Palestina, los territorios ocupados capaces de crear ¡®startups¡¯

Hussein Nasser Eddin era consciente de que crear una startup pod¨ªa ser una tarea complicada, m¨¢s a¨²n en un entorno marcado por la adversidad. A pesar de ello, en 2015, fund¨® RedCrow Intelligence, una compa?¨ªa con sede en la ciudad palestina de Ramala que, a partir de datos de fuentes abiertas, ofrece soluciones de mitigaci¨®n de riesgos localizando zonas potencialmente peligrosas para que los usuarios puedan moverse con seguridad. Tres a?os despu¨¦s, operan en Egipto, Siria, Jordania y buscan su expansi¨®n en Latinoam¨¦rica.

Los retos a los que se enfrenta una empresa de nueva creaci¨®n son innumerables, pero su magnitud crece si lo hace en los territorios ocupados de Palestina. "No tenemos un ecosistema emprendedor, nos falta una red para crecer", explica Nasser, antes de aludir a las consecuencias empresariales del conflicto con Israel. "En nuestro caso, tenemos m¨¢s conexiones en San Francisco que en Tel Aviv".

Hablar de los puentes que puede construir la tecnolog¨ªa entre Israel y Palestina se antoja pr¨¢cticamente imposible sin mencionar la pol¨ªtica. Ilan Paz es uno de los principales responsables de Breaking the Impasse, una iniciativa del Foro Econ¨®mico Mundial que re¨²ne a l¨ªderes israel¨ªes y palestinos que buscan resolver el conflicto mediante la soluci¨®n de los dos Estados. En su opini¨®n, cada vez m¨¢s directivos y organizaciones abogan por esta opci¨®n, pero el estancamiento pol¨ªtico, sumado al nuevo posicionamiento estadounidense, no facilita las cosas.

"Los palestinos no tienen las mismas oportunidades para empezar a emprender que los israel¨ªes, y esto nos perjudica a todos", denuncia Paz. "Nuestros esfuerzos deben estar dirigidos a ayudarles para reducir esta brecha. Tenemos que impulsar m¨¢s programas para que puedan entrar en Israel a trabajar en tecnolog¨ªa".

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Concretamente, Breaking the Impasse lleva tiempo presionando al Gobierno para que conceda permisos para que 300 palestinos trabajen en empresas tecnol¨®gicas en Israel. No han conseguido ning¨²n avance por parte de las autoridades.

No obstante, existen programas de becas que comienzan a abordar este problema en una primera etapa. Yadin Kaufmann es el responsable del m¨¢s ambicioso de ellos. "La tasa de desempleo entre los j¨®venes palestinos supera el 55%. El mayor obst¨¢culo a la hora de tender estos puentes es que la mayor¨ªa de ellos no tiene experiencia en tecnolog¨ªa", lamenta. Por este motivo, diversas compa?¨ªas privadas est¨¢n tratando de organizar programas de formaci¨®n a distancia para palestinos organizados por prestigiosas universidades como el MIT.

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La competencia por encontrar talento tecnol¨®gico en Israel, el pa¨ªs con m¨¢s startups per c¨¢pita del mundo ¡ªcerca de 7.000 nuevas empresas y menos de nueve millones de habitantes¡ª, es feroz. M¨¢s de 300 multinacionales tienen sede en Tel Aviv y pelean por encontrar a los mejores ingenieros. "No par¨¢bamos de contratar desarrolladores, pero siempre necesit¨¢bamos m¨¢s", reconoce Guy Shemesh, una de las cabezas visibles de Nokia en Israel. Las autoridades palestinas les dieron la oportunidad de trabajar con desarrolladores en Ramala y la compa?¨ªa de telefon¨ªa accedi¨®. "Son una parte integral del equipo. Al fin y al cabo, las compa?¨ªas m¨¢s exitosas del mundo apuestan por la diversidad", comenta Shemesh. "En los momentos en que el conflicto se agrava, la mayor¨ªa de empleados suele entender que esto no tiene que ver con su trabajo. El valor de la comunidad es muy sano".

• El gran reto de la inversi¨®n

Kaufmann tambi¨¦n es el fundador de Sadara Ventures, la primera firma de capital riesgo enfocada en tecnolog¨ªa palestina. Su fondo cuenta con 25 millones de euros para este fin. El directivo sostiene que menos de una treintena de compa?¨ªas tecnol¨®gicas de la zona han sido capaces de captar financiaci¨®n extranjera, una cifra que, a pesar de todo, califica de positiva. "No son muchas, pero, si echamos la vista atr¨¢s, hace unos a?os no hab¨ªa ninguna".

"Uno de los principales retos a los que se enfrenta una empresa con sede en Ramala es la inversi¨®n", conviene Tally Zingher, una de las impulsoras de Dawsat, una startup palestina de nutrici¨®n que promueve una dieta equilibrada basada en la cocina de Oriente Medio. Seg¨²n ella, hay motivos de sobra para traer inversi¨®n a este mercado. "Hay un incre¨ªble capital humano y la regi¨®n tiene un gran potencial para establecer nuevos negocios", defiende.

Como en el caso de Dawsat, el emprendimiento tecnol¨®gico de la regi¨®n no entiende de blockchain y aprendizaje profundo: se trata de una primera generaci¨®n. "En su mayor¨ªa, hablamos de empresas que est¨¢n trayendo modelos de internet ya testeados a Oriente Medio: parten de modelos como Uber o Booking y los adaptan al mundo ¨¢rabe", explica.

Aunque existen excepciones, como en el caso de RedCrow, "los inversores locales prefieren invertir en modelos simples, no les gusta arriesgar", opina Nasser. "Suelen apostar por ideas con la que est¨¢n m¨¢s familiarizados. Pero a medida que crezca el ecosistema, podremos darnos a conocer fuera".