El espa?ol que ense?aba rob¨®tica a los chinos
Eduardo Alarc¨®n triunfa con una 'startup' que organiza talleres sobre programaci¨®n y rob¨®tica en China, un pa¨ªs abierto a nuevas tecnolog¨ªas y ¨¢vido de aprender
Eduardo Alarc¨®n (Madrid, 1984) tiene un innegable don de gentes. Esa es una ventaja evidente en cualquier parte, pero en China mucho m¨¢s. Sobre todo si no se domina el mandar¨ªn. No pierde nunca la sonrisa y parece tener una paciencia infinita, elementos imprescindibles para alguien que ha decidido enfrentarse a un reto que har¨ªa temblar a muchos: introducir a ni?os y j¨®venes chinos en el mundo de la programaci¨®n y la rob¨®tica.
El fundador de TokyLabs, una startup de rob¨®tica educativa que tiene como objetivo cambiar el modo en que las empresas y organizaciones educativas se aproximan a la innovaci¨®n tecnol¨®gica, sabe encandilar a su audiencia. No aparece con gruesos libros de teor¨ªa ni con una sopor¨ªfera presentaci¨®n en Power Point. Alarc¨®n est¨¢ convencido de que no hay mejor forma de aprender que con ejemplos pr¨¢cticos, as¨ª que ha creado varios aparatos divertidos para que los participantes en sus talleres se adentren en los conceptos b¨¢sicos de sectores que resultan poco asequibles para el com¨²n de los mortales.
¡°Los talleres, que duran entre cuatro horas y una semana, tienen tres partes: la primera es una introducci¨®n r¨¢pida a la electr¨®nica, para que entiendan c¨®mo funciona el ensamblaje y qu¨¦ es Arduino -la placa base de c¨®digo abierto sobre la que trabajar¨¢n para dar forma al producto que van a crear-. En la segunda fase damos unos conceptos b¨¢sicos sobre programaci¨®n, ya que van a descargar el c¨®digo de nuestra web para luego modificarlo para que los aparatos respondan como ellos quieren; y acabamos con una aproximaci¨®n al dise?o, en la que utilizan el modelo de una carcasa b¨¢sica para adaptarla a las caracter¨ªsticas de lo que han creado antes de imprimirla en 3D¡±, explica.
Hasta ahora, sus alumnos han podido crear dos productos desarrollados por Alarc¨®n: el Toky Watch, que es el primer reloj inteligente Arduino en el mercado y del que ya ha vendido 2.000 unidades, y el TokyBot, un divertido robot que se asemeja a un antiguo ca?¨®n con ojos y que se dirige con un haz de luz o a trav¨¦s del smartphone. ¡°En China es muy importante para atraer participantes a un taller que al final del mismo creen algo tangible que puedan fotografiar y llevarse a casa¡±, explica el ingeniero, que en su estrategia de negocio combina los ingresos por sus servicios educativos con la venta de ese hardware. ¡°A veces se valora m¨¢s ese selfi que el aprendizaje. Se ve claramente cuando los ni?os quieren hacer el robot y los padres les piden que trabajen el reloj porque les gusta m¨¢s a ellos. Pero lo importante es inocular algo de conocimiento de forma amena¡±.
Tanto ¨¦xito est¨¢ teniendo que ahora colegios y empresas se rifan sus servicios. Alarc¨®n da sus talleres en instituciones p¨²blicas -ha cerrado un acuerdo con el gobierno del distrito de Jing¡¯an en Shangh¨¢i-, en acontecimientos tecnol¨®gicos como el Mobile World Congress, e incluso en eventos que diferentes multinacionales como Ford o Coca-Cola organizan para sus empleados. ¡°En diciembre daremos un salto importante con la introducci¨®n del TokyMaker, una especie de navaja suiza para inventores que no tienen experiencia. Ser¨¢ una peque?a caja con una placa a la que se le podr¨¢n a?adir hasta 40 sensores y que se programar¨¢ por Internet¡±. Algo as¨ª como el antiguo Quimicefa para futuros programadores y creadores de?hardware.
Alarc¨®n se ha convertido en una referencia para el sector educativo m¨¢s innovador de China, pero los comienzos no fueron f¨¢ciles. ¡°Despu¨¦s de haber estudiado Ingenier¨ªa T¨¦cnica de Telecomunicaciones e Ingenier¨ªa de Automatizaci¨®n Industrial comenc¨¦ un doctorado en Electr¨®nica de Potencia, pero nunca llegu¨¦ a acabar la tesis porque el ¨²ltimo a?o nos mudamos a China¡±, recuerda. La crisis econ¨®mica provoc¨® grandes recortes en los presupuestos para investigaci¨®n del sector universitario y Alarc¨®n termin¨® tirando la toalla.
Lleg¨® a Shangh¨¢i en 2015 con su mujer, Andrea Guallar, que fue la primera en encontrar trabajo. ¡°Cre¨ªmos que era el pa¨ªs adecuado porque se est¨¢ convirtiendo en el centro del mundo, pero termin¨¦ desesper¨¢ndome y dudando de m¨ª mismo. Envi¨¦ 200 curr¨ªculos y no recib¨ª ninguna respuesta¡±, a?ade. Hasta que una persona le habl¨® del primer ¡®hacker space¡¯ de China, Xinchejian. ¡°A m¨ª me interesaba un lugar con wifi para seguir buscando trabajo, pero all¨ª ten¨ªa todos los materiales a mi alcance y comenc¨¦ a crear un robot¡±. No un robot cualquiera, sino uno para pedirle matrimonio a Guallar. ¡°El cacharro sacaba el anillo y se lo daba¡±, r¨ªe Alarc¨®n.
La an¨¦cdota trascendi¨® y se anim¨® a indagar en las posibilidades de negocio de la rob¨®tica. ¡°Contact¨¦ con el Mobile World Congress y me contrataron para un peque?o evento en el que construimos 300 robots. Tuvo tanto ¨¦xito que, desde entonces, llevamos ya casi tres a?os colaborando y ahora TokyLabs es una empresa asociada de Yo-Mo¡±, el evento educativo centrado en la ciencia que se celebra en el MWC. As¨ª, poco a poco, Alarc¨®n fue haciendo suyo el sue?o chino. ¡°Este pa¨ªs nos da la posibilidad de hacer lo que queremos. No es f¨¢cil, pero merece la pena intentarlo¡±, asegura.
Adem¨¢s, su experiencia le ha permitido sumergirse en uno de los sectores m¨¢s complejos de China: el de la educaci¨®n. Y tiene claro que hay grandes diferencias con Espa?a, aunque no se aventura a decir si para mejor o para peor. ¡°Es evidente que en China hay m¨¢s inter¨¦s por la educaci¨®n. Y, sobre todo, hay mucha m¨¢s inversi¨®n en este sector. Tanto por parte del Gobierno, que quiere revolucionarlo, como de las propias familias. Los ni?os chinos, adem¨¢s, son m¨¢s educados y f¨¢ciles de llevar. Pero tambi¨¦n est¨¢n sujetos a una gran presi¨®n. Los padres quieren que sean n¨²mero uno porque les preocupa que pierdan oportunidades en un pa¨ªs tan competitivo. As¨ª que tienen tantas extraescolares que carecen de actividad f¨ªsica y apenas les queda tiempo para jugar. Tambi¨¦n les cuesta m¨¢s concentrarse, y a la primera de cambio se cuelgan del m¨®vil¡±, analiza.
En esta coyuntura, Alarc¨®n quiere que sus talleres sean tanto un lugar de aprendizaje como de disfrute. ¡°Y que sirvan de inspiraci¨®n para que los ni?os y j¨®venes puedan elegir el camino que m¨¢s les motive¡±, a?ade. Ahora, su intenci¨®n es llegar a una audiencia mucho mayor creando el contenido de un sistema de aprendizaje que luego otros pueden desarrollar en multitud de centros educativos. ¡°Para trabajar con instituciones p¨²blicas tenemos que editar un libro de texto al uso. No me motiva demasiado, aunque quiz¨¢ tenga que hacerlo. Yo prefiero ir subiendo a nuestra web los proyectos de gente que ha desarrollado nuestro hardware y que pueden ser mucho m¨¢s interesantes como material did¨¢ctico¡±, explica.
En cualquier caso, Alarc¨®n cree que es solo cuesti¨®n de tiempo que China lidere el sector tecnol¨®gico. No solo porque posee la red de proveedores y fabricantes que ha convertido al pa¨ªs en la f¨¢brica del mundo, sino tambi¨¦n porque est¨¢ desarrollando gran talento. ¡°El presidente Xi Jinping dijo que el futuro estaba en los hackers -entendido como tecn¨®logos que hacen cosas, no como criminales de Internet- y de repente aparecieron decenas de espacios para ellos. Las familias invierten muchos recursos en lo que consideran que es el futuro, y es evidente que en este sector lo hay¡±, recalca Alarc¨®n, que no ve su ansiado regreso a Espa?a como una posibilidad a corto plazo. ¡°Quiz¨¢ nuestro pr¨®ximo paso est¨¦ en Estados Unidos¡±.
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