?Puedo saber qu¨¦ informaci¨®n tiene mi empresa sobre m¨ª?
Cada vez m¨¢s compa?¨ªas apuestan por el 'big data', que ahora llega a los recursos humanos. El problema empieza cuando los datos que se analizan pertenecen a los empleados
Con los primeros intentos de definir la regulaci¨®n de criptomonedas, los retos ¨¦ticos que plantean los veh¨ªculos aut¨®nomos y otros sistemas de inteligencia artificial e iniciativas como la Ley Facebook alemana, la Ley Google argentina o la Ley Uber chilena, es innegable que el futuro ya est¨¢ aqu¨ª e inevitable empezar a dar respuestas a preguntas sobre cuestiones que todav¨ªa no han salido a debate p¨²blico.
La incipiente tendencia de lo que se ha venido a denominar people analytics ¡ªel uso de anal¨ªtica de datos para captar y retener el talento en las empresas¡ª unida a la creciente preocupaci¨®n por la protecci¨®n de datos en una sociedad cada vez m¨¢s digitalizada suscita algunas de estas cuestiones. ?Pueden las empresas recoger todo tipo de informaci¨®n de sus empleados sin su permiso? ?Tiene derecho el trabajador a acceder a los datos que la empresa recoja sobre su desempe?o?
- ?Qu¨¦ es el people analytics?
Los departamentos de recursos humanos empiezan a o¨ªr hablar sobre la pr¨®xima tendencia en su sector: recopilar y analizar datos para ganar eficiencia en los procesos de selecci¨®n. La anal¨ªtica promete revolucionar la contrataci¨®n acercando a la empresas los perfiles que mejor se adapten a sus necesidades. Pero sus efectos no solo se notan en los nuevos empleados. El director ejecutivo de LinkedIn, Jeff Weiner, afirmaba hace un tiempo a EL PA?S RETINA que este nuevo enfoque ¡°permite a las empresas conocer mejor a la gente que ya trabaja con ellos, descubrir sus puntos fuertes y d¨¦biles y compararse con la competencia¡±.
La recaudaci¨®n de datos que plantea el people analytics empieza en redes sociales, sigue en evaluaciones de desempe?o y culmina en futuribles como emplear aprendizaje autom¨¢tico en entrevistas por Skype para analizar la expresi¨®n facial de un candidato o rastrear su huella digital. Pero la invasi¨®n de la privacidad de los trabajadores no puede justificarse alegando un beneficio empresarial, por muy cuantioso que sea.
- Los derechos del trabajador
¡°Cualquier trabajador tiene derecho a saber qu¨¦ informaci¨®n se tiene de ¨¦l y, una vez la relaci¨®n de trabajo deje de estar vigente, a pedir su retirada¡±, defiende Ana G¨®mez, presidenta de Asociaci¨®n Nacional de Laboralistas. ¡°Los tribunales cada vez tienen m¨¢s en cuenta los derechos de los trabajadores en cuesti¨®n de protecci¨®n de datos y las empresas lo valoran¡±.
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Y cuando no lo hacen de forma directa, aparecen precedentes que comienzan a sentar las bases de la propiedad del historial laboral. Recientemente, un tribunal de Luxemburgo dict¨® sentencia a favor de un alumno cuyo centro de estudios le hab¨ªa negado el acceso a la revisi¨®n de sus ex¨¢menes con el pretexto de que era informaci¨®n privada. Seg¨²n el tribunal, las evaluaciones que se hacen del estudiante son datos merecedores de protecci¨®n a los que este puede tener acceso. ¡°Esto se puede extrapolar a las evaluaciones de desempe?o que se hacen de los empleados en una empresa, lo que significar¨ªa que los trabajadores tendr¨ªan derecho a acceder a las valoraciones subjetivas que se hicieran sobre su labor en la compa?¨ªa¡±, apunta G¨®mez.
Respecto a la regulaci¨®n en su sentido m¨¢s estricto, Espa?a va por buen camino, lo que tampoco significa que lo est¨¦ haciendo lo mejor que puede. Los derechos ARCO (siglas de Acceso, Rectificaci¨®n, Cancelaci¨®n y Oposici¨®n), que se enmarcan dentro de la Ley Org¨¢nica de Protecci¨®n de Datos, son de los m¨¢s exigentes de Europa, pero se quedan cortos en muchos sentidos. El Reglamento General de Protecci¨®n de Datos de la Uni¨®n Europea (GDPR), que entrar¨¢ en vigor el pr¨®ximo 25 de mayo, augura un soplo de aire fresco para los trabajadores. ¡°Con la entrada en vigor del GDPR, el elenco de derechos es mayor¡±, explica G¨®mez. ¡°Podr¨ªamos decir que es un horror para las empresas: se les va a exigir mucho m¨¢s en t¨¦rminos de protecci¨®n de datos¡±.
Si una empresa no aporta los datos que le pide un trabajador, gracias al GDPR, este podr¨¢ abrir un procedimiento administrativo sancionador a trav¨¦s de la Agencia Espa?ola de Protecci¨®n de Datos, que es el organismo supervisor que controlar¨¢ si se ha cumplido el reglamento. El empleado tambi¨¦n puede pedir tutela judicial y reclamar que se cumpla la obligaci¨®n de la empresa de entregarle sus datos y exigir da?os y perjuicios.
El gran problema es que, tal y como est¨¢n establecidos, estos procedimientos son muy lentos y pueden prolongarse hasta dos a?os. Por otro lado, en el caso de llegar a buen puerto, el castigo a la empresa busca ser ejemplarizante. Una de las novedades que trae el GDPR es que las sanciones se imponen en funci¨®n de la facturaci¨®n de la empresa, una manera de evitar que les resulte rentable pagar la sanci¨®n y seguir sin cumplir.
La multa de 600.000 euros que impuso Espa?a a Facebook y Whatsapp por cruzar datos personales de sus usuarios sin su conocimiento entre ambas plataformas sirve como ejemplo de la relativa impunidad que tienen este tipo de acciones actualmente. ¡°Uso Whatsapp en el grupo de madres del colegio y me vuelvo loca cada vez que veo que alguien sube una foto de los ni?os¡±, comenta Aur¨¦lie Pols, analista de datos experta en ¨¦tica y privacidad. ¡°No puedo evitar sorprenderme de lo peque?a que es la cifra que tienen que pagar cuando pienso en la forma en que las caras de mis hijos han alimentado el desarrollo del reconocimiento facial¡±.
La pregunta es cu¨¢nta gente va a preocuparse por saber qu¨¦ datos tienen sus empresas sobre ellos .
Aur¨¦lie Pols, analista de datos experta en ¨¦tica y privacidad.
El problema no es menor en el entorno laboral, pero la pelota no se encuentra solo en el tejado de legisladores y autoridades supervisoras ni corresponde exclusivamente a la buena voluntad de las empresas. Pols considera que el futuro de la propiedad de la informaci¨®n depende en buena parte de los usuarios. ¡°Antes tambi¨¦n pod¨ªas pedir a las compa?¨ªas los datos que ten¨ªan de ti, la diferencia es que ahora es gratis¡±, expone. ¡°La pregunta es cu¨¢nta gente va a preocuparse por saber cu¨¢nta informaci¨®n tienen las empresas de ellos. Esto puede convertirse en un partido de tenis de mesa; nos esperan a?os interesantes en torno a este tema¡±.
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