As¨ª son los nuevos y eficaces f¨¢rmacos contra la obesidad que no se deben usar para entrar en el traje de boda
Los medicamentos imitadores de las hormonas que regulan la sensaci¨®n de saciedad han logrado reducciones de peso de m¨¢s del 20% en pacientes obesos
Es probable que la libertad sea una ilusi¨®n m¨¢s de las muchas que crea nuestro cerebro, pero, como dice el neurocient¨ªfico Ignacio Morgado, es una ilusi¨®n que nos ayuda a vivir mejor. ¡°Incluye el sentido de responsabilidad, que genera cohesi¨®n social y promueve la cooperaci¨®n entre las personas¡±, opina Morgado. Pero es una ilusi¨®n ¨²til, que tambi¨¦n tiene sus v¨ªctimas. Una de las m¨¢s visibles son las personas con sobrepeso, que ahora mismo, en Espa?a, constituyen el 53,6% de la poblaci¨®n. Pese a ser ya una mayor¨ªa, para muchas personas, incluidos m¨¦dicos, son individuos con un defecto de car¨¢cter, incapaces de abandonar el sof¨¢ y las patatas fritas para calzarse unas zapatillas de correr y empezar a moverse por su salud.
Esa forma de entender la obesidad, como una elecci¨®n de estilo de vida y no como una enfermedad, ha hecho que ¡°en Espa?a nunca se haya financiado ning¨²n f¨¢rmaco¡± para ella, seg¨²n recuerda Crist¨®bal Morales, endocrin¨®logo del Hospital Virgen Macarena de Sevilla y miembro de la Sociedad Espa?ola de Obesidad (SEEDO). Y eso pese a que se conoce la relaci¨®n entre el exceso de peso y dolencias como la diabetes, algunos tipos de c¨¢ncer o las enfermedades cardiovasculares, y pese a que ya existen algunos f¨¢rmacos eficaces para ayudar a perder kilos a personas muy obesas.
Esos medicamentos, como la liraglutida o la semaglutida, se utilizan para controlar la diabetes, pero tambi¨¦n han mostrado utilidad, en dosis m¨¢s altas, para hacer perder peso. Un ensayo publicado en The New England Journal of Medicine el a?o pasado, por ejemplo, mostr¨® que la semaglutida redujo el peso un 15% de media en un grupo de casi 2.000 pacientes y m¨¢s de un 20% en un tercio de ellos. El ¨¦xito del medicamento has sido tal en Estados Unidos que su fabricante, la farmac¨¦utica Novo Nordisk, se qued¨® sin existencias al poco de aprobarse su uso para la obesidad. En Espa?a, la liraglutida y la semaglutida est¨¢n financiadas por las administraciones para la diabetes, pero no para la obesidad.
Estos medicamentos son una imitaci¨®n de las incretinas, unas hormonas que produce nuestro organismo cuando comemos. ¡°Son an¨¢logos modificados de forma artificial, por ejemplo, para que aguanten m¨¢s en el organismo¡±, explica Guadalupe Sabio, que investiga las bases biol¨®gicas de enfermedades como la obesidad en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) de Madrid. Entre otras cosas, favorecen la producci¨®n de insulina por el p¨¢ncreas y disminuyen los niveles de glucosa en sangre, algo que los convierte en una buena opci¨®n para tratar la diabetes. Pero como parte de ese proceso de regular lo que sucede en el organismo cuando se ingieren alimentos, ¡°tambi¨¦n reducen el apetito, prolongando la sensaci¨®n de saciedad y aumentan el metabolismo basal [la cantidad de energ¨ªa que el cuerpo consume en reposo], incrementando la termog¨¦nesis [proceso de producci¨®n de calor corporal]¡±, contin¨²a Sabio.
Morales explica que, ¡°una vez conocida la eficacia de este tipo de f¨¢rmacos, muchas compa?¨ªas farmac¨¦uticas van a probar sus propios productos y se va a incrementar la oferta¡±. El ¨²ltimo de estos medicamentos en ser aprobado en Estados Unidos ha sido la tirzepatida, que como el resto de los de su categor¨ªa, ha recibido primero el visto bueno de los reguladores frente a la diabetes. Ahora, la farmac¨¦utica que la produce, Lilly, buscar¨¢ su aprobaci¨®n para la obesidad. ¡°Es tan potente que uno de cada dos pacientes entra pr¨¢cticamente en remisi¨®n de diabetes¡±, destaca Morales. Con una dosis mayor, ese mismo producto, ha demostrado un potencial sorprendente frente a la obesidad. En un estudio reciente publicado en The New England Journal of Medicine, se vio que produc¨ªa una p¨¦rdida de peso media del 22,5%, que puede suponer 25 kilos en algunos pacientes.
Esas dimensiones hacen que algunos expertos se planteen que los tratamientos farmacol¨®gicos puedan alcanzar los resultados de cirug¨ªas para perder peso como la bari¨¢trica o el bal¨®n g¨¢strico. ¡°Creo que el f¨¢rmaco no sustituye a la cirug¨ªa, pero puede ser una alternativa para algunos tipos de sobrepeso¡±, matiza Carolina Perdomo, especialista en Endocrinolog¨ªa y Nutrici¨®n de la Cl¨ªnica Universidad de Navarra. ¡°Hay personas que necesitan perder peso antes de una cirug¨ªa, y estos f¨¢rmacos pueden servir como una terapia puente antes de la intervenci¨®n¡±, a?ade.
Rub¨¦n Nogueiras, investigador de la Universidad de Santiago de Compostela, considera que este tipo de tratamientos para la obesidad se podr¨ªan utilizar de forma continua, como sucede cuando se aplican a diab¨¦ticos. ¡°La obesidad es una enfermedad cr¨®nica y es esperable que el tratamiento tambi¨¦n lo sea¡±, se?ala. Esto hace necesario analizar la posibilidad de que existan efectos secundarios por el uso a largo plazo, pero Nogueiras no los considera probables. ¡°Los efectos secundarios m¨¢s comunes son las n¨¢useas durante las primeras dos semanas de tratamiento, pero despu¨¦s la mayor¨ªa de los pacientes aceptan bien el f¨¢rmaco. A largo plazo, hasta ahora no se han encontrado efectos secundarios importantes y se han hecho varios ensayos bastante grandes¡±, concluye. ¡°Son compuestos que estimulan v¨ªas normales de nuestro organismo, as¨ª que los efectos secundarios son bastante bajos. Si la semaglutida ralentiza el est¨®mago y hace que la comida permanezca ah¨ª m¨¢s tiempo, puedes tener un malestar digestivo, precisamente por eso, pero nada m¨¢s¡±, coincide Guadalupe Sabio.
El fracaso de las dietas
Con porcentajes relevantes de la poblaci¨®n que hacen dieta con regularidad (en Espa?a ronda el 20%, seg¨²n algunas encuestas) y fracasan con la misma frecuencia (alrededor del 80% seg¨²n datos de la SEEDO), productos como estos podr¨ªan convertirse en un ¨¦xito comercial instant¨¢neo, aunque su precio, de cientos de euros al mes y sin financiaci¨®n p¨²blica, es una barrera casi insalvable para la gran mayor¨ªa. Sin embargo, los expertos advierten de que estos f¨¢rmacos est¨¢n indicados para personas en las que el sobrepeso se puede considerar una enfermedad y no un problema est¨¦tico. En el estudio que puso a prueba la tirzepatida frente a la obesidad, el peso medio de los participantes era de 105 kilogramos y su ¨ªndice de masa corporal de 38 [el peso dividido entre la altura en metros al cuadrado; se considera que hay sobrepeso a partir de 25 y obesidad a partir de 30]. Crist¨®bal Morales reconoce que, en pa¨ªses como Brasil, ¡°la venta de f¨¢rmacos para perder peso es muy grande¡±, y advierte de que ¡°se trivializa la obesidad como si fuese un problema est¨¦tico y se olvida que hay que hacer intervenciones amplias sobre el estilo de vida¡±.
La obesidad se empieza a gestar en el vientre materno, se afianza en los h¨¢bitos que se adquieren en la primera infancia y se agrava por la gran cantidad de alimentos poco saludables disponibles en los supermercados y el estilo de vida sedentario favorecido por los cambios sociales y tecnol¨®gicos. Fernando Fern¨¢ndez Aranda, jefe de grupo de investigaci¨®n del Instituto de Investigaci¨®n Biom¨¦dica de Bellvitge (IDIBELL) y de la unidad de trastornos alimentarios del Hospital Universitario de Bellvitge, especializado en aspectos psicol¨®gicos de los trastornos alimentarios, cree que este tipo de f¨¢rmacos puede ser un ¡°complemento para tratar a los pacientes, que se a?adir¨ªan a los h¨¢bitos saludables, el ejercicio o el apoyo psicol¨®gico, pero no ser¨ªa una soluci¨®n m¨¢gica¡±. La obesidad es un asunto tan complejo que, seg¨²n se?ala Fern¨¢ndez Aranda, ¡°se ha podido ver que si una persona ha sufrido una situaci¨®n concreta de negligencia o de estr¨¦s emocional importante durante la infancia o la adolescencia, especialmente si son mujeres, puede verse afectada en su conducta alimentaria¡±.
Azucena Garc¨ªa Palacios, profesora de Psicolog¨ªa de la Universidad Jaume I de Castell¨®n y miembro del Centro de Investigaci¨®n Biom¨¦dica en Red de la Fisiopatolog¨ªa de la Obesidad y Nutrici¨®n, recuerda que ¡°perder peso no es dif¨ªcil, lo dif¨ªcil es mantener la p¨¦rdida¡±, algo que se ha visto con el bal¨®n g¨¢strico y que podr¨ªa suceder con los tratamientos farmacol¨®gicos, que ¡°no hay que vender como la panacea¡±. ¡°Hay una revisi¨®n sistem¨¢tica que nos dice que las personas con alg¨²n problema psicol¨®gico previo tienen una tasa de ¨¦xito mucho menor tras un tratamiento con bal¨®n g¨¢strico¡±, asegura Garc¨ªa Palacios, que explica que ¡°entre las personas obesas, hay un mayor porcentaje de problemas de salud mental¡±. El tratamiento psicol¨®gico es una forma de apoyo a las personas que necesitan perder peso por un problema m¨¦dico, y para que funcione, es necesario evaluar bien las circunstancias de cada paciente. ¡°Cuando queremos que la gente haga ejercicio, por ejemplo, sabemos que si esa actividad no est¨¢ ligada con algo significativo para el paciente, es dif¨ªcil que se mantenga en el tiempo, as¨ª que trabajamos para crear ese v¨ªnculo¡±, cuenta Garc¨ªa Palacios. ¡°Para personas con atracones, tenemos que ver las emociones que llevan a esos atracones, si es por una sensaci¨®n de rechazo o es solo un h¨¢bito, o si hay asociado un problema diagnosticable, como un trastorno depresivo mayor¡±, contin¨²a. ¡°Hay que ver las vulnerabilidades de cada uno, d¨®nde le llevan y decidir c¨®mo vamos a actuar en cada caso¡±, resume.
Los sorprendentes resultados de los nuevos f¨¢rmacos contra la obesidad son, seg¨²n los expertos, una buena noticia para las personas con problemas graves por exceso de peso, aunque para que se vean beneficiados ser¨¢ necesario que las administraciones consideren la obesidad una enfermedad, algo que ya ha sucedido, por ejemplo, en el Reino Unido, y decidan financiar los nuevos medicamentos. De momento, quienes solo quieren perder unos kilos para la pr¨®xima boda, no deber¨ªan pensar en este tipo de soluciones, aunque la aplicaci¨®n de cirug¨ªas como la liposucci¨®n con fines est¨¦ticos deja pocas dudas sobre el hecho de que habr¨¢ personas que busquen estos medicamentos con los mismos objetivos. Pero la obesidad y el sobrepeso son una gigantesca epidemia que dif¨ªcilmente se paliar¨¢ sin una estrategia global, que incluya todo lo que puede servir para buscarle soluciones, desde la comprensi¨®n de sus mecanismos m¨¢s b¨¢sicos al cuestionamiento de los aspectos sociales y econ¨®micos de una forma de vivir que cada vez ampl¨ªa m¨¢s el n¨²mero de personas vulnerables a una de las grandes enfermedades del mundo moderno.
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