As¨ª es el s¨ªndrome de la puerta equivocada: el drama de los pacientes con patolog¨ªa dual
Los expertos advierten de la dificultad para diagnosticar y tratar la adicci¨®n y otros trastornos mentales de manera integrada
Eduardo Matute ten¨ªa 16 a?os cuando empez¨® a consumir hach¨ªs y marihuana. Luego, a la adicci¨®n a los porros se fueron sumando otras: alcohol, coca¨ªna y tabaco. A los 23 a?os tuvo su primer brote psic¨®tico. Tard¨® casi una d¨¦cada en recibir diagn¨®stico: trastorno esquizoafectivo bipolar, una variante de la esquizofrenia que a¨²na los s¨ªntomas psic¨®ticos propios de la esquizofrenia con los estados de man¨ªa y depresi¨®n asociados al trastorno bipolar. A sus 47 a?os, cuenta a EL PA?S, lleva 14 sin consumir hach¨ªs o marihuana, y alrededor de ocho a?os sin consumir alcohol y coca¨ªna. ¡°Ahora estoy estable. A veces tengo crisis, aunque ya sin brotes psic¨®ticos o de man¨ªa gracias a la medicaci¨®n. Estas crisis se producen por el estr¨¦s, por la desestabilizaci¨®n horaria o por la falta de descanso, pero afortunadamente ya no por consumir¡±, explica.
En la actualidad, Eduardo est¨¢ curatelado (bajo cuidado) por la Agencia Madrile?a de Tutela de Adultos (AMTA) y vive en un estudio perteneciente a la Sociedad San Vicente de Pa¨²l en pleno centro de Madrid, a unos pasos de la Gran V¨ªa. Por el camino ha pasado por varios pisos tutelados y comunidades terap¨¦uticas. Tambi¨¦n por varias reca¨ªdas. ¡°A veces me ponen como ejemplo a seguir, pero la verdad es que los j¨®venes no hace falta que tengan tantas reca¨ªdas y tantos ingresos como he tenido yo. Con un buen diagn¨®stico de patolog¨ªa dual se consigue un tratamiento adecuado por parte de buenos profesionales. As¨ª se puede atajar antes la problem¨¢tica y quitar mucho sufrimiento a los pacientes y a sus familias. Mi madre ha sufrido mucho conmigo¡±, reconoce Matute.
N¨¦stor Szerman, psiquiatra del Instituto de Psiquiatr¨ªa y Salud Mental del Hospital Gregorio Mara?¨®n de Madrid y presidente de la Asociaci¨®n Mundial de Des¨®rdenes Duales (WADD, por sus isglas en ingl¨¦s), explica el problema: ¡°A Eduardo le dec¨ªan que la psicosis que ten¨ªa era a consecuencia del consumo de cannabis, as¨ª que eso daba lugar a lo que llamamos ¡®s¨ªndrome de la puerta equivocada¡¯, que define la dificultad para diagnosticar y tratar la adicci¨®n y otros trastornos mentales de manera integrada. Y as¨ª estuvo durante 10 a?os, cuando empec¨¦ a tratarle y le dije que su trastorno adictivo y la psicosis son distintas expresiones sintom¨¢ticas de un ¨²nico trastorno¡±.
Ese ¨²nico trastorno se conoce como ¡°patolog¨ªa dual¡± y designa la condici¨®n cl¨ªnica de la existencia de una adicci¨®n y otro trastorno mental. Parte de un principio avalado por la evidencia cient¨ªfica: las adicciones tambi¨¦n son trastornos mentales. ¡°Se elige consumir alcohol, cannabis, coca¨ªna o tabaco, pero nadie elige tener un trastorno adictivo. Solo el 10% de las personas expuestas a sustancias con capacidad adictiva acaban desarrollando una adicci¨®n, que para desarrollarse depende de la existencia de una vulnerabilidad individual, gen¨¦tica y neurobiol¨®gica previa¡±, apunta Szerman, que destaca que, a diferencia de lo que podr¨ªa pensarse dado el poco conocimiento del concepto, la patolog¨ªa dual no es la excepci¨®n, sino la norma. Seg¨²n varias investigaciones del Instituto Nacional de Abuso de Drogas de EE UU, liderado por la prestigiosa psiquiatra Nora Volkow, se estima que m¨¢s del 75% de las enfermedades mentales graves cursan con adicciones a sustancias, y que el 100% de las personas con adicci¨®n presentan, adem¨¢s, otros trastornos mentales.
El s¨ªndrome de la puerta equivocada
Al s¨ªndrome de la puerta equivocada Lola Callealta, presidenta de la Asociaci¨®n de Familiares de Enfermos Duales (AFEDU), le llama tambi¨¦n con iron¨ªa la ¡°terapia de ping-pong¡±, porque los pacientes duales pasan de salud mental a drogodependencia y viceversa sin recibir un tratamiento global que d¨¦ respuesta de forma conjunta a todos sus trastornos. ¡°El tratamiento de la salud mental est¨¢ fragmentado. Lo que por regla general consideramos trastornos mentales se atiende por un lado, mientras que las adicciones se tratan por otro, a un nivel m¨¢s local, en centros que trabajan muy bien, pero que no cuentan con la figura esencial del psiquiatra¡±, denuncia Callealta.
Sabe de lo que habla. Por experiencia propia y como presidenta de AFEDU ha visto c¨®mo muchos pacientes y sus familiares (se resisten a dar nombres porque temen el estigma que acompa?a a la patolog¨ªa dual) se topaban una y otra vez con esa barrera de la puerta equivocada. ¡°He acompa?ado a muchas madres de la asociaci¨®n y he visto en persona como desde psiquiatr¨ªa derivaban a sus hijos a los centros de tratamiento ambulatorios hasta que dejasen de consumir. Y s¨ª, al estar un tiempo sin consumir, salen mejorados; pero al no haber un tratamiento psiqui¨¢trico detr¨¢s estos chicos y chicas recaen con facilidad. Es la pescadilla que se muerde la cola. Hay verdaderas tragedias en las familias. Y especialmente en las prisiones, que est¨¢n llenas de personas con patolog¨ªa dual abandonadas, sin tratamiento y sin psiquiatras¡±, denuncia.
Las palabras de Lola Callealta las secunda el doctor Carlos Roncero, jefe del Servicio de Psiquiatr¨ªa del Hospital de Salamanca y presidente de la Sociedad Espa?ola de Patolog¨ªa Dual, que reivindica un tratamiento integrado de todos los trastornos mentales de los pacientes: ¡°El tratamiento en paralelo [cuando hay dos personas o dos equipos tratando a un mismo paciente] es un modelo complejo y que en muchas ocasiones conduce al fracaso por las dificultades en la coordinaci¨®n. Y peores resultados tiene todav¨ªa el intentar abordar primero la adicci¨®n y luego el trastorno mental o viceversa, porque al final los pacientes siempre est¨¢n con una pata coja: est¨¢n bien de un aspecto, pero recaen o se descompensan del otro¡±, argumenta.
Adicciones, un vac¨ªo en la Estrategia de Salud Mental
En Espa?a, la atenci¨®n psiqui¨¢trica no fue incluida entre las coberturas del Sistema Nacional de Salud hasta la aprobaci¨®n en abril de 1986 de la Ley General de Sanidad. ¡°Hasta entonces la psiquiatr¨ªa estaba marginada y en manos de las diputaciones provinciales y las entidades locales¡±, recuerda el doctor N¨¦stor Szerman, que se?ala que aquella ley, sin embargo, dej¨® fuera del Sistema Nacional de Salud (SNS) a las personas cuya manifestaci¨®n cl¨ªnica m¨¢s relevante son las adicciones, cuya atenci¨®n acab¨® en ¡°redes paralelas y marginales respecto al SNS que dependen de ayuntamientos, diputaciones y comunidades aut¨®nomas¡±.
¡°Las adicciones siempre han sido la rama pobre o menos valorada de la psiquiatr¨ªa¡±, a?ade el doctor Carlos Roncero, que considera que esta concepci¨®n tiene sus razones hist¨®ricas, ya que en algunos periodos la ¡°psiquiatr¨ªa oficial¡± rechaz¨® las adicciones, sobre todo a sustancias ilegales como la hero¨ªna o la coca¨ªna. ¡°Se consideraba que las adicciones eran cuesti¨®n de malos ambientes sociales, de malas compa?¨ªas o de la presencia de drogas en las calles. Afortunadamente, debido a que los tiempos est¨¢n cambiando, a las acciones de sociedades cient¨ªficas como la nuestra y a una mayor sensibilidad de profesionales y familias est¨¢ apareciendo una nueva mirada sobre las adicciones que se acompa?an de otros trastornos mentales y sobre la necesidad de hacer un buen abordaje desde el punto de vista psiqui¨¢trico¡±, afirma.
Sin embargo, denuncia Szerman, pese a que todas las clasificaciones internacionales recogen la concepci¨®n de la adicci¨®n como trastorno mental, la Estrategia de Salud Mental del SNS sigue sin incorporar el concepto de patolog¨ªa dual. ¡°A nadie se le ocurrir¨ªa que los dispositivos que tratan la anorexia no estuvieran coordinados. Pues en el caso de las adicciones es as¨ª. Se tratan los trastornos mentales y las adicciones en compartimentos separados y los pacientes se ven siempre ante dos puertas diferentes, con un resultado desastroso¡±, lamenta el psiquiatra.
Mientras llega la incorporaci¨®n del concepto de patolog¨ªa dual a la Estrategia de Salud Mental del SNS y, con ella, llega tambi¨¦n la generalizaci¨®n del tratamiento integrado que reivindican psiquiatras, pacientes y familiares, Eduardo Matute sigue intentando mantenerse alejado de los est¨ªmulos que despiertan en cualquiera los alrededores de una zona como la de la Gran V¨ªa madrile?a. ¡°En la Gran V¨ªa hay mucha tentaci¨®n. Muchas veces he bajado al bazar que tengo debajo de mi casa a comprar una Coca-Cola y se me ha escapado la mirada hacia la cerveza, pero ya llevo muchos a?os esforz¨¢ndome. El tratamiento me ayuda a no tener deseos de consumo y yo no me relaciono con gente que consume, que es lo fundamental¡±, cuenta.
Los lunes y los mi¨¦rcoles Eduardo va a hacer deporte al gimnasio de la ONCE en la calle de Prim, los jueves a un taller de artesan¨ªa en la propia ONCE y los viernes va un grupo de psicoeducaci¨®n en el CPRS de Hermanas Hospitalarias en Retiro, donde tambi¨¦n recibe tratamiento psiqui¨¢trico para estabilizar su trastorno mental. El resto del tiempo va a exposiciones, queda con amigos que ha hecho en los pisos tutelados, pasea, ve las noticias y, sobre todo, escucha mucha m¨²sica e intenta tener unas rutinas saludables para no desestabilizarse. Antes de despedirse del periodista, Eduardo tiene muy claro cu¨¢l debe ser su ¨²ltimo mensaje: ¡°Las adicciones no son un vicio, son un trastorno mental¡±.
La adopci¨®n del t¨¦rmino "patolog¨ªa dual"
¡°Todav¨ªa hay muchas resistencias al concepto de 'patolog¨ªa dual'. Todav¨ªa parte de la sociedad e incluso parte de los profesionales m¨¦dicos consideran que las adicciones son una cuesti¨®n de pura voluntad, de querer o no querer, y estas son ideas at¨¢vicas, pero muy incorporadas al pensamiento de muchas personas. Eso es dif¨ªcil cambiarlo r¨¢pidamente a pesar de todas las evidencias cient¨ªficas¡±, se?ala el doctor Carlos Roncero.
En ese contexto, recientemente, el doctor N¨¦stor Szerman lider¨® un llamamiento internacional publicado en la revista cient¨ªfica de alto impacto Translational Psychiatry (Nature), para adoptar el t¨¦rmino Dual Disorders (Patolog¨ªa Dual en su traducci¨®n al espa?ol) para designar la condici¨®n cl¨ªnica de la existencia de una adicci¨®n y otro trastorno mental.
¡°Creemos que la adopci¨®n internacional de este t¨¦rmino constituir¨ªa un importante paso adelante no solo para mejorar la formaci¨®n de los profesionales de la salud mental, sino tambi¨¦n para avanzar hacia un tratamiento integrado de las adicciones y otros trastornos mentales que ocurren en una misma persona que presenta dos diferentes diagn¨®sticos de trastornos mentales¡±, subraya el presidente de la WADD.
Seg¨²n Szerman, hasta ahora, la ausencia de un t¨¦rmino estandarizado ha agregado confusi¨®n, ha alimentado el estigma y ha contribuido al citado s¨ªndrome de la puerta equivocada: ¡°Esta nueva perspectiva deber¨ªa llegar tambi¨¦n a la sociedad en general y, especialmente, a los pacientes diagnosticados de patolog¨ªa dual y a sus familias, que han sido estigmatizados, incomprendidos, discriminados y maltratados durante demasiado tiempo. La generalizaci¨®n del t¨¦rmino patolog¨ªa dual les permitir¨¢ encontrar con m¨¢s facilidad ¡°la puerta correcta¡± que les lleve a la recuperaci¨®n efectiva¡±.
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