Ning¨²n ni?o est¨¢ predestinado a ser torpe: c¨®mo animarles a practicar deporte
Algunos escolares se sienten incapaces y alienados al hacer deporte, pero diversos estudios demuestran que esos problemas se pueden evitar
Seguro que recuerdan la pel¨ªcula dirigida por Blake Edwards El Guateque. Estaba protagonizada por Peter Sellers en el papel de un patoso aspirante a actor de origen hind¨² llamado Hundri V. Bakshi. Seguro que les viene a la mente las escenas cuando el personaje est¨¢ en el servicio, intenta usar el papel higi¨¦nico y el rollo comienza a girar y soltar papel sin parar, con el agua sali¨¦ndose del inodoro... En definitiva, un desastre.
Todos tenemos en mente a alguien parecido a Hundri Bakski; es m¨¢s, hasta podemos ser nosotros mismos. Probablemente, en sus clases de educaci¨®n f¨ªsica hab¨ªa compa?eros que no daban pie con bola, que siempre perd¨ªan el bal¨®n cuando lo intentaban botar o se sent¨ªan perdidos en los juegos y, lo que es peor, que terminaban asumiendo que aquello de moverse con coordinaci¨®n no era lo suyo, y abandonaban. Es curioso como de estos asuntos se ha hablado muy poco.
En un libro reciente titulado Ejercicio, el bi¨®logo evolutivo de Harvard Daniel Lieberman contaba una experiencia personal que se remonta a su paso por la escuela. Cuenta c¨®mo hacer ejercicio eran momentos de humillaci¨®n, de verg¨¹enza, y de c¨®mo se escond¨ªa en el armario del vestuario para no quedar a la vista de su profesor y que le pudiera sacar de ejemplo ante sus compa?eros de la clase. Son muchos los que han podido vivir experiencias similares en casi todas las asignaturas. Es ese sector de la poblaci¨®n que cree estar predestinado a ser incapaz, aunque desear¨ªa no serlo. Han aprendido a tener que asumir que las matem¨¢ticas, la lengua o la educaci¨®n f¨ªsica son asunto de los que nacieron para ellas, y eso no hay quien lo cambie, y lo peor es que existen muchos profesores y padres y madres que tambi¨¦n lo creen as¨ª. Nada m¨¢s lejos de la realidad. Se hace necesario echar abajo ese mito. La evidencia indica que es posible y que solo hay que ponerse a ello.
Las razones por las cuales un alumno en una clase de educaci¨®n f¨ªsica se mueve de forma poco coordinada, y su participaci¨®n en los juegos y deportes es m¨ªnima porque sus compa?eros no quieren que est¨¦ con ellos, son diversas. Por un lado, hay quienes consideran que hay algo en sus cerebros que no funciona correctamente, aunque no saben muy bien qu¨¦ es. Para otros es una cuesti¨®n hereditaria, ya que sus padres o madres tambi¨¦n fueron torpes en su infancia y adolescencia y lo siguen siendo, y como todo el mundo sabe, si el padre no se mov¨ªa con coordinaci¨®n, por qu¨¦ lo tiene que hacer su hijo... Por ¨²ltimo, existe un sector de los especialistas que considera que el asunto tiene un origen ambiental, de falta de pr¨¢ctica, ya que su entorno no estimula a moverse a los ni?os y su alfabetizaci¨®n motriz es muy baja; en definitiva, que poseen lo que un grupo de investigadores canadienses denomina un d¨¦ficit de actividad.
Existen diferentes niveles de competencia motriz entre los escolares, entre los que est¨¢n los que manifiestan una baja competencia motriz. Y entre ellos encontramos aquellos que pueden padecer lo que se denomina ¡°problemas evolutivos de la coordinaci¨®n motriz¡± (Developmental Coordination Disorder-DCD). Son escolares en los que la baja competencia motriz es m¨¢s intensa y persistente, pero que mejoran cuando se atienden sus necesidades. Y el mayor n¨²mero de escolares con baja competencia motriz son aquellos que lo son porque no han practicado o porque no han tenido un entorno que les haya invitado a moverse, y que cambian con mayor rapidez cuando se les ofrecen oportunidades y ense?anza apropiada para que mejoren. Los efectos de estos problemas son m¨²ltiples, ya que les impide estar en forma, viven un c¨ªrculo vicioso en el que no ser capaces les impide participar en actividades f¨ªsicas y deportivas, y el no participar en ellas les mantiene en una situaci¨®n desfavorable para progresar.
Las evidencias han mostrado que este asunto es de car¨¢cter multifactorial. Un ambiente poco estimulante, junto a la existencia de posibles problemas neurol¨®gicos, problemas metab¨®licos o de la madre durante el embarazo (incompatibilidad sangu¨ªnea, ingesta de drogas o d¨¦ficit vitam¨ªnico) podr¨ªan ser la causa de estas dificultades. En algunos casos se tratar¨ªa de dificultades para representarse mentalmente los movimientos, lo que limita su planificaci¨®n y organizaci¨®n y afecta a funciones ejecutivas como la memoria de trabajo, el procesamiento de informaci¨®n visoespacial, la capacidad inhibitoria o la flexibilidad cognitiva.
Todo esto nos indica que moverse con dificultad en la escuela no es estrictamente un asunto de m¨²sculos y tendones, sino que es m¨¢s global, y afecta a toda la persona, porque moverse mal tambi¨¦n es un problema para sus emociones y sus percepciones de competencia, limit¨¢ndole en sus decisiones sobre practicar o no. Aunque le gustar¨ªa apuntarse a las clases de baloncesto extraescolar, ese estudiante no se lo pide a sus padres porque sabe que no ser¨¢ capaz de botar con fluidez el bal¨®n.
?Qu¨¦ hacer en estas situaciones? Lo primero de todo es tomar conciencia de que estos escolares tambi¨¦n existen. A partir de esta toma de conciencia, se puede acometer una actuaci¨®n coordinada en la que se evite que cualquier escolar pueda crecer siendo torpe, ya que los efectos colaterales que afectan a estos problemas motrices se asocian con dificultades en la relaci¨®n social, de comportamiento, baja autoestima, una disminuci¨®n de la pr¨¢ctica de actividades f¨ªsicas y baja condici¨®n f¨ªsica. Estar en buena condici¨®n f¨ªsica favorece los resultados escolares, de ah¨ª la importancia que tiene evitar que los ni?os se sientan incapaces y alienados en las clases de educaci¨®n f¨ªsica, evitar que vivan el mundo de las actividades f¨ªsicas y deportivas como una ¡°una tortura¡±, como una humillaci¨®n como la que supone ser siempre ¡°elegido el ¨²ltimo¡± o que toda su actividad en la clase sea como ¡°sobrevivir al gimnasio¡±.
Ning¨²n ni?o est¨¢ predestinado a ser torpe toda la vida. Familias y profesores juegan un papel fundamental en la mejora de la competencia motriz, participando con ellos, siendo modelos de pr¨¢ctica. La baja competencia motriz no desaparece porque un escolar crezca, puede persistir hasta la edad adulta si no se le presta la suficiente atenci¨®n.
Algunas ideas incluyen favorecer que el escolar tenga buenas clases de educaci¨®n f¨ªsica tres o cuatro veces a la semana, que salgan a pasear por el parque o el bosque, montar en bicicleta por el campo, nadar, correr por un parque o en una pista de atletismo, jugar al baloncesto, f¨²tbol o patinar. Somos seres que se mueven y que pueden llegar a disfrutar movi¨¦ndose en un mundo que incita a estar sentado y mirar una pantalla. Nuestros escolares y nosotros mismos somos inteligentes porque somos un cuerpo, y porque actuamos; hay que dejar de lado mitos y leyendas que dicen que hacen que se vean las actividades f¨ªsicas y deportivas solo para los que nacieron para ellas. Todas las personas pueden desplegar su inteligencia corporal y desarrollarla. Es esa inteligencia que nos hace competentes en nuestro mundo la que necesita ejercitarse, porque ejercitarse provoca efectos muy beneficiosos: nuestro coraz¨®n bombear¨¢ sangre hasta el ¨²ltimo reducto del organismo, los m¨²sculos se tonificar¨¢n, mejorar¨¢ el descanso y el sue?o, nuestro cerebro se sentir¨¢ feliz, nuestros hijos rendir¨¢n mejor en la escuela y nosotros subiremos a nuestro piso sin necesidad del ascensor.
Las evidencias de todo esto son abrumadoras, pero es necesario convencerse y defender que nuestros hijos tengan m¨¢s horas de educaci¨®n f¨ªsica y deporte en la escuela, y ser un ejemplo para ello. Siempre existe alguna actividad que se puede realizar; busquemos aquella actividad o deporte en el que se sientan competentes y plenamente realizados.
ENF?RMATE es el espacio de EL PA?S SALUD donde hablaremos de aquellos aspectos relacionados con la actividad f¨ªsica, el deporte y la salud f¨ªsica y mental. La actividad f¨ªsica y el deporte forman parte de la cultura de todas las civilizaciones y juegan un papel fundamental en la salud de la sociedad a todos los niveles, tanto f¨ªsica como mental, en todas las edades, desde la infancia a la vejez, tanto en hombres como en mujeres. Desde las Ciencias de la Actividad F¨ªsica y del Deporte se ha tratado de avanzar en el conocimiento cient¨ªfico sobre la importancia del movimiento y el ejercicio f¨ªsico sobre el cuerpo, as¨ª como los procesos que explican por qu¨¦ se producen ciertas adaptaciones, modificaciones o cambios a diferentes niveles (fisiol¨®gicos, anat¨®micos, motrices, emocionales o cognitivos). Por todo ello, este espacio persigue buscar las explicaciones cient¨ªficas que fundamenten y justifiquen los motivos tan beneficiosos de la actividad f¨ªsica y del deporte. Asimismo, se tratar¨¢ de discutir y rebatir ciertos mitos o falsas creencias existentes en la sociedad sobre temas espec¨ªficos del ejercicio f¨ªsico y la salud.
Puedes seguir a EL PA?S Salud y Bienestar en Facebook, Twitter e Instagram.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.