La app que permite ejercer la denuncia y reporterismo ciudadano desde el tel¨¦fono m¨®vil
La plataforma digital Timby se lanz¨® en Liberia en 2016 y ha dado el salto a Los ?ngeles, Kenia, Senegal. Su objetivo, evidenciar los abusos de poder
La periodista Anjali Nayar estaba cansada de llegar tarde a la noticia. Cuando contaba alguna ¡°desgracia¡± (bad news is good news) en Liberia, Mozambique o Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo (RDC) a veces le era imposible recabar informaci¨®n. ¡°Cuando llegaba al terreno a profundizar, la gente sab¨ªa desde hac¨ªa meses, o incluso a?os, lo que estaba ocurriendo. Sent¨ªa que las narrativas locales ten¨ªan que estar incluidas en el contexto global porque la idea que tenemos de distintos lugares del mundo se hace desde un encuadre externo. Cuando se obtienen puntos de vista locales, se entiende lo que realmente es importante¡±, explica Nayar.
El Amazonas es un buen ejemplo. Tras semanas de incendios el mundo se enter¨® del infortunio. ¡°No deber¨ªa llegar a que celebridades como Leonardo DiCaprio tuiteen sobre el tema para que llame la atenci¨®n del p¨²blico¡±. Para dar voz a colectivos locales y a grupos ind¨ªgenas, Nayar cre¨® TIMBY (acr¨®nimo en ingl¨¦s para ¡°Este es mi patio trasero¡±), una suite digital que favorece la recogida de informaci¨®n y datos y la comunicaci¨®n de manera efectiva y segura de temas relacionados con la gobernanza, la sanidad o la gesti¨®n medioambiental.
Ante la dejadez de las administraciones, los ciudadanos han encontrado en las nuevas tecnolog¨ªas un espacio para la defensa de sus derechos. ¡°En la construcci¨®n de sistemas con mejor calidad democr¨¢tica, las TIC (Tecnolog¨ªas de la Informaci¨®n y la Comunicaci¨®n) desbordan barreras por ejemplo geogr¨¢ficas porque la voz de la sociedad civil se escucha m¨¢s all¨¢ de sus fronteras y sus reivindicaciones pueden escapar del control de los gobiernos¡±, explica el periodista especializado en uso de las TIC y movimientos sociales en ?frica, Carlos Bajo Erro.
TIMBY se puso en marcha en Liberia en 2016 y desenmascar¨® a la por entonces presidenta Ellen Johnson Sirleaf. La comunidad internacional celebraba la gesti¨®n de la primera mujer en liderar un pa¨ªs africano que adem¨¢s fue galardonada con el Nobel de la Paz en 2011. Se la encumbr¨® como la ¡°salvadora de la naci¨®n¡±, dice Nayar. Y prosigue: ¡°Cuando ibas all¨ª, incluso antes de su segundo mandato, hab¨ªa una gran discrepancia sobre su ¨¦xito en Liberia. No fue hasta el brote de ¨¦bola, que azot¨® al pa¨ªs, cuando la mirada de Occidente cambi¨®¡±.
El Instituto de Desarrollo Sostenible (SDI) llevaba a?os protestando contra la corrupci¨®n institucional y empresarial en el pa¨ªs a trav¨¦s de su fundador, el activista Silas Siakor. La colaboraci¨®n con TIMBY evidenci¨® los tejemanejes de Johnson Sirleaf y, la que en 2005 sentenciase en este peri¨®dico que ser¨ªa la ¡°dama de hierro contra la corrupci¨®n", qued¨® al descubierto.
¡°Es una herramienta de empoderamiento que reduce el poder y control para informar. En vez de enviar reporteros externos, TIMBY forma parte de la comunidad y son sus miembros los encargados de documentar qu¨¦ ocurre¡±, explica Siakor. El trabajo de los propios vecinos incit¨® una investigaci¨®n nacional que deriv¨® en la cancelaci¨®n de hasta 60 concesiones ilegales. ¡°Decenas de millones de d¨®lares estaban siendo usados de forma fraudulenta por Chevron y otras empresas que operaban en el pa¨ªs¡±, apunta Nayar que film¨® el proceso junto a Hawa Essuman en el documental Silas.
TIMBY facilita la denuncia de irregularidades en contextos medi¨¢ticos complejos. ¡°El resultado de tener evidencias en vez de testimonios de o¨ªdas ha sido excelente¡±, expone Nayar. La conversaci¨®n gira del ¡°algo ha ocurrido¡± al ¡°qu¨¦ hacemos al respecto¡±. La recogida de datos colaborativa, crowdsourcing, brinda a la sociedad civil una mejora en el flujo ascendente de informaci¨®n. Irrumpen voces desde fuera del c¨ªrculo medi¨¢tico y ¡°se va construyendo una narrativa de la realidad desde m¨²ltiples voces y fuentes¡±, dice Bajo.
Los usuarios suben im¨¢genes, audios y v¨ªdeos a la plataforma a trav¨¦s de sus dispositivos m¨®viles y se pueden realizan distintos tipos de informes. Para ello, es muy importante la documentaci¨®n. ¡°Intentar recolectar informaci¨®n durante un largo periodo de tiempo sobre asuntos de apropiaci¨®n de tierras, cambio clim¨¢tico o corrupci¨®n requiere de un sistema para que no quede olvidada en un estante o sea corrompida¡±, explica Nayar.
TIMBY trabaja en la alfabetizaci¨®n digital para que la herramienta sea efectiva y segura para sus usuarios. En un contexto donde los datos pueden usarse para intereses comerciales, promover la radicalizaci¨®n, difundir odio o crear noticias falsas, Nayar lo deja claro: ¡°TIMBY no es due?o de los datos. Cada proyecto cuenta con su propio panel de control y los grupos son responsables de la veracidad del contenido. Ejercemos una labor de moderadores¡±.
Tras la experiencia en Liberia, el proyecto se ha expandido. El boca-oreja entre distintos grupos ha hecho que la plataforma se use en 40 pa¨ªses y est¨¦ disponible el 17 idiomas. ¡°TIMBY funciona para aquellos que luchan por una causa com¨²n para dar visibilidad o compartir algo que les afecta¡±, dice Nayar. Y eso toma distintas vertientes: la denuncia de la pesca ilegal en Malasia, la lucha por una sanidad y justicia ambiental en California o la defensa de los derechos ind¨ªgenas y tenencia de tierras en Kenia.?
La civictech
Bajo traza paralelismos entre TIMBY y Ushahidi, un software creado en Kenia para monitorear informes de violencia en el pa¨ªs despu¨¦s de los altercados postelectorales en 2007. ¡°Es la primera acci¨®n importante del ciberactivismo en ?frica y uno de los mayores ¨¦xitos hasta ahora de la producci¨®n de tecnolog¨ªa africana¡±, resalta.
La proliferaci¨®n de nuevos activismos en ?frica va ligada a la puesta de las TIC al servicio del ejercicio de la ciudadan¨ªa, civictech. Estas se convierten en un espacio donde compartir y defender unas necesidades comunes adem¨¢s de movilizar a grupos que antes no lo estaban, seg¨²n Bajo. ¡°Estas plataformas demuestran que a los j¨®venes urbanos les importa, y mucho, la pol¨ªtica y que quieren tener un espacio de reivindicaci¨®n social y pol¨ªtica, pero no hab¨ªa los canales adecuados¡±.
En este contexto han surgido diversos colectivos como Yaga en Burundi que, como apunta Bajo, ¡°sin tener voluntad pol¨ªtica se convierte en un espacio de informaci¨®n que se libra de los tent¨¢culos del control de las autoridades¡±. ¡°Yaga se propuso ser una plataforma para que todas las voces discordantes pudieran tener un debate positivo sobre temas sociales, pol¨ªticos y econ¨®micos¡±, explica el organizador del colectivo burund¨¦s, Alain Amrah Horutanga.
Yaga nace en 2015, justo antes de las elecciones presidenciales en Burundi. En ese momento se produce un anuncio de golpe de estado que sirve a Pierre Nkurunziza, actual presidente del pa¨ªs, para hacer una purga contra la oposici¨®n pol¨ªtica y social. J¨®venes como Amrah Horutanga tiran entonces de templanza para generar ¡°una tercera voz frente la polarizaci¨®n que estaba creciendo¡±. En el pa¨ªs se mantiene un contexto medi¨¢tico amordazado donde ¡°los espacios para la libre expresi¨®n y la acci¨®n ciudadana contin¨²an siendo monitoreados y se ven reducidos en v¨ªsperas de 2020, a?o electoral¡±, comenta Amrah Horutanga.
Cuando la sociedad civil sacude el status quo medi¨¢tico gracias a las TIC, las autoridades se incomodan. La historia de TIMBY es la inclusi¨®n de las narrativas locales a un tejido global para aportar una visi¨®n m¨¢s contrastada del mundo, como resalta su fundadora. ¡°No es gente que est¨¢ condicionada por el medio, los grandes grupos o los intereses de un empresario concreto¡±, explica Bajo por lo que ¡°se convierten en fuentes de los periodistas o acicates de los medios y muchas veces incluso en coartada: una informaci¨®n que ya ha sido movida por las redes pasa a ser una raz¨®n para darla¡±. Iniciativas como TIMBY favorecen la participaci¨®n de grupos excluidos en la defensa de sus derechos y necesidades. La herramienta de denuncia para promover el cambio social est¨¢ ahora en el bolsillo.
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