantas nobles? El dilema sobrevolaba desde hac¨ªa d¨¦cadas en las conversaciones de los arquitectos. En 1883 se hab¨ªan enfrentado por una u otra soluci¨®n en el primer congreso de arquitectura que se celebra en Espa?a. La primera opci¨®n tiene la ventaja de que alentar¨¢ a los humildes con la ilusi¨®n de ser propietarios de un techo. La segunda, que de la cercan¨ªa con los burgueses se podr¨¢n contagiar ¡ªen el mejor sentido¡ª de buenas costumbres.
Todas las propuestas se hacen siempre "desde presupuestos burgueses en los que se a¨²nan, invariablemente, la defensa social y el paternalismo de la clase dominante", se?ala Rafael Huertas. "En contacto forzoso todos, se conocer¨ªan y se estimar¨ªan: el obrero vicioso tendr¨ªa un freno en el qu¨¦ dir¨¢n de sus vecinos: si ven¨ªa beodo temer¨ªa encontrarse en la escalera a la se?ora del segundo que atendi¨® a su mujer en el ¨²ltimo parto con su regalito, o al m¨¦dico que la atendi¨® gratuitamente o al del tercero, que le da ropita usada de los ni?os". La cita pertenece a un libro de 1892, El obrero en la sociedad.
![Chozas en el el arroyo de Embajadores, barrio del Gas¨®metro.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/5HTKQCFVR2BQUXRJPKJIAEF4OQ.jpg?auth=c10b784c6afa2d6d977e7428e09cade37e6d2472a787c45857c168d0b096f8e0&width=414)
Con el nuevo siglo, el conservador alcalde de Madrid Luis de Marichalar sigue las mismas pautas paternalistas. Echa de menos aquellas casas mixtas, que han ido desapareciendo y que se muestran insuficientes para absorber el aluvi¨®n de nuevos madrile?os. "Han pasado por desgracia aquellos tiempos (...) en que en una misma casa habitaban pobres y ricos (...) La higiene de los unos afectaba a los otros", dice De Marichalar. "No hab¨ªa calamidad de los de la guardilla [los pobres] de que no tuvieran conocimiento los vecinos de los pisos m¨¢s bajos, apresur¨¢ndose a subir socorro en especie o en met¨¢lico". Llama a organizar juntas de vecinos por barrios, que cuenten y clasifiquen a los menesterosos que los rodean, para ver cu¨¢ntos son y cu¨¢nto necesitan. Sospecha que los fondos de la beneficiencia privada son suficientes, si se dirigen bien. Pero tambi¨¦n asume que toca expropiar y demoler mucho edificio. La Gran V¨ªa ser¨¢ la plasmaci¨®n m¨¢s clara de esa pol¨ªtica, que no solo busca alojar los grandes almacenes y las salas de cinemat¨®grafos, sino tambi¨¦n sanear el centro de la ciudad. Las obras afectaron a 48 calles ¡ª14 de ellas desaparecieron¡ª y se derruyeron 315 casas.
Chicote concluye en su informe que la vivienda insalubre "degrada y mata". "Las viviendas insalubres suponen un instrumento de miseria y de muerte esgrimido impunemente por el capital en beneficio suyo, sin que le preocupe el n¨²mero de v¨ªctimas que suponen los alquileres que aqu¨¦llas rinden ¡ªsiempre m¨¢s productivos que los de las casas habitables¡ª". En sus conclusiones, en cambio, no libra a los pobres de culpa: "No toda la responsabilidad en la existencia de las casas insalubres corresponde a la propiedad, y que llega a existir entre esta y las personas que las alquilan, una especie de complicidad interesada. No puede negarse que, en efecto, las familias pobres y numerosas voluntariamente habitan viviendas desprovistas de condiciones".
¡®Hotel la Tinaja¡¯
![](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/QZCBBDPOBR5TG6MG5JDXWYX6XI.jpg?auth=a4b0ce8c190f2d1c1147fb0bb1a2be8d83757fb2fdb4a098ece3e4ff7c8f5781&width=414&height=233&smart=true)
Los t¨¦cnicos de C¨¦sar Chicote se marcharon al extrarradio de aquella ciudad que ganaba terreno al campo dejando un ribete desastrado de casuchas y cuartelillos: el Madrid del lumpen. Aquellas chozas, y recuentan m¨¢s de 2.000, albergan a 10.000 personas. Les llama la atenci¨®n una construcci¨®n en particular, el 'Hotel de la Tinaja', una chimenea que se hab¨ªa construido en 1881 para la cocci¨®n de vidrio en la F¨¢brica y Escuela de Artes Cer¨¢micas de La Moncloa, instituci¨®n ya desaparecida. Tras su cierre varias familias se refugiaron en la estructura, que sigue en pie.
El equipo de t¨¦cnicos tambi¨¦n se intern¨® en el centro de Madrid. Recoge el informe de 1914 im¨¢genes de casas de las calles de Toledo, Arganzuela, Mira el R¨ªo Alta, Rosario, Mart¨ªn de Vargas, Pe?a de Francia, Ruda, Ventosa, Pe?¨®n, Provisiones, Salitre, Tribulete, el callej¨®n del Mellizo o la plaza de Lavapi¨¦s. "Reproducimos algunos interiores porque a su vez dan idea perfecta de las condiciones insalubres de las que tanto abundan en los distritos del Hospital, Inclusa y Latina", apunta Chicote. Entre paredes desventradas, vigas vencidas y alg¨²n retrete, asoman ni?os con gesto intrigado ante aquellos hombres que se colaban a desinfectar sus casas y que adem¨¢s les hac¨ªan fotos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
![Jos¨¦ Manuel Abad Li?¨¢n](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F9fe6d9e4-14ff-432e-b5b4-cb4111d83eb9.jpg?auth=bf919b09a2ffac5204a65576e2f502dbeb6cd5b561c1716863ec7086212d0ac6&width=100&height=100&smart=true)
Archivado En
- Tuberculosis
- Pandemia
- Infravivienda
- Pobreza
- Epidemia
- Ayuntamiento Madrid
- Vivienda
- Enfermedades infecciosas
- Enfermedades
- Ayuntamientos
- Madrid
- Historia contempor¨¢nea
- Medicina
- Gobierno municipal
- Comunidad de Madrid
- Historia
- Administraci¨®n local
- Espa?a
- Pol¨ªtica municipal
- Urbanismo
- Problemas sociales
- Salud
- Administraci¨®n p¨²blica
- Pol¨ªtica
- Sociedad
- Sepa usted
- EP Verdad (hechos)
- Blogs