Las cicatrices emocionales que deja el acn¨¦ en mujeres adultas
Los granos son cada vez m¨¢s comunes una vez pasada la adolescencia. Un reciente estudio ha analizado el estigma social de esta patolog¨ªa
Cuando se arreglaba para ir a la facultad, Beatriz Ruiz pod¨ªa pasar un buen rato pein¨¢ndose. No era tanto para lucir su pelo como para tapar su cara. El flequillo ocultaba los granos de la frente, los mechones a los lados disimulaban los de las mejillas. Enterraba su cara en pelo. Antes de decantarse por la ingenier¨ªa capilar, Ruiz hab¨ªa optado por m¨¦todos m¨¢s cl¨¢sicos: maquillaje, cremas, pastillas¡ Hab¨ªa probado todo, pero los granos segu¨ªan ah¨ª y lo ¨²nico que pod¨ªa hacer era esconderlos. Esconderse. Ruiz estaba acomplejaba, pero a veces consegu¨ªa olvidarse. Por momentos pensaba que pod¨ªa disimular o simplemente seguir adelante. Iba a una fiesta, socializaba. ¡°Entonces, despu¨¦s de haber hecho un trabajo enorme por olvidarlo, est¨¢s hablando con alguien y de repente ves que no te mira a los ojos, que te est¨¢ mirando a la cara, a tus granos¡±, explica en conversaci¨®n telef¨®nica esta creadora de contenido de 25 a?os. ¡°Y dices, ¡®ostras, no me los he tapado bien¡¯ y te entra la inseguridad. Y se produce un retroceso enorme en tu proceso de aceptaci¨®n¡±.
El caso de Ruiz no es ¨²nico. El 30% de las mujeres y el 7% de los hombres de m¨¢s de 25 a?os sufren de acn¨¦. Las lesiones que deja sobre el rostro pueden perjudicar la autoestima y la confianza. Un estudio presentado esta semana en el congreso europeo de la disciplina revela el importante estigma asociado a esta patolog¨ªa. La investigaci¨®n ha evaluado el efecto de distintas variantes anat¨®micas del acn¨¦ en los patrones naturales de la mirada y la percepci¨®n social. Los investigadores siguieron los movimientos oculares de 245 participantes que observaron rostros neutros y emocionales de mujeres con distintos tipos de acn¨¦. Descubrieron que los participantes no las miraban tanto a los ojos como a los granos. Tambi¨¦n, que las percib¨ªan como menos atractivas, menos confiables, exitosas o seguras de s¨ª mismas.
¡°El comportamiento de la mirada depende del sexo y de la edad¡±, explica Marek Jankowski, dermat¨®logo y principal autor del estudio. ¡°Tambi¨¦n de la cultura. Por ejemplo, los europeos occidentales [que miran m¨¢s a los ojos y la boca] tienen una estrategia de mirada diferente a la de los asi¨¢ticos [que se fijan en la nariz]. Sin embargo, esta es absolutamente autom¨¢tica e involuntaria¡±.
Ruiz es consciente de que no se puede controlar, pero eso no hace la situaci¨®n menos inc¨®moda, explica: ¡°Aunque sea involuntario, duele igual. Pierdes el hilo de la conversaci¨®n. Sabes perfectamente que te est¨¢n mirando los granos, que se est¨¢n fijando m¨¢s en tu f¨ªsico que en lo que est¨¢s diciendo. Y eso genera bastante inseguridad¡±.
Un reciente estudio cient¨ªfico intent¨® cuantificar esa inseguridad y resolvi¨® que las mujeres adultas con acn¨¦ son m¨¢s propensas a padecer problemas de depresi¨®n, ansiedad y aislamiento social. Al igual que Ruiz, se sienten menos seguras en el trabajo, y a menudo toman medidas obsesivas para ocultar sus imperfecciones cut¨¢neas.
Tener acn¨¦ cuando eres adolescente no tiene las mismas implicaciones que sufrirlo de adulto. ¡°Durante la adolescencia puede impactar, pero se asume como algo normal y pasajero¡±, se?ala Alba Calleja, dermat¨®loga de la cl¨ªnica Dr. Morales Raya. Ella lleva siete a?os tratando este tipo de patolog¨ªas y ha escuchado en consulta todo tipo de historias. Por eso valora positivamente el an¨¢lisis de Jankowski. ¡°Los estudios se suelen fijar en la autopercepci¨®n del paciente, no en c¨®mo lo perciben los dem¨¢s¡±, se?ala. Esta perspectiva elimina la subjetividad de un problema que, hist¨®ricamente, ha sido minimizado. Y sigue si¨¦ndolo, como se?ala la experta: ¡°A la cl¨ªnica vienen muchas consultas secundarias. Mujeres que ya han ido al m¨¦dico, pero que sienten que no les han escuchado, que no han dado importancia a su problema¡±.
M¨¢s all¨¢ de hablar de sus s¨ªntomas, estas mujeres hablan de sus experiencias. Se desahogan. ¡°Te cuentan c¨®mo les afecta en el trabajo, si tienen una reuni¨®n. Como dependen del maquillaje para salir a la calle, o explican m¨¦todos de ocultaci¨®n de todo tipo¡±. Adem¨¢s, se?ala la doctora, el acn¨¦ adulto es muy variable. Hay d¨ªas que parece mejorar y otros en los que se desata un brote. ¡°Esto acaba generando mucho estr¨¦s emocional e impacta directamente en la autoestima¡±, sentencia. Lo primero que les ofrece ella es comprensi¨®n. Lo segundo, un estudio hormonal, pues hay cerca de un 30% de los casos en los que ah¨ª reside el problema. Solo despu¨¦s de descartarlo, Calleja pasa a recetar un tratamiento t¨®pico o de pastillas.
Despu¨¦s de varios a?os probando todo tipo de alternativas, Beatriz Ruiz se dio cuenta de que ella estaba en ese porcentaje. Fue al endocrino, que le dijo que ten¨ªa el s¨ªndrome de SAHA, un diagn¨®stico cl¨ªnico relacionado con una alteraci¨®n hormonal. Le pusieron un tratamiento acorde. Y la cosa empez¨® a mejorar. ¡°Es importante hacer un estudio hormonal, siempre que haya una aparici¨®n brusca o de novo del acn¨¦ en la edad adulta¡±, se?ala Ainhoa Abad L¨®pez, endocrin¨®loga del Hospital Universitario Puerta de Hierro. ¡°Hay que estar alerta, especialmente, cuando va asociado a otra sintomatolog¨ªa, como incremento de vello, alteraciones menstruales en las pacientes en edad f¨¦rtil, alopecia androg¨¦nica¡¡±. Ruiz cumpl¨ªa, uno a uno, con todos estos s¨ªntomas.
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Su caso es cada vez m¨¢s com¨²n. ¡°La incidencia del acn¨¦ adulto ha aumentado enormemente en los ¨²ltimos 20 a?os¡±, se?ala Jankowski. El aumento se cifra en su estudio en un 10%, es mucho mayor en las mujeres que en los hombres y se da en pa¨ªses concretos. ¡°El acn¨¦ es una enfermedad multifactorial en la que hay que tener en cuenta factores gen¨¦ticos y endocrinos¡±, explica Jankowski. ¡°Sin embargo, no podemos culpar a los genes si observamos un aumento masivo y existe una correlaci¨®n geogr¨¢fica entre su incidencia y la renta media¡±, apunta. En los ¨²ltimos a?os, se ha empezado a asociar con la dieta occidental, el estr¨¦s y el estilo de vida. Pero la doctora Calleja es cauta y recuerda que a¨²n no hay una evidencia cient¨ªfica que lo respalde. ¡°Puede haber otros factores, como que ahora la gente lo consulta m¨¢s¡±, se?ala. ¡°Antes tend¨ªa a esconderlo¡±.
Despu¨¦s de 17 a?os lidiando con el acn¨¦, Ruiz tiene la piel mucho mejor. Y la cabeza. Cuando las imperfecciones son la carta de presentaci¨®n, cuando uno no las ve, pero es lo primero que notan los dem¨¢s, el tratamiento no solo tiene que ser m¨¦dico. Ruiz lleva a?os trabajando en ello. Hace un tiempo, decidi¨® dejar de esconder sus granos. Se quit¨® el flequillo, se ech¨® el pelo hacia atr¨¢s. Y se empez¨® a ver guapa. Decidi¨® abrirse una cuenta de TikTok, y en lugar de tirar de filtros para esconder sus imperfecciones, se hizo primer¨ªsimos planos para hablar de ellas. De c¨®mo tratar el acn¨¦, pero sobre todo, de c¨®mo sobrellevarlo. La idea, de alguna forma, conect¨® con un p¨²blico acostumbrado a esconder el problema. Hoy suma m¨¢s de 200.000 seguidores.
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