Enrique Echebur¨²a, psic¨®logo: ¡°Quien se suicida quiere dejar de sufrir, no dejar de vivir¡±
El psic¨®logo acaba de publicar un libro en el que trata de explicar un problema de salud p¨²blica en el que presta especial atenci¨®n al sufrimiento de los supervivientes
Cuenta Enrique Echebur¨²a (San Sebasti¨¢n, 72 a?os), catedr¨¢tico em¨¦rito de Psicolog¨ªa Cl¨ªnica en la Universidad del Pa¨ªs Vasco (UPV/EHU), que cuando se produce un suicidio, adem¨¢s del propio fallecido, hay otras v¨ªctimas, y no reciben el apoyo adecuado. ¡°Lo primero es facilitar que esa familia, que ha perdido un hijo, o esa persona que ha perdido a su pareja, se desahogue, pueda comentarlo¡±, explica. ¡°Lo peor es el silencio, porque muchas personas no hablan con ellos, incluso de su c¨ªrculo de vecinos o sus amigos, porque no saben acercarse, y esto lleva a un aislamiento social¡±, contin¨²a en una conversaci¨®n por videollamada.
El psic¨®logo, que acaba de publicar un libro titulado Muerte por suicidio (Pir¨¢mide), ha resumido en poco m¨¢s de 150 p¨¢ginas los aspectos fundamentales de un fen¨®meno particularmente humano y doloroso. ¡°Tenemos una capacidad cognitiva muy elevada que puede hacernos experimentar con gran intensidad el sufrimiento y las decepciones, y hacernos conscientes de que podemos poner fin a nuestra vida. Quien se suicida quiere dejar de sufrir, no dejar de vivir¡±, afirma. En la obra trata de presentar este problema de salud p¨²blica, para comprenderlo y combatir el estigma que ha dificultado tomar medidas de prevenci¨®n adecuadas y ha incrementado el sufrimiento de los supervivientes.
Pregunta. ?El suicidio se puede combatir como si fuese una enfermedad?
Respuesta. El suicidio no es un trastorno mental como la depresi¨®n o las adicciones. En un porcentaje elevado, del 70% hasta el 90% de los casos, hay un trastorno mental subyacente, pero hay de un 10% a un 20%, que son personas que pueden llegar a un momento en que hacen un balance existencial, ver que su vida ya no tiene sentido, que no tiene un proyecto de vida, que se sienten aisladas y experimentan un cierto cansancio de vivir. En esas personas pueden influir factores externos, como un descalabro econ¨®mico. La verg¨¹enza, al sentirse marcado socialmente en un momento determinado, puede llevarles tambi¨¦n a cometer un acto impulsivo de desesperaci¨®n, porque la muerte se ve como la ¨²nica salida al sufrimiento.
P. Ahora hay una preocupaci¨®n especialmente intensa por los suicidios en j¨®venes y adolescentes. ?Ha empeorado la situaci¨®n?
R. El mayor n¨²mero de suicidios en Espa?a no est¨¢ en las personas j¨®venes. El pico se sit¨²a en la vida adulta, entre los 30 y los 59 a?os, y un segundo pico en los mayores de 65 a?os, que pueden suponer aproximadamente del 25 al 30%. Los adolescentes o adultos j¨®venes, entre 15 y 30 a?os, pueden suponer alrededor del 13%. Es mucho menos frecuente que en los mayores, pero la sensibilidad respecto al suicidio de una persona joven es mucho m¨¢s alta. Otra cuesti¨®n importante es que, en los ¨²ltimos a?os, en Espa?a, se ha disminuido de forma radical el n¨²mero de muertes por accidentes de tr¨¢fico, y esas muertes afectaban en buena parte a gente joven y ahora, en ese grupo, el suicidio aparece con una relevancia mucho mayor de muerte no natural.
P. Tambi¨¦n hay m¨¢s preocupaci¨®n por trastornos mentales en adolescentes, aparte del suicidio.
R. Hay otros fen¨®menos vinculados con el suicidio, pero que no son suicidio, como las autolesiones en chicas adolescentes o la ideaci¨®n suicida. Hay muchas personas que tienen una ideaci¨®n suicida y que, si no se trata adecuadamente, se puede traducir con el tiempo en un suicidio consumado. En Espa?a, a partir de la pandemia, habr¨ªa un aumento claro de personas con ideaci¨®n suicida o de adolescentes que se autolesionan. En cambio, respecto al n¨²mero de suicidios consumados, nos falta una serie temporal m¨¢s amplia para poder sacar conclusiones. En principio, el suicidio es relativamente estable num¨¦ricamente. El dato m¨¢s relevante no es el aumento, sino que no haya disminuci¨®n, cuando eso s¨ª se ha logrado en otros sectores, como el de los accidentes de tr¨¢fico, o los homicidios y los feminicidios. Tambi¨¦n ocurre que ahora hay una sensibilidad mucho mayor ante este fen¨®meno, lo cual es indudablemente positivo, porque eso puede hacer que invirtamos m¨¢s recursos
P. ?Tiene alguna idea de por qu¨¦ no baja?
R. Hay una falta de compresi¨®n y tampoco se hab¨ªan acometido seriamente programas de prevenci¨®n del suicidio, que empiezan a desarrollarse ahora. La situaci¨®n es mucho mejor que la que hab¨ªa hace cinco a?os. Hay programas de prevenci¨®n de suicidio en la Estrategia Nacional de Salud Mental, que ha hecho de este problema una cuesti¨®n prioritaria, las comunidades aut¨®nomas tienen tambi¨¦n planes de prevenci¨®n de suicidio a nivel escolar, estamos formando a la polic¨ªa, bomberos, y profesionales que tienen relaci¨®n con este tipo de conductas. Es probable que eso, a medio plazo, d¨¦ resultados.
P. ?Hay alguna cosa que se pudiese hacer y no se est¨¢ haciendo a¨²n?
R. Si hablamos, por ejemplo, de la adolescencia, hay que hacer mucho m¨¢s. Muchos adolescentes son muy sensibles a las tormentas emocionales, que se viven con una intensidad mucho mayor que en la vida adulta, y que en los casos de decepciones graves, en la pareja, en relaci¨®n con los padres, con los amigos, con resultados escolares, con sufrir acoso escolar por ser diferentes, puede llevarles en un rapto de impulsividad a cometer un intento de suicidio. En adolescentes, tiene un peso muy importante la familia y el papel de la escuela. En la familia, quiz¨¢ los padres no van a detectar el riesgo de suicidio, pero pueden ver que su hijo tiene una depresi¨®n, o un problema de ansiedad, o que deja de comer o se engancha a las redes sociales. Estos son factores de riesgo y ser¨ªa bueno que se consultasen esos problemas, no necesariamente el suicidio. Tambi¨¦n se puede contar con los psic¨®logos escolares o educativos que pueda haber en la escuela o con el m¨¦dico de atenci¨®n primaria para que derive al centro de salud mental en los casos de mayor gravedad. Y tambi¨¦n se cuenta con los tel¨¦fonos que ha puesto en marcha el gobierno, la Fundaci¨®n ANAR, el Tel¨¦fono de la Esperanza, el tel¨¦fono que ha puesto el Ministerio de Sanidad. Todo eso facilita afrontar las situaciones de crisis y hacer menos probable el que se pueda cometer un suicidio. Luego, tambi¨¦n hay que tener en cuenta que el suicidio a veces surge de forma impulsiva y no hay una cadena de conductas que detectar. Pero se puede hacer con control de acceso a f¨¢rmacos, a lugares como algunos puentes altos o el acceso a armas de fuego.
P. ?Y como medidas generales para gente de todas las edades?
R. Hay que vigilar factores de riesgo a?adidos, como tener un familiar que se haya suicidado, haber tenido una intentona de suicidio, ser hombre, ser mayor de 60 a?os, vivir solo o tener una enfermedad cr¨®nica o invalidante. Son factores de riesgo a los que hay que prestar atenci¨®n para dar apoyo extra desde el punto de vista m¨¦dico, psicol¨®gico y de recursos sociales. Tambi¨¦n es importante vigilar, como hemos dicho, trastornos mentales graves, depresi¨®n, psicosis, si hay un problema de alcoholismo o un trastorno de la conducta alimentaria.
Desde el punto de vista educativo, tanto familiar como escolar, es importante crear lo que llamamos los factores de protecci¨®n. C¨®mo hacer resilientes a estas personas ante los disgustos o los trabajos o los contratiempos que puedan tener en su vida, a base de fomentar la autoestima. Por ejemplo: no ridiculizarlos si no son los primeros de la clase. En general, se trata de conseguir que tengan una estabilidad emocional, que se les ense?e a resolver problemas y a gestionar las emociones y las situaciones de estr¨¦s, a fomentar las relaciones sociales, el compartir las penas y las alegr¨ªas con las personas que tenemos a nuestro alrededor. Eso es un protector muy importante para una persona.
P. ?Se puede mejorar el conocimiento sobre el fen¨®meno para afrontarlo mejor?
R. Hay algo que no se suele hacer habitualmente y es lo que se llama la ¡°autopsia psicol¨®gica¡±. Se cre¨® fundamentalmente a instancias de las compa?¨ªas de seguros para determinar si la causa de la muerte hab¨ªa sido un accidente o hab¨ªa sido un suicidio, porque a veces los suicidios exclu¨ªan de cobrar una p¨®liza de seguros. Por eso, estaban interesados en determinar cu¨¢les eran las causas. Luego, lo que se quiso ver era qu¨¦ circunstancias en cada caso concreto hab¨ªan podido llevar a la p¨¦rdida de la vida de esa persona. Y eso era un estudio que se hac¨ªa contando con los familiares, con las personas que hab¨ªan estado con esa persona, despu¨¦s de haber dejado pasar unos meses del fallecimiento cuando las personas estaban ya en condiciones de aportar informaci¨®n. As¨ª, se quer¨ªa saber m¨¢s acerca de las variables que llevan al suicidio y de esa forma establecer mejores programas de prevenci¨®n. Esto no se lleva a cabo de forma sistem¨¢tica, porque es muy complejo hacerlo, pero nos aportar¨ªa luz para hacer campa?as de prevenci¨®n mejores y tratamientos m¨¢s espec¨ªficos, tambi¨¦n en distintas edades.
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