Las otras ¡®Gran V¨ªa¡¯ que no pudieron ser

Comenzamos este martes la serie de reportajes especiales ?rase una vez Madrid, dedicados a aspectos poco conocidos del pasado de la ciudad y que se publicar¨¢n semanalmente a lo largo del verano.?

El Madrid de 1921 queda tan atr¨¢s que sus habitantes se contaban a¨²n como almas,?unas 750.000 almas en n¨²mero ascendiente que cada vez m¨¢s quer¨ªa moverse por la ciudad que crece en autom¨®vil. Desde 1854 a 1921, el tr¨¢fico rodado se multiplic¨® por 16, y arquitectos y pol¨ªticos se planteaban c¨®mo darles cauce en aquella ciudad-corte que se sacude el pelo de la dehesa y aspira a convertirse en una gran metr¨®poli europea. La ahoga el hacinamiento de la poblaci¨®n en el centro y el paso continuo, sobre todo por la Puerta del Sol, de transe¨²ntes, coches, tranv¨ªas.

Se miraba, como en tantos otros aspectos en aquella ¨¦poca, a Par¨ªs y a las reformas de Haussmann, que hab¨ªa geometrizado la capital francesa durante el Segundo Imperio, y tambi¨¦n al movimiento City Beautiful, que desde EE UU propon¨ªa ordenar las ciudades y llenarlas de espacios emblem¨¢ticos. El 12 de octubre de aquel 1921, el arquitecto Jos¨¦ Luis de Oriol firma un proyecto m¨¢s lleno de entusiasmo que de sentido pr¨¢ctico. Cre¨ªa que Madrid se hab¨ªa ido renovando abriendo solo v¨ªas amplias de este a oeste, como la Gran V¨ªa en construcci¨®n, que ha inyectado luz y con el sol, salubridad a un Madrid umbr¨ªo de callejas y plazuelas. Pero la nueva ciudad se ha olvidado del eje norte-sur.?

Si ya la Gran V¨ªa hab¨ªa abierto la gran brecha en el caser¨ªo en 1910, ?por qu¨¦ no perforarlo con otra que facilitara la comunicaci¨®n entre el nuevo centro y los barrios del norte, hacia donde se expande la ciudad? De Oriol detalla el proyecto de una avenida de 35 metros de ancho que partir¨ªa de Callao para surcar Malasa?a y desembocar en Bilbao, y que servir¨ªa como un colector del tr¨¢fico que se dirigiera desde la meseta de Cuatro Caminos hacia el centro.?

El arquitecto imagina en un extremo una reluciente y espectacular plaza de Callao, en forma de rect¨¢ngulo y flanqueada por edificios de estilo historicista con pin¨¢culos de inspiraci¨®n g¨®tica, fachadas m¨¢s propias de los Pa¨ªses Bajos que de Espa?a y un edificio clasicista que recuerda la catedral de San Pablo de Wren¡­ En su visi¨®n tendr¨¢n que dar esas edificaciones una impresi¨®n de ¡°sencillez y grandiosidad¡± (!) al conjunto, porque dice De Oriol que a veces se cae en ¡°verdaderos delirios de composici¨®n¡± que llevan a las grandes v¨ªas a convertirse en ¡°pesadillas arquitect¨®nicas¡±.

La superficie de la futura y nonata plaza de Callao estaba pensada para los coches. Para los peatones concibe unos pasajes subterr¨¢neos. Y entre ellos y el nivel de la calle, los madrile?os disfrutar¨ªan de establecimientos comerciales: ¡°tiendas de refrescos, limpiabotas, peluquer¨ªas¡±. Debajo de esta otra Gran V¨ªa, que piensa dedicar a Alfonso XIII, circular¨ªa una l¨ªnea de metro, porque la Puerta del Sol-Cuatro Caminos ya va atestada, y para airearlo, amplias chimeneas ascender¨ªan por las fachadas interiores de los flamantes nuevos edificios para evitar ¡ªlo piensa todav¨ªa bajo el influjo del higienismo¡ª que se ¡°oxide el aire de estos recintos¡±.

Echa sus cuentas. Tirar un edificio de un solo piso de los muchos con los que habr¨¢ que derruir para abrir esa segunda Gran V¨ªa sale a 13 pesetas el metro cuadrado; uno de cuatro, a 49, calcula el t¨¦cnico, pero los solares resultantes compensar¨¢n ese gasto, porque cree que el precio de su metro ascender¨¢ a 512 pesetas. En total, se obtendr¨¢n terrenos por valor de 51 millones de pesetas, en los 15 a?os que cree tardar¨¢n en venderse. As¨ª, la reforma tendr¨ªa ¡°todas las condiciones de econom¨ªa y f¨¢cil ejecuci¨®n¡±, presume el arquitecto, que la ve¨ªa terminada en nueve a?os.

Agradezcan quienes gusten de las calles recoletas de Malasa?a o acudan a las funciones del teatro Lara que aquel proyecto no fructificara, porque menospreciaba el edificio y planteaba arramblar con ¨¦l. De haber salido adelante, los madrile?os nunca hubieran disfrutado, o al menos no en su ubicaci¨®n actual, del fabuloso Palacio de la Prensa.

Una de las avenidas planeadas se llevaba por delante el Teatro Real y la plaza de las Descalzas tal y como la conocemos, adem¨¢s del Teatro Lara y gran parte de Malasa?a

Pero la imaginaci¨®n de De Oriol guardaba otro proyecto a¨²n m¨¢s ambicioso (y cuyo coste sobre el patrimonio arquitect¨®nico tambi¨¦n habr¨ªa sido mayor) para reurbanizar el interior de Madrid: continuar esa avenida que part¨ªa desde Bilbao y pasaba por Callao hasta la plaza de Oriente. En medio el arquitecto se topaba con la plaza Mayor, pero ese amor suyo por la l¨ªnea recta y la perspectiva grandiosa se impondr¨ªa: se tirar¨ªa abajo un lateral entero de la plaza, que quedar¨ªa abierta a un lado de esa gran avenida, y se salvar¨ªa la altura con unas escalinatas monumentales: el nuevo conjunto se llamar¨ªa plaza de la Constituci¨®n. La vaguada de la calle de Arenal se sortear¨ªa con un viaducto. El resultado: una calle de algo m¨¢s de 2,5 kil¨®metros que comunicar¨ªa, f¨ªsica y visualmente, el Palacio Real con la glorieta de Bilbao.

Puestos a abrir, De Oriol plante¨® otra gran avenida que partir¨ªa tambi¨¦n desde la glorieta de Bilbao hacia la plaza de Lavapi¨¦s, que rebautizar¨ªa como de Goya. Y, no contento con eso, se propuso abrir desde la plaza de Oriente tres avenidas en forma de tridente, como las que se internan en Roma desde su piazza del Popolo: una se dirigir¨ªa una hacia el comienzo de la San Bernardo y conectar¨ªa ah¨ª con la futura Gran V¨ªa; otra, bien larga, hasta las espaldas del actual edificio Metr¨®poli (llev¨¢ndose por delante el Teatro Real y la plaza de las Descalzas tal y como la conocemos); y una tercera hasta Lavapi¨¦s.

Al proyecto se unir¨ªa otra calle amplia que nacer¨ªa de la bas¨ªlica de San Francisco el Grande hasta el paseo del Prado. De su uni¨®n contra de las nuevas calles nacer¨ªa una gran plaza del Progreso, cerca de la actual de Tirso de Molina. El plan remodelador de Oriol no se para: plantea otra avenida, ¡°De la Villa¡±, que arrancar¨ªa en la catedral de la Almudena y llegar¨ªa a la ya cercenada plaza Mayor. Una v¨ªa casi coincidente con la calle Mayor, pero m¨¢s ancha, que dir¨ªa adi¨®s a la plaza de la Villa tal y como ha llegado a nuestros d¨ªas.

¡°De Oriol trata de adaptar Madrid a su proyecto y no al rev¨¦s: geometriza la ciudad con l¨ªneas rectas, sin tener en cuenta la topograf¨ªa ondulante de la ciudad, que salva con viaductos, escalinatas, inc¨®modas para el ciudadano. Es una ciudad pensada para que fluya el tr¨¢fico, no las personas. Supon¨ªa adem¨¢s unos derribos de casas enormes, y mucha gente modesta se quedar¨ªa sin casa de un d¨ªa para otro¡±, apunta Fernando Mill¨¢n, de la Biblioteca Digital memoriademadrid.

El Madrid popular de los tenderos dejar¨ªa sitio a la burgues¨ªa enriquecida por la banca y la industria. ?Qu¨¦ pasar¨ªa con los habitantes m¨¢s castizos del poblach¨®n de Madrid? ¡°Las familias modestas que malviven hacinadas (...) pasar¨¢n a vivir en zonas higi¨¦nicas abundantes en luz, aire y sol a las afueras de la capital¡±, sentencia en su proyecto De Oriol.

¡°Jos¨¦ Luis de Oriol pertenec¨ªa a una familia de banqueros con afinidad y amistad con el poder y la monarqu¨ªa. Su proyecto podr¨ªa haber salido adelante¡±, se?ala Luis Moya, catedr¨¢tico em¨¦rito de la Escuela T¨¦cnica Superior de Arquitectura de la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid. Pero no sali¨®, probablemente por su inmenso coste econ¨®mico y tambi¨¦n social. ¡°Es probable que aquella ciudad, que recordemos que recaudaba poco dinero de impuestos, no pudiera abordarlos, porque adem¨¢s ya estaba en marcha la construcci¨®n de la Gran V¨ªa¡±, precisa.

Aquel arquitecto enamorado de la geometr¨ªa no vio realizado ni un metro de su fastuoso proyecto, pero de ¨¦l queda la casa-palacio que erigi¨® frente al Retiro, en la calle Alfonso XII con Montalb¨¢n, el actual Hotel AC Palacio del Retiro tras una adaptaci¨®n ejecutada por un nieto arquitecto suyo. M¨¢s que como arquitecto, se le recordar¨¢ como empresario: fund¨® Hidrola, de cuya fusi¨®n con Iberduero nacer¨ªa mucho tiempo despu¨¦s Iberdrola, y tambi¨¦n cre¨® la compa?¨ªa que desarroll¨® el tren Talgo.