Fantasmagor¨ªa de la guerra civil

Las guerras civiles producen monstruos: f¨ªsicos, en forma de seres humanos transformados en alima?as; y mentales, cuando las tragedias han penetrado de tal modo en la inconsciencia de hombres y mujeres que la realidad y el sue?o, lo palpable y lo on¨ªrico, acaban siendo indistinguibles. Y esa ha sido la base dram¨¢tica, e incluso formal, del interesant¨ªsimo director argelino Amin Sidi-Boum¨¦di¨¨ne para su ¨®pera prima, Abou Leila, acercamiento al drama de la guerra civil argelina que enfrent¨® al gobierno y a los rebeldes islamistas durante la pr¨¢ctica totalidad de la d¨¦cada de los noventa, desde el punto de vista m¨¢s mental que f¨ªsico de dos amigos de la infancia que acabaron como polic¨ªas en dos cuerpos bien distantes ¡ªuno en las fuerzas especiales antiterroristas; otro como guardia de tr¨¢fico¡ª, y que ahora siguen la pista de un l¨ªder terrorista, el Abou Leila del t¨ªtulo, a trav¨¦s del desierto.

No pocas veces hay que debatirse entre la solidez extrema de las im¨¢genes y sus esquivos modos de narraci¨®n

M¨¢s atmosf¨¦rica que narrativa, con continuos recodos de onirismo surrealista, la pel¨ªcula de Sidi-Boum¨¦di¨¨ne tiene una estructura diab¨®lica que provoca que pr¨¢cticamente toda la informaci¨®n sobre los personajes se acumule en la segunda mitad, a trav¨¦s de flashbacks y cuando uno de ellos ha muerto en una terrible secuencia que ejerce de punto de inflexi¨®n, y que la mitad inicial sea un misterio acerca de las preguntas m¨¢s b¨¢sicas en un relato: ?qui¨¦nes son estos dos tipos, qu¨¦ es lo que quieren, ad¨®nde van?

El reto para el espectador es may¨²sculo, y no pocas veces hay que debatirse entre la solidez extrema de las im¨¢genes, los ambientes y la tem¨¢tica, y sus esquivos modos de narraci¨®n, que te colocan contra la pared. Pero siempre hay algo, una frase, una met¨¢fora, una salvaje secuencia de ferocidad, que te invita a seguir.

Con una brav¨ªsima utilizaci¨®n de la po¨¦tica de la violencia, Abou Leila, presentada en la Semana de la Cr¨ªtica de Cannes de 2019 y ganadora de la secci¨®n Nuevas Olas del Festival de Sevilla, acaba abrazando en el lecho de sus im¨¢genes su frase central: ¡°Las malas lenguas dicen que este pa¨ªs es un manicomio gigante¡±. Pero, como en todas las guerras civiles, aqu¨ª tambi¨¦n hay culpables e inocentes. O al menos unos m¨¢s que otros.