Por qu¨¦ es normal que siga sin apetecerte hacer vida social
Tras la fase m¨¢s estricta del confinamiento, hay ciudadanos a los que les cuesta volver a sentirse cercanos a sus amigos o sus parejas: han creado rutinas que les dan bienestar individual y han aprendido a estar solos
Durante el confinamiento, las consultas m¨¢s habituales que ten¨ªan los profesionales de la salud mental estaban centradas en la ansiedad, la gesti¨®n del duelo y los problemas de pareja, seg¨²n distintos servicios de psicolog¨ªa. Ahora, cuando la fase m¨¢s estricta de la cuarentena ya ha pasado, los ciudadanos se enfrentan a otras situaciones que les generan conflictos emocionales. Una de ellas es la dificultad para retomar los v¨ªnculos sociales. No es solo que no les apetezca salir de casa, sino que les cuesta volver a sentirse cercanos a sus amigos o sus parejas. "Lo que se est¨¢ viendo es que hay personas que han estado solas y a las que les va a costar volver a socializar", explica Ovidio Pe?alver, psic¨®logo y autor del libro Emociones colectivas. "Se han acostumbrado a mantener sus relaciones exclusivamente online porque no les quedaba de otra. Digamos que lo que ha cambiado en mucha gente es la manera de seguir alimentando sus relaciones, no su capacidad de mantenerlas".
Con la apertura de las fases, muchos ciudadanos han comenzado a reencontrarse con familiares, parejas y amigos y es habitual que quien no siente esa necesidad pueda sentir culpa. Pero los expertos consultados aseguran que se trata de un proceso adaptativo y de aprendizaje. "Muchas personas se han dado cuenta de que quieren cambiar cosas en la vida que ten¨ªan y no quieren mantener din¨¢micas que les hagan volver a lo de antes", explica Elisa S¨¢nchez, psic¨®loga laboral.
"Hay personas que me han contado que ahora han tomado conciencia de lo que quieren hacer con su tiempo. Incluso se han replanteado si una relaci¨®n les hace bien o si deber¨ªan distanciarse". Como consecuencia, S¨¢nchez aventura que tambi¨¦n habr¨¢ personas que dejen a sus parejas o que abandonen determinadas relaciones interpersonales porque no son agradables en su vida.
Quienes han pasado la cuarentena solos, al no tener contacto con familiares o amigos dentro de casa, han modificado sus h¨¢bitos sin tener en cuenta al resto de la sociedad y ahora se ven en la obligaci¨®n de pasar por un proceso inverso que les obliga a reincorporarse. "Hemos creado rutinas que nos dan bienestar individual, hemos aprendido a estar solos y algunos incluso han reducido la dependencia emocional de otras personas", explica S¨¢nchez.
La soledad obligada ha hecho que quienes viven solos hayan tenido que crear hobbies y rutinas para uno con el objetivo de sobrevivir y protegerse de todo lo que estaba pasando durante la cuarentena. Ya no pod¨ªan quedar con otros y socializar, as¨ª que han encontrado otras cosas que les resultan gratificantes y que pueden hacer solos. "Ahora tienen que dejar de dedicarse tiempo a ellos mismos y de momento no les est¨¢ compensando". S¨¢nchez se refiere a que el coste de salir ahora es m¨¢s alto que antes. "La mascarilla, hacer cola para las terrazas... si te supone muchos inconvenientes no te compensa. Pero no creo que sea malo o negativo, se trata de un proceso adaptativo y natural".
A esta ecuaci¨®n se a?ade la pereza: al estar viviendo el d¨ªa a d¨ªa con rutinas implantadas a gusto de uno mismo, es f¨¢cil que tener que adaptarse a los dem¨¢s genere desgana. "Es com¨²n que quien ha pasado tanto tiempo solo se vuelva perezoso. Ahora, quedar con los dem¨¢s implica arreglare y vestirte, organizarse, cumplir con horarios... Hay gente que ahora se muestra m¨¢s perezosa, pero desde la psicolog¨ªa suponemos que acabar¨¢n readapt¨¢ndose a sus h¨¢bitos antiguos", a?ade Pe?alver. La gente mayor lo tiene m¨¢s complicado. Tambi¨¦n lo han tenido durante el confinamiento, al tener m¨¢s dificultades para acceder y utilizar la tecnolog¨ªa. Ahora, adem¨¢s, se a?ade el temor al contagio a la hora de socializar. Un miedo que, seg¨²n Pe?alver, durar¨¢ a¨²n unos meses.
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