¡®Fake science¡¯: cuando los bulos tambi¨¦n vienen de la ciencia
Los estudios cient¨ªficos falsos o sin contrastar se hacen hueco en medios y redes. Las prisas, el corporativismo y el af¨¢n conspiranoico, posibles causas.
Un estudio afirma que tomar una copa de vino en ayunas ayuda a controlar la caspa.
Dormir la siesta a diario alarga la vida un 19,7%, seg¨²n un estudio.
Un estudio afirma que los ni?os que usan tabletas tienen un riesgo mayor de no aprender a leer hasta los 19 a?os.
El yoga y el tai chi mejoran el tr¨¢nsito intestinal (...?tambi¨¦n seg¨²n un estudio).
¡°Cu¨¢nto comer, cu¨¢nto leer, cu¨¢nto dormir, cu¨¢nto y c¨®mo pensar y realizar el coito, todo est¨¢ descrito y prescrito por alg¨²n estudio¡±, asegura el fil¨®sofo mexicano Antonio Romero Contreras, profesor de la Benem¨¦rita Universidad Aut¨®noma de Puebla. ¡°El mecanismo de gu¨ªa y legitimaci¨®n para la vida diaria es la ciencia¡±. Porque, al igual que sucede con las noticias falsas (o fake news en el imperante anglicismo), "el mundo cient¨ªfico tambi¨¦n tiene el reto de enfrentarse a la verdad, las medias verdades y la desinformaci¨®n", afirma Alexandre L¨®pez-Borrull, profesor de Ciencias de la Informaci¨®n y de la Comunicaci¨®n de la UOC.
Las noticias falsas se han instaurado en nuestros titulares. No sucede lo mismo (aun) con la ciencia dudosa, o el empleo dudoso de alg¨²n resultado experimental. "La fake science no es sino la consecuencia emergente de la mercantilizaci¨®n de la ciencia, tanto por la parte de la producci¨®n por los cient¨ªficos, como de la difusi¨®n por revistas y bases de datos", asegura L¨®pez Borrull. Otro profesor de la UOC, Francesc N¨²?ez, soci¨®logo y profesor de Artes y Humanidades, advierte que ¡°las implicaciones de la fake science traspasan la academia y se convierten en vitales en el momento el que llegan a la sociedad¡±. Los individuos, de forma natural, se adhieren a aquellas teor¨ªas o informaciones que le est¨¢n bien o que quiere o¨ªr, y si encima se presentan como conocimientos cient¨ªficos a¨²n actuar¨¢n con menos mirada cr¨ªtica.
"Hemos registrado un incremento brutal de consultas cient¨ªficas y no damos abasto", asegura Julio Montes, cocreador de Maldita.es, una red de p¨¢ginas con el objetivo de desmontar bulos.? Maldita Ciencia?es la web de Maldita dedicada a la ciencia. Su coordinadora, Roc¨ªo P¨¦rez, detecta un ¨¢rea fundamental en el que se centran las consultas que reciben: la salud. "Es l¨®gico, dado que es lo que nos afecta a todos. Y dentro de la salud, lo que m¨¢s problemas causan son las informaciones sobre el c¨¢ncer, como las cosas que lo provocan y las que lo curan. La otra gran ¨¢rea el adelgazamiento".
Y, c¨®mo no, para demostrar el punto de vista que defendemos en el titular vamos a echar mano de... tach¨¢aaan... ?UN INFORME! En este caso, el de dos cient¨ªficos de la Universidad de Wisconsin¨CMadison, Dietram A. Scheufele y?Nicole M. Krause titulado Audiencias cient¨ªficas, desinformaci¨®n y noticias falsas. En ¨¦l, aseguran que la preocupaci¨®n sobre la desinformaci¨®n cient¨ªfica crece en EE UU y que?estar desinformado es una consecuencia "de la habilidad y motivaci¨®n de una persona por detectar falsedades, pero tambi¨¦n de otros factores grupales y de la sociedad que incrementan los riesgos de estar expuestas a informaci¨®n correcta.
Vacunas
El caso m¨¢s paradigm¨¢tico de las fake science lo protagoniz¨® en 1998 el doctor e investigador canadiense Andrew Wakefield, gur¨² de los antivacunas. Wakefield le logr¨® meter un gol a The Lancet con un estudio suyo que en el que se asociaba la vacuna trivalente (sarampi¨®n, parotiditis y rubeola) con un aumento del riesgo de padecer autismo. Seguimos sufriendo las consecuencias de ello: el eco de ese supuesto hallazgo fue enorme y sirvi¨® de motor principal para que los movimientos antivacuna que exist¨ªan ya en muchas partes del mundo despegaran definitivamente. Y tomaran altura.
Pero ha habido muchos m¨¢s casos. Tantos, que a finales del pasado a?o, tres investigadores se empe?aron en descubrir los agujeros del sistema y lograron publicar siete art¨ªculos intencionadamente err¨®neos en prestigiosas revistas. Estos art¨ªculos se centraban en campos de humanidades. ¡°Tenemos buenas razones para creer que si simplemente te apropias de la literatura existente de la manera correcta y siempre parece haber una cita, puedes decir casi cualquier cosa pol¨ªticamente a la moda¡±, aseguraron Helen Pluckrose, James A. Lindsay y Peter Boghossian en un art¨ªculo publicado en la revista Areo. Los tres cient¨ªficos, incluso, se atreven a hablar de "corrupci¨®n".
Las razones
Este auge de la ciencia falsa pueden deberse a varias razones. Para Roc¨ªo P¨¦rez existen tres fundamentales. "El primero de ellos es para hacer negocio: alguien que quiere vender algo, desde un producto supuestamente milagroso hasta clics. El segundo es la ideolog¨ªa, es lo que sucede con, por ejemplo, el movimiento anti vacunas". Con Roc¨ªo P¨¦rez est¨¢n de acuerdo Dietram A. Scheufele y Nicole M. Krauseen en su estudio. Ambos cient¨ªficos no dudan en citar las "creencias conspiranoicas" como una de las causas de este auge de la desinformaci¨®n cient¨ªfica. El tercero es m¨¢s contundente: "Creo que hay gente a la que simplemente le gusta hacer el mal".
No puedes convencer a un terraplanista y eso deber¨ªa preocuparte
Para L¨®pez Borrull, estas desinformaciones cient¨ªficas constituyen ¡°la consecuencia emergente de la mercantilizaci¨®n de la ciencia¡±, que se da tanto en la producci¨®n por los cient¨ªficos como de la difusi¨®n con las revistas y las bases de datos. "El sistema cient¨ªfico mide el impacto y premia los resultados llamativos", coincide P¨¦rez. "Y es l¨®gico que en algunos casos los filtros adecuados no se impongan".
Y, por supuesto, tambi¨¦n suponen la traslaci¨®n de los bulos a la tem¨¢tica cient¨ªfica. ¡°Hay un lugar en el que el c¨¢ncer tiene cura en solo 42 horas y en el que todos los m¨¦dicos del mundo conspiran juntos para enga?ar a la poblaci¨®n, donde la lej¨ªa cura el autismo y las vacunas no previenen epidemias, sino que las provocan¡±, aseguraba recientemente el periodista Javier Salas. ¡°Son las redes sociales, donde la lucha contra los bulos sanitarios y la desinformaci¨®n peligrosa pierde batallas a diario¡±. En octubre, un informe del Colegio de M¨¦dicos de Barcelona y del Departamento de Salud y el Consejo Audiovisual de Catalu?a denunci¨® que al hacer la b¨²squeda cura y c¨¢ncer en Youtube, el 74% de los 50 primeros resultados eran patra?as y mensajes pseudocient¨ªficos.
"Estamos trabajando con Facebook para ver qu¨¦ desinformaci¨®n se mueve en su plataforma", concluye Julio Montes, "Y hemos descubierto un mundo nuevo del que no ¨¦ramos conscientes. Un solo ejemplo de muestra: una noticia que explicaba c¨®mo el aloe vera, la miel y el bourbon pod¨ªan curar el c¨¢ncer lleg¨® a alcanzar 200.000 compartidos".
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