Soraya Casla, especialista en ejercicio oncol¨®gico: ¡°La actividad f¨ªsica aumenta hasta un 40% la supervivencia¡±
La investigadora detalla c¨®mo prepararse tras el diagn¨®stico de un tumor para afrontar los tratamientos y reducir los riesgos de reca¨ªdas y otras enfermedades
Soraya Casla, segoviana, de 36 a?os y doctora en Ciencias de la Actividad F¨ªsica y el Deporte, comienza hace poco m¨¢s de una d¨¦cada a investigar los beneficios del ejercicio f¨ªsico en los pacientes de c¨¢ncer y descubre que, a pesar de las evidencias sobre su influencia en el aumento de la supervivencia, en la prevenci¨®n de reca¨ªdas y en la mejora de la calidad de vida, en Espa?a no se consideraba como un arma terap¨¦utica m¨¢s. Recorre medio mundo (Estados Unidos, Canad¨¢, Dinamarca y Australia) para culminar su formaci¨®n como especialista en ejercicio oncol¨®gico y, a su vuelta a Espa?a, comienza en 2015 a complementar los tratamientos de pacientes con programas personalizados. Hoy dirige un centro especializado y acaba de publicar Ante el c¨¢ncer, mu¨¦vete (Vergara, 2024).
Pregunta. ?C¨®mo surge el proyecto Ejercicio y C¨¢ncer?
Respuesta. Nace tras darme cuenta de que no hab¨ªa una respuesta real sobre ejercicio f¨ªsico oncol¨®gico para los pacientes. Durante los tratamientos, experimentan una serie de efectos secundarios para los que ya se ha demostrado que lo m¨¢s efectivo para todos ellos es el ejercicio f¨ªsico. Pero debe ser espec¨ªfico, adaptado e individualizado. Eso, en Espa?a, no exist¨ªa. Despu¨¦s de desarrollar varios proyectos internacionales de asistencia y ver c¨®mo trabajaban en otros pa¨ªses, hospitales e instituciones, me anim¨¦ a desarrollar mi propio proyecto para llegar a los pacientes, formar, informar e investigar y que fuera lo m¨¢s accesible posible.
P. ?Qu¨¦ beneficios aporta el ejercicio f¨ªsico en las personas con c¨¢ncer?
R. Aumenta la supervivencia y reduce los efectos secundarios de los tratamientos. Muchas veces lo relacionamos con n¨¢useas y fatiga, que lo son, pero lo que vemos es que los tratamientos tienen tambi¨¦n un impacto posterior: favorecen o abren la puerta a que se puedan desarrollar otras enfermedades a nivel cardiovascular, problemas de hipertensi¨®n, obesidad, diabetes¡ Son enfermedades que se pueden desarrollar con una vida sedentaria y con los a?os, pero aparecen, cada vez m¨¢s, en personas j¨®venes. El ejercicio mejora esos efectos secundarios y, adem¨¢s, a largo plazo, reducimos tambi¨¦n el riesgo de que puedan reaparecer el c¨¢ncer y otras enfermedades.
P. Esta conclusi¨®n la avala un estudio cl¨ªnico.
R. Con Miguel Mart¨ªn [catedr¨¢tico de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid y jefe de servicio de Oncolog¨ªa M¨¦dica del hospital universitario Gregorio Mara?¨®n] desarrollamos uno de los primeros ensayos en el que participaron m¨¢s de 200 pacientes durante cuatro a?os. Cuando lo publicamos hab¨ªa mucha reticencia porque se cre¨ªa que solo pod¨ªan hacer cosas de una intensidad muy bajita. Demostramos que el ejercicio que mezcla intensidad alta e intensidad moderada mejora todos los aspectos fisiol¨®gicos: aumenta la masa muscular, mejora la capacidad de producir energ¨ªa y el sistema circulatorio y cardiovascular. Y era tolerado por los pacientes tanto durante la quimioterapia como despu¨¦s.
P. ?Hay un patr¨®n general o cada c¨¢ncer y cada paciente es distinto?
R. Hay un protocolo de ejercicio que individualizamos en funci¨®n del nivel del paciente, del momento de la enfermedad y de los efectos secundarios o limitaciones funcionales. Un paciente que ha hecho ejercicio toda su vida, aunque est¨¦ en tratamiento, debe seguir. Otras personas que nunca han hecho ejercicio f¨ªsico tienen que empezar por caminar cinco minutos. Tambi¨¦n se tiene en cuenta el momento de la enfermedad. No son las mismas recomendaciones para una persona que est¨¢ en quimioterapia, en radioterapia, en tratamiento hormonal o que ya ha terminado. Eso nos exige estar formados e informados para saber cu¨¢les son los cambios fisiol¨®gicos y c¨®mo tenemos que adaptarles la intensidad del programa. Y, por ¨²ltimo, se consideran las limitaciones funcionales espec¨ªficas. No es lo mismo que te hayan quitado toda la mama y los ganglios o que tengas una bolsa porque hayas tenido un c¨¢ncer de colon o que tengas una cirug¨ªa abdominal. Estas circunstancias generan limitaciones m¨¢s espec¨ªficas. En el libro, aporto recomendaciones concretas en funci¨®n de todos estos aspectos para que todo el mundo pueda tener acceso a informaci¨®n real y cient¨ªfica sobre cu¨¢l es el beneficio del ejercicio y qu¨¦ es lo que pueden hacer.
Caminar puede ser el comienzo, pero no el final
P. ?Caminar no es suficiente?
R. Muchos estudios nos dicen que solamente caminar no genera los cambios que necesitamos. Es muy importante empezar por ah¨ª cuando est¨¢s sano, porque te ayuda a mantener la salud, pero, cuando tenemos que recuperarnos, necesitamos una estrategia mucho m¨¢s compleja que, en el caso del c¨¢ncer, no es solamente a nivel metab¨®lico; tambi¨¦n necesitamos generar nuevas conexiones neuronales, que se pierden por los tratamientos, y mejorar la funcionalidad y la movilidad. Hay que desarrollar una gu¨ªa lo m¨¢s completa posible. Caminar puede ser el comienzo, pero no el final. Hay que ir aumentando progresivamente e incluir ejercicio cardiovascular de fuerza y de equilibrio para que sea completo y realmente mejore la salud de forma integral porque el deterioro por los tratamientos es mucho m¨¢s global. Tambi¨¦n es importante mantener la motivaci¨®n. Cuando una persona viene al centro, queremos sorprenderla cada d¨ªa.
P. ?Cu¨¢ntas veces y durante cu¨¢nto tiempo hay que hacer ejercicio a la semana?
R. Lo ideal, seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, es tres d¨ªas. Cada una de las sesiones deben durar entre 35 minutos y una hora y cuarto. Nosotros solemos hacer entre 50 y 75 minutos, teniendo en cuenta descansos, ejercicios suaves y estiramientos.
P. ?Antes o despu¨¦s del tratamiento?
R. Las personas que empiezan a hacer ejercicio f¨ªsico antes de los tratamientos los toleran mejor y los efectos secundarios son menores: se fatigan mucho menos, tienen mucha menos n¨¢useas y diarreas y menos necesidad de estar en cama por exceso de fatiga.
P. ?Y una vez que se supera?
R. Hay que seguir haciendo ejercicio. Las personas que hacen ejercicio durante los tratamientos y lo dejan despu¨¦s tienden a volver a los niveles que ten¨ªan antes o justo despu¨¦s de la quimioterapia, por debajo de lo normal. Es necesario seguir activos para mantener los beneficios a largo plazo y prevenir enfermedades y cambios fisiol¨®gicos. Uno de los efectos secundarios m¨¢s problem¨¢ticos es un fallo card¨ªaco, que puede surgir a los 10 o 15 a?os. Las personas que hacen ejercicio pueden reducir hasta un 40% la probabilidad de sufrirlo.
P. ?Aumenta la supervivencia?
R. Los pacientes que hacen ejercicio f¨ªsico despu¨¦s del diagn¨®stico aumentan entre un 30% y un 40% su supervivencia. Se reduce la probabilidad de tener c¨¢ncer otra vez o desarrollar segundos tumores y tambi¨¦n otras dolencias card¨ªacas o diabetes o problemas metab¨®licos. El ejercicio f¨ªsico les ayuda a vivir m¨¢s y mejor. Se ha demostrado en los c¨¢nceres con m¨¢s incidencia, como los de mama o colon. En el resto de tumores, no es que no pase, es que no sabemos si pasa porque no tenemos estudios tan largos ni con tanta calidad.
P. ?C¨®mo es la secuencia desde el ejercicio a los beneficios?
R. La alta intensidad, que se puede conseguir con ejercicios de fuerza o cardiovasculares y tiene beneficios card¨ªacos, los mezclamos con otros para la regeneraci¨®n nerviosa, que tambi¨¦n es muy importante. Cuando introduces alta intensidad, la c¨¦lula se da cuenta de que no es capaz de seguir el ritmo al cuerpo, se adapta y empieza a movilizar una serie de enzimas y prote¨ªnas para generar energ¨ªa en las mitocondrias. Eso solo se consigue con bloques de alta intensidad. Pero el cuerpo necesita mantener esas f¨¢bricas de energ¨ªa y ense?arles a producirla. Si no las utiliza, se las va a cargar. Ah¨ª, la intensidad moderada cobra un papel esencial, porque es el tipo que ayuda y que promueve que las mitocondrias sean funcionales. Cuando funcionan bien, ayudan a preservar el m¨²sculo, mejoran tambi¨¦n la irrigaci¨®n perif¨¦rica y aumenta el gasto de grasa. Esto previene otras enfermedades.
Caminar todos los d¨ªas a paso r¨¢pido una hora ayuda a prevenir los tumores. Pero no vale el ejercicio que hacemos en el d¨ªa a d¨ªa, en nuestro trabajo o para desplazarnos. Tiene que ser extra
P. El ejercicio ayuda durante y despu¨¦s del c¨¢ncer. ?Tambi¨¦n lo previene?
R. El ejercicio f¨ªsico se ha relacionado con la prevenci¨®n de hasta 26 tipos de tumores, pero tiene que cumplir las recomendaciones de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, es decir, hacer un m¨ªnimo de 150 minutos de ejercicio moderado a la semana. Pero aqu¨ª no es tan importante la alta intensidad. Incluso caminar todos los d¨ªas a paso r¨¢pido una hora ayuda a prevenir los tumores. Pero no vale el ejercicio que hacemos en el d¨ªa a d¨ªa, en nuestro trabajo o para desplazarnos. Tiene que ser extra, es decir, salir todos los d¨ªas a caminar 30, 40 o 50 minutos y hacer otro tipo de actividad que complemente.
P. ?Por qu¨¦ no se incluye el ejercicio en los protocolos del tratamiento del c¨¢ncer?
R. En 2010 me tuve que ir fuera a aprender sobre ejercicio oncol¨®gico porque aqu¨ª no hab¨ªa nada. Pero creo que ha cambiado mucho la percepci¨®n de la salud y actualmente cada vez hay m¨¢s onc¨®logos que recomiendan hacer ejercicio f¨ªsico. De hecho, a m¨ª, muchas de mis pacientes me llegan porque sus fisioterapeutas, sus onc¨®logos o sus enfermeras oncol¨®gicas les han recomendado que hagan ejercicio f¨ªsico durante los tratamientos y despu¨¦s. Pero hay que seguir formando e informando y dando apoyo tanto a los pacientes como a los cl¨ªnicos.
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