Diez a?os del bitcoin: ?Qu¨¦ pensar¨ªa hoy Sastohi Nakamoto de su criatura?
El 3 de enero de 2009 se produjeron las primeras transacciones con bitcoin de la historia. ?Ha cumplido la criptomoneda los prop¨®sitos por los que fue creada?
El 3 de enero de 2009, a las 18:15 GMT, se cerraba el primer bloque de la cadena de bitcoin: la criptomoneda empezaba a circular. Diez a?os despu¨¦s, las velas del d¨¦cimo aniversario se soplan con cierto des¨¢nimo, tras un 2018 en el que bitcoin ha perdido m¨¢s del 70% de su valor. Desplome, burbuja o derrumbe son las palabras que m¨¢s han acompa?ado a bitcoin en los ¨²ltimos meses, sin olvidar las recurrentes vinculaciones a fraudes, hackeos y cibercrimen.
Puede que este cumplea?os sea tambi¨¦n el inicio de un funeral. O que, como defienden los muchos creyentes en bitcoin (y por ende en la tecnolog¨ªa que lo sustenta, blockchain), todo sea parte de un proceso l¨®gico de crecimiento y maduraci¨®n. Porque bitcoin no es lo que parece, o al menos no es, hoy por hoy, lo que pens¨® su creador, Satoshi Nakamoto, alguien tan misterioso y escurridizo que ha conseguido en estos diez a?os preservar su identidad real¡ dando por hecho que sea una persona y no un grupo de personas.
No tenemos claro qui¨¦n es Nakamoto, ni siquiera si vive, pero s¨ª sabemos lo que ten¨ªa en mente cuando cre¨® la primera criptomoneda: el criptoanarquismo, un movimiento nacido a finales del siglo XX que defiende la utilizaci¨®n de la criptograf¨ªa para liberar a la sociedad de controles, aumentar la transparencia y defender la privacidad de los ciudadanos.
Se considera que el manifiesto fundacional del criptoanarquismo es obra de Timothy May, fallecido el pasado 15 de diciembre. El texto se hizo p¨²blico en 1992 y la primera aplicaci¨®n pr¨¢ctica de sus principios, bitcoin, tard¨® m¨¢s de 15 a?os en hacerse realidad. La b¨²squeda de esa libertad, transparencia y desintermediaci¨®n se plasmaba en dinero, dinero digital sin un emisor central. La idea es tan atractiva como potencialmente da?ina para el sistema; por algo estamos hablando de anarquismo. La resume gr¨¢ficamente Leif Ferreira, cofundador de Bit2Me, una plataforma de compraventa de criptomonedas con presencia en cuatro pa¨ªses europeos: ¡°En un mundo en el que todo se compra con dinero, quien tiene el monopolio de las zanahorias, es decir, la capacidad de crear moneda, mueve a los burros. ?Pero qu¨¦ pasa si la gente se organiza para crear sus propias zanahorias?¡±.
- ?Funcion¨®?
Diez a?os despu¨¦s, ?qu¨¦ queda de todo eso? Especulaci¨®n, especulaci¨®n y m¨¢s especulaci¨®n, dir¨ªan los cr¨ªticos. Y encima, sin ninguna base real detr¨¢s, a?adir¨ªan los que saben de econom¨ªa, como Ignacio de la Torre, director acad¨¦mico de los masters en finanzas de IE Business School. Su juicio sobre bitcoin es duro. ¡°No tiene ning¨²n valor intr¨ªnseco, porque su volatilidad brutal lo invalida como medio de pago y como medio de ahorro. Su crecimiento ha sido simplemente el resultado de una oferta escasa y de una demanda muy mal informada: es muy significativa la relaci¨®n clara entre el volumen de b¨²squedas de la palabra bitcoin en Google y la evoluci¨®n de su precio¡±.
La criptomoneda tiene una kriptonita, la volatilidad, pero tal vez haya que recurrir a un poco de contexto. ¡°S¨ª, es vol¨¢til, pero como las acciones de D¨ªa¡±, dice provocador Alberto G¨®mez Toribio, CEO de Coinffeine, una casa de cambios de bitcoins. ¡°No es una inversi¨®n para todo el mundo, como tampoco lo es la Bolsa¡±. Este experto en blockchain ve hasta aspectos positivos en los vaivenes del valor de bitcoin: ¡°La especulaci¨®n hace que bitcoin sea interesante para determinadas carteras de inversi¨®n sofisticadas. La mayor¨ªa de los bancos de inversi¨®n reciben peticiones de clientes que quieren invertir en criptomonedas¡±.
- ?Qu¨¦ fue de la promesa criptoanarquista?
De acuerdo, la volatilidad tiene su encanto, y, como el colesterol, tambi¨¦n hay volatilidad buena: en los ¨²ltimos cinco a?os el valor de bitcoin ha crecido un 600%. Adem¨¢s, la criptomoneda ya ha tenido otros annus horribilis, como 2014, cuando cay¨® un 58%, y se recuper¨®. ?Pero todo esto no iba de otra cosa? ?No se trataba de dar un corte de mangas a bancos e instituciones para amanecer en una nueva era anarquista donde el ser humano ser¨ªa por fin libre?
G¨®mez Toribio cree que esa promesa criptoanarquista s¨ª se ha cumplido. El problema es que a muy poca gente le interesa. ¡°Bitcoin ofrece una soluci¨®n a un problema que tiene muy poca gente, los criptoanarquistas. Nakamoto puede estar en ese sentido satisfecho. Lo que ocurre es que a la gente no le interesa la desintermediaci¨®n¡±.
Mientras los ciberanarquistas disfrutan con bitcoin de un entorno sin una entidad central, los capitalistas persiguen la pasta. Por eso Ferreira piensa que probablemente Nakamoto ¡°estuviera decepcionado por c¨®mo se ha centrado la atenci¨®n en la especulaci¨®n y no en la capacidad de democratizar el dinero¡±. La g¨¦nesis de bitcoin no solo no es especulativa; ni siquiera tiene un ADN financiero. ¡°Esto no va de hacer transacciones econ¨®micas con la misma facilidad con la que mandamos un email; eso ya lo hacen los bancos. Lo importante es la descentralizaci¨®n¡±.
En todo caso, la botella se puede ver medio llena, como hace el creador de Bit2Me. ¡°En todos estos a?os se ha creado una infraestructura tecnol¨®gica potente, y la especulaci¨®n ha permitido la capilarizaci¨®n de bitcoin. Tal vez todo esto acabe consolid¨¢ndose y se gane solidez¡±. En los pr¨®ximos diez a?os, bitcoin tiene que decidir qu¨¦ quiere ser de mayor: aquello en lo que pensaron sus padres, un dinero m¨¢s democr¨¢tico, o en lo que le est¨¢n convirtiendo sus amigos, un activo financiero siempre al borde del ¨¦xtasis o del abismo.
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Una batalla financiera e ideol¨®gica
No hace falta ser un genio de la econom¨ªa para tener claro que si hay demasiada oferta de un activo, su precio baja. Bitcoin naci¨® con un protocolo cerrado sobre el volumen de monedas en emisi¨®n y su cadencia. El n¨²mero m¨¢ximo de bitcoins en circulaci¨®n ser¨¢ de 21 millones, cifra que se alcanzar¨ªa en 2140.
Sobre el papel, ese suministro limitado y pautado, unido a una demanda previsiblemente creciente, es decisivo en la viabilidad y el crecimiento sano de la criptomoneda. El problema es que, como apunta el economista Ignacio de la Torre, se est¨¢ produciendo una sobreoferta de criptomonedas. Actualmente hay unas 1.200 en circulaci¨®n, a lo que hay que sumar las diferentes escisiones de bitcoin, hasta ocho, que se han ido produciendo por desavenencias entre los t¨¦cnicos que, de forma descentralizada, gestionan la red.
Bitcoin es con abrumadora diferencia la criptomoneda m¨¢s importante (y m¨¢s ahora que su supuesta alternativa, Ethereum, se ha desplomado a¨²n con m¨¢s fuerza), pero tanta oferta puede devaluar su precio. A Ferreira no le importa demasiado: ¡°Esto no es una secta, si dentro de diez a?os hay una criptomoneda mejor, bienvenida sea¡±. Lo importante, en opini¨®n de los defensores m¨¢s ideol¨®gicos de bitcoin, es ganar la batalla entre dos tipos de modelos: el centralizado, con la emisi¨®n monetaria controlada por unos pocos, y el descentralizado de las criptomonedas.
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