China lucha contra las falsificaciones (pero a los europeos nos encantan)
El gobierno chino abre una investigaci¨®n a la flamante plataforma ¡®online¡¯ Pinduoduo por vender copias. Pero, por mucho que se intente, parece imposible acabar con ellas.
Independientemente de su clase social y de su nivel de ingresos, hay una pregunta que hacen casi todos los extranjeros que visitan China: ?D¨®nde puedo comprar falsificaciones? La formulan con una mueca de remordimiento o con una sonrisa p¨ªcara, dependiendo de su estatura moral. Y buscan de todo: bolsos, relojes, ropa, y calzado. Pocas cosas hay m¨¢s excitantes que llevarse lo que parece un producto de lujo por una cent¨¦sima parte de lo que cuesta el original. Pero cada vez es m¨¢s dif¨ªcil encontrarlos.
Porque, aunque diferentes organizaciones internacionales estiman que China es el origen de entre el 60% y el 86% de todos los productos falsificados del mundo, que suponen en torno al 12% de las exportaciones del pa¨ªs y tienen un valor global de unos 283.000 millones de euros, Pek¨ªn no miente cuando asegura que est¨¢ combatiendo las falsificaciones. Por lo menos en la calle. De hecho, muchos de los mercados especializados en imitaciones, que antes eran atracciones tur¨ªsticas de primer orden, han tenido que echar el cierre o reconvertirse en centros comerciales ordinarios. Todav¨ªa resisten unos pocos, pero la mercanc¨ªa m¨¢s jugosa no est¨¢ a la vista. Se esconde tras ingeniosas trampillas y en cuartos secretos.
Curiosamente, en estos mercados siempre ha sido dif¨ªcil ver a ciudadanos chinos entre los clientes. Se da la ir¨®nica circunstancia de que los extranjeros viajan a China para comprar falsificaciones mientras las pujantes clases adineradas de China se mueven por Europa adquiriendo los productos reales. De ah¨ª que sean ya quienes m¨¢s productos de lujo compran en el mundo. Pero no todos pueden permit¨ªrselo, as¨ª que las falsificaciones gozan de buena salud. Eso s¨ª, ahora se han mudado al ciberespacio.
Las plataformas de comercio electr¨®nico son el escondite perfecto. Pero no es ning¨²n secreto que est¨¢n llenas de productos pirata: tanto el gobierno chino como las propias empresas son conscientes del problema. ¡°Las falsificaciones son inevitables¡±, reconoci¨® Huang Zheng, fundador y consejero delegado de Pinduoduo. Precisamente, esa plataforma se ha convertido en la ¨²ltima diana de las autoridades chinas, que han abierto una investigaci¨®n por la venta de productos falsificados. ¡°Tenemos que seguir el mismo camino que han abierto otros -en referencia al gigante del comercio electr¨®nico Alibaba- y sufrir lo mismo que han sufrido ellos¡±, a?adi¨® Huang, un exempleado de Google de 38 a?os que se ha convertido en el ¨²ltimo milmillonario chino gracias a la salida a bolsa de Pinduoduo en Nueva York.
Pero la fortuna de 21.100 millones de d¨®lares que amasa no va a impedir que las autoridades de Shangh¨¢i investiguen si en su plataforma, que opera como un cruce de Amazon y Groupon -los usuarios pueden hacer grupos para adquirir productos que son m¨¢s baratos cuantas m¨¢s personas los compongan-, se comercializan falsificaciones y productos que infringen la propiedad intelectual de otras maneras.
Porque en China hay dos tipos de imitaciones: las que copian el original hasta en el ¨²ltimo detalle, y los productos ¡®shanzhai¡¯, como se conoce a lo que parece una copia pero no lo es. Por ejemplo, recientemente han aparecido en un centro comercial de Shangh¨¢i camisetas de Cailun Kailan, escrita esta marca con la misma tipograf¨ªa de Calvin Klein. Tambi¨¦n est¨¢n Baelngiaca por Balenciaga, Gncci por Gucci, y un sinf¨ªn de marcas que siguen la estela del m¨ªtico reloj ¡®Trolex¡¯. El problema es que muchos consumidores no notan la diferencia -o les da igual- y que estas imitaciones da?an la reputaci¨®n de la empresa real.
Estos productos ¡®shanzhai¡¯ est¨¢n por todas partes y no se esconden, porque es muy dif¨ªcil ir contra ellos. Al fin y al cabo, no son una copia. El problema es que los avispados vendedores de las falsificaciones muchas veces se esconden tras ellos para ofrecer copias exactas. Y las plataformas reconocen que es muy dif¨ªcil descubrirlos. Sobre todo en Taobao, la rama C2C de Alibaba, donde cientos de miles de vendedores comercializan millones de productos.
El roedor a veces pierde
Hemos hablado con algunos de ellos, bajo la condici¨®n de respetar su anonimato, para descubrir c¨®mo dan esquinazo a los cazadores de piratas. ¡°A veces lo que mejor funciona es cambiar algo en el nombre de la marca. Por ejemplo, basta con listar un producto como de Za*a para que no salten las alarmas. Luego en las fotos no aparece nunca el logotipo. El problema es que sus herramientas cada vez son m¨¢s sofisticadas y van aprendiendo de estos trucos¡±, comenta un vendedor de falsificaciones de Zara.
¡°Tambi¨¦n usamos palabras clave que se asocian con las falsificaciones. Por ejemplo, el t¨¦rmino ¡®haute couture¡¯ -alta costura en franc¨¦s- se utiliza para denominar las falsificaciones de alta calidad. Los clientes ya saben c¨®mo buscarnos¡±, cuenta otro que vende zapatos. Luego est¨¢n quienes aparentan vender el producto original. Utilizan im¨¢genes promocionales y listan un precio astron¨®mico. Mayor incluso que el del producto original. ¡°Eso nos permite aparecer en las b¨²squedas y luego damos pistas para que los consumidores identifiquen que ese importe no es el precio real¡±, explica un comerciante de vinos que tiene listado un vino franc¨¦s muy famoso por 12.000 yuanes (1.500 euros) pero que en realidad lo vende por 200 (25 euros).
Sucede lo mismo con el material audiovisual. ¡°Yo pongo que vendo Blu-Ray y DVD a 100 o 150 yuanes (entre 13 y 19 euros) para que el filtro autom¨¢tico no lo detecte como copia. Cuando los clientes nos contactan por el chat de Taobao pidiendo el cat¨¢logo de t¨ªtulos, les enviamos nuestra p¨¢gina web para que puedan ver las car¨¢tulas y hacer el pedido desde all¨ª, donde cuestan entre 6 y 20 yuanes (entre 75 c¨¦ntimos de euro y 2,56 euros) en Blu-Ray. Si nos cierran la web, abrimos otra¡±, cuenta otro peque?o empresario que copia material audiovisual. ¡°La clave est¨¢ en lograr que el cliente contacte con nosotros directamente por el chat de Taobao o por WeChat para explicar la realidad¡±, a?ade.
Poco a poco, estos vendedores sin escr¨²pulos van cayendo. Alibaba afirm¨® que el a?o pasado 129 personas fueron condenadas a prisi¨®n por falsificar productos despu¨¦s de que la empresa proporcionase 5.436 pistas a las Autoridades. No obstante, son pocos. Y gozan de la protecci¨®n de la sociedad, que solo los ve peligrosos en una instancia: ¡°A m¨ª, que se venda ropa pirata o pel¨ªculas no me importa, pero el problema de China es que hay gente que falsifica productos alimenticios o medicamentos y pone en riesgo la salud de quienes los consumen¡±, critica una joven de Shangh¨¢i apellidada Han. ¡°Que las empresas de lujo pierdan un poco de dinero me trae sin cuidado¡±, apostilla.
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