?C¨®mo afecta el ¡®jet lag¡¯ a nuestra salud? Una colecci¨®n de muestras biol¨®gicas de auxiliares de vuelo puede ayudar a descubrirlo
Dos investigadoras del CNIO estudian los efectos de la falta de sue?o en el sistema inmunitario. Algunos estudios lo han relacionado con la probabilidad de sufrir accidentes coronarios. Ellas creen que tambi¨¦n aumenta el riesgo de sufrir c¨¢ncer
El reloj marca las 10:37 al entrar en el jard¨ªn del Centro Nacional de Investigaciones Oncol¨®gicas (CNIO). El sol se filtra entre las cercanas cinco torres, s¨ªmbolo del centro financiero de Madrid, como si fueran las 10:37 de un d¨ªa de final del verano. Dentro del edificio, los empleados van de un lado para otro atareados como si fueran las 10:37 de la ma?ana. Los tres relojes que rigen nuestra vida, el social, el solar y el interno, parecen estar sincronizados. Pero aqu¨ª se estudia qu¨¦ sucede cuando todo esto salta por los aires. ?Puede este desajuste hacernos m¨¢s vulnerables ante enfermedades como el c¨¢ncer?
La respuesta yace congelada en el s¨®tano del CNIO. All¨ª, en enormes arcones frigor¨ªficos, se guarda la primera colecci¨®n de muestras biol¨®gicas de tripulantes de cabina de pasajeros. Este colectivo vive en un jet lag constante que tiene consecuencias en su salud. ¡°Es como la resaca, cuando eres joven lo aguantas y te repones en seguida, pero con los a?os cada vez cuesta m¨¢s¡±, explica Virginia L¨®pez del Alc¨¢zar, encargada de salud profesional de la Asociaci¨®n Espa?ola de Tripulantes de Cabina de Pasajeros. Ella, que tambi¨¦n fue tripulante, explica que entre sus compa?eros ha calado la idea de que hay mayores tasas de enfermedades, pero no tienen los datos que lo respalden. As¨ª que pens¨® que, en lugar de especular, ser¨ªa mejor establecer una base cient¨ªfica, pues solo de esta manera podr¨ªan conseguir una protecci¨®n laboral. Se puso en contacto con el CNIO, y les propuso cederles muestras biol¨®gicas para estudiarlo. Desde 2021, dos veces al a?o, m¨¢s de un centenar de asistentes de vuelo donan sangre, saliva, u?as, heces y orina, componiendo una colecci¨®n longitudinal en la que ya se pueden empezar a se?alar patrones y tendencias. De esta forma, un avance cient¨ªfico podr¨ªa propiciar un avance sindical.
Mar¨ªa Jes¨²s Artiga es la directora cient¨ªfica en funciones del biobanco del CNIO. Dar un paseo con ella por las instalaciones impresiona. Decenas de contenedores alineados custodian unas 50.000 muestras de cerca de 9000 donantes. ¡°Las cifras dan v¨¦rtigo, pero este es un biobanco peque?o si lo comparamos con el de un hospital¡±, contextualiza ella. ¡°Da igual, el nuestro es un concepto distinto¡±. Al abrir el contendor el ruido es fuerte y la neblina, densa. Las muestras se mantienen a -196 grados y solo se pueden sacar con unos gruesos guantes y una pantalla facial. ¡°Aqu¨ª hemos optado por tener colecciones estrat¨¦gicas, dirigidas a una l¨ªnea de investigaci¨®n concreta¡±, explica la experta. Solo de esta forma se pueden garantizar investigaciones como la que quieren dar a conocer hoy.
Las bi¨®logas Alba de Juan y Mar¨ªa Casanova-Acebes han sido las primeras en interesarse por esta colecci¨®n. Tres pisos m¨¢s arriba, en su laboratorio, explican que su idea es entender los ritmos circadianos de las c¨¦lulas sanas y de las cancer¨ªgenas. Quieren destripar estos relojes biol¨®gicos, para analizar sus engranajes, comprender si pueden sincronizarse para minimizar los estragos de la enfermedad. Tambi¨¦n pretenden ver qu¨¦ le pasa a nuestro sistema inmune cuando dejamos de dormir. ¡°Pensamos que en las personas con el horario cambiado, el n¨²mero y las funciones de sus leucocitos dejan de ser ¨®ptimas¡±, explica de Juan, ¡°que su sistema inmune se ve alterado. Ahora tenemos que demostrarlo¡±.
Nuestro reloj interno marca los ritmos circadianos, cambios biol¨®gicos que siguen un ciclo de 24 horas y que componen una especie de horario laboral celular: a la hora de comer, nuestras c¨¦lulas segregan ciertas prote¨ªnas. Suena una alarma interna porque es la de dormir, se liberan otras. Al d¨ªa siguiente, el sistema inmune se despierta y aumenta el n¨²mero de gl¨®bulos blancos cuyo n¨²mero desciende al caer la noche. Todo est¨¢ sincronizado con los ritmos solares despu¨¦s de milenios de evoluci¨®n y adaptaci¨®n al medio. Desacompasar nuestros horarios de aquellos que nos marca el cuerpo puede tener consecuencias en nuestra salud y la literatura cient¨ªfica ha empezado a analizarlos.
El trabajo nocturno a largo plazo se asocia con un incremento de peso. Tambi¨¦n se ha se?alado c¨®mo aumenta el riesgo de sufrir cardiopat¨ªas coronarias. Algo menos probado est¨¢ su relaci¨®n con el c¨¢ncer. La Agencia Internacional de Investigaci¨®n del C¨¢ncer clasifica el trabajo que altera ritmos circadianos como ¡°probablemente carcin¨®geno¡±. Esto significa que ya hay ¡°evidencia experimental suficiente¡± en animales, pero ¡°limitada¡± en humanos. Esta evidencia limitada se sustenta en estudios como el de la Universidad de Huelva, que analiz¨® a grupo de enfermeras que ten¨ªan que hacer guardias. El estudio se?al¨® ¡°asociaciones significativas entre el c¨¢ncer de mama y los turnos nocturnos rotativos prolongados¡±. Tambi¨¦n vio una relaci¨®n entre las alteraciones en ciertos marcadores del ritmo circadiano (como la melatonina), marcadores epigen¨¦ticos (como los tel¨®meros) y el c¨¢ncer de mama. Este an¨¢lisis apuntaba, pero no apuntalaba: ¡°hay que investigar m¨¢s para confirmar estos indicios¡±, dec¨ªa. Es lo que se proponen hacer de Juan y Casanova-Acebes.
Alterar nuestros ritmos circadianos puede hacernos m¨¢s vulnerables ante las enfermedades, pero conocer los ritmos de estas, puede ser la clave para combatirlas. Porque virus, bacterias y c¨¦lulas cancer¨ªgenas tambi¨¦n parecen regirse por un horario y un reloj interno. Es algo que todos los enfermos han podido comprobar en sus propias carnes. La fiebre suele subir despu¨¦s de comer o a primera hora de la ma?ana. Los ataques de tos a menudo son m¨¢s violentos por la noche. Parecen an¨¦cdotas, pero son pistas. ¡°Estos son datos a recoger, los investigadores tenemos que confirmar o refutar esta parte observacional a trav¨¦s de experimentos¡±, confirma Casanova-Acebes. Su colega abunda en esta idea se?alando que lo que ellas quieren es ¡°darle una base cient¨ªfica a la sabidur¨ªa popular¡±.
Su estudio es llamativo pero no ¨²nico. En los ¨²ltimos a?os, se ha empezado a prestar atenci¨®n al hablar de salud no solo al qu¨¦ y al c¨®mo sino al cu¨¢ndo. ¡°Se ha comprobado que los infartos de miocardio se dan con mayor proporci¨®n por la ma?ana¡±, explica Casanova-Acebes. ¡°Y eso es porque hay mayor concentraci¨®n de c¨¦lulas inflamatorias y plaquetas. Por eso, a una persona que tiene un trombo es mejor darle los anticoagulantes por la noche, d¨¢ndoles tiempo para que act¨²en¡±. Hay estudios en marcha que tambi¨¦n investigan si el horario en el que se administran los tratamientos contra el c¨¢ncer puede ser relevante y los resultados provisionales, aunque insuficientes, parecen sugerir que as¨ª es. El presente an¨¢lisis podr¨ªa explicar por qu¨¦. A¨²n es pronto para hacerlo, matizan las bi¨®logas. No creen que puedan tener datos hasta dentro de un a?o y medio. Pero son optimistas, el poder contar con una colecci¨®n amplia y sostenida en el tiempo puede marcar la diferencia con otras investigaciones similares. Est¨¢n comparando c¨®mo evolucionan las c¨¦lulas de tres grupos: uno que realiza viajes de larga distancia, otro que realiza viajes de media distancia, y un tercero, de control, que no apenas viaja.
Su trabajo podr¨ªa aplicarse a personas con falta de sue?o cr¨®nica, pero han querido analizar a azafatos de vuelo y no a personas con insomnio por un motivo claro. ¡°El insomnio tiene una casu¨ªstica muy complicada¡±, explica de Juan. ¡°Puede venir propiciado por da?os a nivel cerebral o cognitivo y eso a?ade cierta distorsi¨®n¡¡± Lo que s¨ª parece evidente es que la ansiedad provoca insomnio y vivimos en una sociedad ansiosa, reflexiona la bi¨®loga. Eso tiene impacto en los ritmos circadianos y, de rebote, en nuestra salud. ¡°Con este tema puede pasar como pas¨® hace a?os con la boller¨ªa industrial, que con estudios se vio que era importante cuidar la alimentaci¨®n. Gracias a an¨¢lisis como el que estamos haciendo podremos ver la importancia de mantener una salud en nuestros ritmos circadianos. Y esto supone no solo estar m¨¢s protegido contra el c¨¢ncer, sino para luchar contra cualquier tipo de enfermedades o infecciones¡±.
Los ritmos circadianos se marcan por nuestro reloj interno, pero este est¨¢ sincronizado con el externo, con los ciclos del sol y la luna. El uso y abuso de luz artificial, los trabajos nocturnos, los viajes en avi¨®n y el jet lag asociado a los mismos han distorsionado esta sincronizaci¨®n. Adem¨¢s, a estos factores externos se unen otros internos. Seg¨²n la Sociedad Espa?ola de Neurolog¨ªa, m¨¢s de cuatro millones de espa?oles sufren insomnio. Todos estos hechos no sirven para explicar la aparici¨®n de enfermedades, no son cancer¨ªgenos como lo es el tabaco o el alcohol. Pero distintos estudios apuntan a que pueden comprometer no solo nuestra salud mental sino la f¨ªsica. A que est¨¢n afectando a nuestro organismo de formas que a¨²n no terminamos de comprender. El trabajo de estas cient¨ªficas del CNIO puede ayudar a entenderlo y hacernos tomar medidas.
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