Sensores antiarrugas para salvar la cosm¨¦tica
Ignacio Longarte cree que el internet de las cosas puede salvar al anal¨®gico sector de la cosm¨¦tica personal convirtiendo los frascos de colonia en recipientes inteligentes.
Cremas, perfumes, champ¨²s¡ ?qu¨¦ tienen que ver con la digitalizaci¨®n? A priori, muy poco. Y por eso, explica Ignacio Longarte, ¡°la industria de la cosm¨¦tica lleva cuarenta a?os haciendo lo mismo¡±: cientos de lanzamientos anuales acompa?ados de codazos en el canal comercial y grandes inversiones en publicidad. En este esquema, asegura, el packaging ¡ªespecialmente del perfume¡ª es fundamental para diferenciarse, tanto que supone una inversi¨®n anual de 120.000 millones de d¨®lares. A cambio, en la era del dato, las grandes empresas de cosm¨¦tica y belleza personal apenas conocen a sus clientes.
Con tanto envase, la industria tambi¨¦n est¨¢ en fuera de juego respecto a otra de las grandes tendencias globales: la sostenibilidad. La econom¨ªa circular no es uno de sus puntos fuertes, explica Longarte, que participa en un evento sobre el asunto organizado en Estocolmo por Microsoft. La mayor¨ªa de los ponentes trabajan para grandes compa?¨ªas, pero ¨¦l, tras una primera juventud como canterano del Real Madrid de baloncesto y una larga carrera de ¨¦xito en multinacionales durante la madurez, ejerce ahora de estartapero.
Con su empresa, Szentia, Longarte trata de sacar partido a esos dos puntos d¨¦biles de la industria ¡ªdigitalizaci¨®n y sostenibilidad¡ª ofreci¨¦ndoles una soluci¨®n basada en el internet de las cosas. Szentia ¡°convierte cada dispensador de producto en un peque?o m¨®vil¡±, conect¨¢ndoles a la nube, de tal forma que la marca conozca cada toque en el dosificador.
En transici¨®n
La industria del perfume siempre ha provocado la envidia de otros sectores por sus enormes m¨¢rgenes, pero Longarte sostiene que la enorme competencia empieza a hacer mella. ¡°Sigue siendo un gran negocio, pero ya no tan grande. Hay cierta confusi¨®n del consumidor ante la proliferaci¨®n de lanzamientos¡±, asegura.
As¨ª, calculando cu¨¢ndo se va a acabar, puede ofrecer al consumidor su relleno, sin cambiar de frasco. La empresa logra datos, aumenta la tasa de reciclaje y ahorra costes en packaging; el cliente, ¡°que ahora demanda que las marcas se preocupen por el medio ambiente¡±, recibir¨¢ a cambio ofertas personalizadas a trav¨¦s de una aplicaci¨®n espec¨ªfica.
Szentia ya tiene un acuerdo con el grupo Alma, propietario de cadenas de peluquer¨ªa como Rizos y Marco Aldany, para implantar sus dispensadores inteligentes. Es solo un primer paso. ¡°Esta relaci¨®n directa con el consumidor es oro para las marcas, pero al mismo tiempo les crea una gran responsabilidad, pues puede cambiar todo el modelo de negocio¡±, asegura Longarte.
Frente a la compra recurrente por consumidores desconectados y desconocidos de envases que no se reciclan, Szentia apuesta por un futuro basado en el pago por suscripci¨®n, donde la fidelidad a una marca concienciada se anteponga a un packaging llamativo.
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