?Puede el ejercicio f¨ªsico sanar la mente?
Un libro re¨²ne pruebas acerca de los beneficios de la actividad f¨ªsica sobre el bienestar del cerebro, un v¨ªnculo comprobado pero que a¨²n no se aplica lo suficiente en los tratamientos contra algunas enfermedades
Los seres humanos han tenido, desde que existen, una forma de sobrevivir distinta de las de otros animales, adaptando el mundo en lo posible a sus necesidades en lugar de amoldarse a ¨¦l. Esta capacidad de transformaci¨®n los ha convertido en una especie exitosa, pero el progreso no ha sido gratis. La invenci¨®n de la agricultura permiti¨® la aparici¨®n de grandes ciudades, de la literatura y de todas las glorias de la civilizaci¨®n, pero tambi¨¦n redujo dr¨¢sticamente la variedad de la alimentaci¨®n y at¨® a la mayor¨ªa al cultivo de la tierra. En las ¨²ltimas d¨¦cadas, la aceleraci¨®n del progreso tecnol¨®gico y el sedentarismo han multiplicado las tasas de obesidad y diabetes, la vida moderna parece incrementar los problemas de salud mental y los dispositivos electr¨®nicos est¨¢n destrozando el sue?o. En un libro de publicaci¨®n reciente, Jennifer Heisz, especialista en salud del cerebro en la Universidad McMaster, en Ontario (Canad¨¢), ofrece una respuesta casi universal a todos estos problemas de la civilizaci¨®n: el ejercicio f¨ªsico.
En Move the Body, Heal the Mind (Mueve el cuerpo, sana la mente), Heisz hace una propuesta que mezcla la fe del converso, el atractivo del ¡°a m¨ª me funciona¡± y la justificaci¨®n cient¨ªfica, y que puede explicar por qu¨¦ tantas personas, en particular las que comienzan ya en la madurez con el deporte, hablan de ello como una experiencia transformadora. La cient¨ªfica, que ahora pilota el NeurofitLab en su universidad, un laboratorio dedicado a evaluar los beneficios del ejercicio en la salud mental, cuenta c¨®mo el deporte, al que se aficion¨® rondando los 40, le ayud¨® en un momento de crisis vital tras una separaci¨®n. Tanto, que incluso reorient¨® el foco de su investigaci¨®n desde otros aspectos de la neurociencia hacia la investigaci¨®n de los efectos del movimiento en el cerebro. ¡°Mi enfoque pr¨¢ctico y basado en pruebas¡±, promete, ¡°te ayudar¨¢ a mejorar tu salud cerebral a trav¨¦s del ejercicio¡±. Y a?ade: ¡°Estar¨¢s completamente equipado con una serie de habilidades para el ejercicio que te ayudar¨¢n a lograr m¨¢s resistencia, una perspectiva m¨¢s positiva, a estar m¨¢s centrado, ser m¨¢s productivo y tener relaciones m¨¢s satisfactorias. ?S¨ª, puedes tenerlo todo!¡±
Pese a este optimismo desmesurado, Heisz comienza explicando, en parte, por qu¨¦ hacer ejercicio puede ser tan costoso, en particular al principio. Por primera vez en la historia de la humanidad, el exceso de alimentos es m¨¢s peligroso que su falta, y durante cientos de miles de a?os la inclinaci¨®n a evitar gastos in¨²tiles y a aprovechar cualquier fuente de energ¨ªa disponible pudieron ser factores positivos para la supervivencia y la transmisi¨®n de los genes a la siguiente generaci¨®n. Sin embargo, en un mundo de abundancia y vidas prolongadas, esas inclinaciones se convierten en lastres. Se calcula que cada a?o mueren en el mundo un mill¨®n y medio de personas por diabetes, una enfermedad casi ausente de las sociedades preindustriales. Un art¨ªculo que apareci¨® este a?o en la revista PNAS planteaba incluso que el valor de los abuelos en la crianza de sus nietos favoreci¨® que los humanos pudieran mantener un buen estado f¨ªsico despu¨¦s de rebasar sus mejores a?os reproductivos, y tambi¨¦n que el ejercicio sea tan positivo en edades avanzadas.
En su alegato en favor del movimiento, Heisz recuerda que es una ¡°medicina¡± en la que cada uno debe encontrar el punto justo de esfuerzo, sin compararse con los dem¨¢s, y asegura que, seg¨²n los datos obtenidos en su laboratorio, un ejercicio ligero como caminar durante media hora tres veces a la semana reduce la ansiedad, y que los beneficios se pueden incrementar progresivamente aumentando la intensidad o la duraci¨®n de las sesiones. M¨¢s adelante, la investigadora recuerda estudios como un trabajo publicado en The American Journal of Psychiatry, en 2018, que calcul¨® que al menos un 12% de los futuros casos de depresi¨®n se evitar¨ªan si todo el mundo hiciese un ejercicio leve o moderado al menos una hora a la semana. Este estudio muestra tambi¨¦n las limitaciones de los trabajos que investigan la relaci¨®n entre el ejercicio y la mejor salud mental, porque los beneficios que se encontraron en la depresi¨®n no se hallaron frente a la ansiedad.
La directora del NeurofitLab plantea tambi¨¦n la posibilidad de sustituir, al menos en algunos casos, los f¨¢rmacos antidepresivos por ejercicio. Este tipo de medicamentos, cuyo consumo se increment¨® en Espa?a en un 6% entre 2020 y 2021, se han recetado con una frecuencia cada vez mayor en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, ¡°especialmente para formas leves de depresi¨®n que pueden no llegar a cumplir los criterios cl¨ªnicos¡±, afirma Heisz. Para estos trastornos leves del ¨¢nimo, la investigadora cree que es mejor asumir que un cierto nivel de malestar puede superarse sin necesidad de f¨¢rmacos. En parte, porque se asume que ¡°unos bajos niveles de serotonina causan todos los trastornos del ¨¢nimo¡±, y eso no es cierto y hace que para un porcentaje importante de las personas con depresi¨®n o ansiedad los f¨¢rmacos creados con esta premisa no sean eficaces.
Para Heisz, la producci¨®n durante el ejercicio del neurop¨¦ptido Y, relacionado con una mayor resistencia a la ansiedad, o los efectos antiinflamatorios de la actividad f¨ªsica, que rebajar¨ªan la inflamaci¨®n cr¨®nica que se ha relacionado con muchos cuadros depresivos, podr¨ªan explicar los efectos positivos del deporte en este tipo de trastornos mentales. Aunque existen estudios que sustentan la posibilidad de efectos ansiol¨ªticos o antidepresivos del deporte, incluso comparados con los antidepresivos para algunos pacientes, no siempre ha sido f¨¢cil encontrar unos efectos claros o una relaci¨®n de causalidad, o discernir hasta qu¨¦ punto la persona capaz de superar un mal momento emocional para salir a correr no estaba tan grave en realidad. Algunos estudios recientes, no obstante, s¨ª est¨¢n logrando establecer ese v¨ªnculo robusto y causal entre el ejercicio y un menor riesgo de sufrir depresi¨®n.
La salud mental es un asunto complejo en el que adem¨¢s de la inmensa diversidad biol¨®gica y de estilos de vida de la poblaci¨®n que influyen en ella, faltan herramientas para conocer con precisi¨®n los riesgos o ventajas individuales de cada persona o el modo de tratar cada dolencia con m¨¢s eficacia. Heisz contin¨²a hablando de los beneficios del ejercicio para dormir mejor, estar m¨¢s centrado en el trabajo o escapar de las adicciones. M¨¢s all¨¢ de las explicaciones de los mecanismos por los que el movimiento puede tener estos efectos, se sabe que todos estos factores de la vida est¨¢n relacionados. Las personas con trastornos del ¨¢nimo suelen consumir m¨¢s sustancias t¨®xicas que a su vez agravan esos problemas. Si se logra integrar en una rutina, el ejercicio frecuente puede ser una manera de ordenar la vida, adem¨¢s de obtener beneficios fisiol¨®gicos como una menor inflamaci¨®n cr¨®nica o una segregaci¨®n de sustancias que favorezcan el sue?o.
Rafael Tabar¨¦s, catedr¨¢tico de psiquiatr¨ªa de la Universidad de Valencia, confirma que ¡°la evidencia de los beneficios de la actividad f¨ªsica en la salud mental es muy poderosa. Tanto la que haces caminando en tu tiempo libre, yendo a trabajar o cuando te metes en un ejercicio m¨¢s sistem¨¢tico en un gimnasio, puede ser ¨²til para prevenir s¨ªntomas depresivos o de ansiedad¡±, a?ade. Adem¨¢s, Tabar¨¦s se?ala estudios que muestran el valor de la actividad f¨ªsica como complemento de los tratamientos farmacol¨®gicos para la depresi¨®n y su valor para reducir las reca¨ªdas cuando se eliminan las pastillas. ¡°Desde mi punto de vista, el gran problema que tenemos es que, pese a la cantidad y la calidad de la evidencia del beneficio del ejercicio f¨ªsico, no se utiliza con los pacientes¡±, afirma. En su opini¨®n, ser¨ªa necesario que los m¨¦dicos tuviesen tiempo para cooperar con otros profesionales, ¡°porque este tipo de actividad la tendr¨ªan que aplicar graduados en educaci¨®n f¨ªsica o fisioterapeutas¡±, y tambi¨¦n habr¨ªa que contar m¨¢s con el paciente, para informarle de que existen estas alternativas.
Esa transformaci¨®n del sistema, hacia uno que adem¨¢s de tratar la enfermedad promocione la salud, requiere recursos y una mejor coordinaci¨®n, pero la incorporaci¨®n de la actividad f¨ªsica ya ha mostrado su valor en el tratamiento de algunas enfermedades como el c¨¢ncer. Alejandro Luc¨ªa, m¨¦dico e investigador en Fisiolog¨ªa del Ejercicio por la Universidad Europea de Madrid, ha observado los beneficios del ejercicio como complemento de la quimioterapia en pacientes con c¨¢ncer, y cree que tambi¨¦n ser¨ªa ¨²til para las enfermedades mentales. Como Tabar¨¦s, Luc¨ªa cree que se podr¨ªan ¡°incorporar profesionales especializados, igual que hay fisioterapeutas o personal de enfermer¨ªa¡±, porque ¡°el ejercicio tiene mejores resultados con supervisi¨®n, en particular en pacientes que pueden tener mayores dificultades, como los que sufren enfermedades mentales¡±. ¡°Es algo costoso, y la prevenci¨®n es la pata pobre de la medicina, pero la incorporaci¨®n de estos profesionales puede ayudar mucho a gente que sufre¡±, concluye.
Como recoge Heisz en su libro y recuerdan otros expertos, los beneficios del ejercicio para el cuerpo y la mente de casi todo el mundo son diversos y claros. Pero hay que ser consciente de que, para muchos, el camino hacia una vida m¨¢s activa no va a ser sencillo y siempre habr¨¢ m¨¢s posibilidades de ¨¦xito con paciencia y ayuda externa. Seg¨²n reconoce la propia investigadora de la Universidad McMaster, el 40% de las personas que comienzan a hacer ejercicio lo han dejado antes de los tres meses, y muchos estudios muestran que las personas con trastornos depresivos o de ansiedad tienen una tendencia mayor a una vida sedentaria. Entre los consejos que ofrece el libro para empezar y mantenerse, algunos de los m¨¢s obvios: buscar un ejercicio que resulte agradable y, si es posible, hacerlo en compa?¨ªa; encontrar un ritmo propio y no centrarse en el objetivo final sino en el proceso. Para las personas con enfermedades diagnosticadas y m¨¢s dificultades para ser f¨ªsicamente activas, el cambio llegar¨¢ cuando, como mencionan Tabar¨¦s y Luc¨ªa, se tome consciencia de la gran cantidad de pruebas acumuladas sobre el valor del ejercicio en la salud mental y se incorporen profesionales al sistema de salud que puedan aprovechar un potencial hasta ahora infrautilizado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.