Qu¨¦ significa ser una ¡®divorciada¡¯ en el lenguaje juvenil: c¨®mo la palabra perdi¨® su connotaci¨®n negativa
Las mujeres j¨®venes y el colectivo LGTBI resignifican la palabra en redes sociales de forma positiva
El significado de la palabra ¡®divorciada¡¯ est¨¢ experimentando un cambio radical para ciertos colectivos de j¨®venes que, en redes sociales, le despojan de sus connotaciones negativas y viejunas. Para ellos, divorciada no se est¨¢, se es. No se trata ya de un estado civil, sino de un distintivo de una mujer que ha tomado las riendas de su propia vida, liber¨¢ndose de convenciones obsoletas y abrazando su autenticidad sin reservas. Desvergonzada y dicharachera. Sin culpabilidad, miserias ni gatos.
¡°Esa palabra siempre ha tenido una connotaci¨®n muy negativa porque la mujer separada ha sido una desgraciada. Ahora ya no. Una divorciada es una persona que se elige a s¨ª misma, que deja atr¨¢s algo que no le es bueno y que prioriza su cuidado. Va a las cosas que le gustan, disfruta de sus amigas, de su tiempo libre, sin pensar en mucho m¨¢s que eso. Es un poco el carpe diem moderno¡±, cuenta Bront?, soci¨®logo y creador de contenido, usuario habitual de la palabra.
En Espa?a la han popularizado distintas influencers, como la reciente pareja de ¨¦xito en redes sociales Las Verdunch. Tambi¨¦n hay una clara inspiraci¨®n proveniente del mundo drag, y una propagaci¨®n veloz gracias a programas televisivos como Drag Race. Pero quien se lleva la palma es Carmen Merina (@rayomcqueer), fen¨®meno viral que ha hecho sonar la palabra en los dispositivos de miles de j¨®venes. ¡°Marcan tendencia a la hora de hablar, sobre todo en determinados colectivos¡±, dice Bront? en referencia a la poblaci¨®n femenina y LGTBI. ¡°Es justo reconocerles, sobre todo a Rayo McQueer, que han modificado la forma en la que hablamos¡±, a?ade.
@rayomcqueer_ reci¨¦n divorciada y aun pasito de la jubi tmb! #divorciada #mujeresqueinspiran
? sonido original - rayomcqueer
Los planes de ¡°las divorciadas¡± no contemplan llorar en casa, distanciarse de las amigas u obligarse a hacer dieta, arquetipo al que nos han acostumbrado las pel¨ªculas rom¨¢nticas noventeras. Ahora, una divorciada es disfrutona y se toma un dry martini en un club c¨¦ntrico de la ciudad a las seis de la tarde sin ning¨²n tipo de bochorno. Y eso est¨¢ genial, la vida son dos d¨ªas.
Lo que ha ocurrido es que el t¨¦rmino ha sufrido una resignificaci¨®n o reapropiaci¨®n. ¡°Llamamos reapropiaci¨®n a la adopci¨®n de palabras o expresiones con matices peyorativos por parte de la comunidad a la que denigran, que les da un nuevo significado neutral, positivo o cr¨ªtico; por eso se conoce tambi¨¦n como resignificaci¨®n¡±, explica Nacho Esteban, ling¨¹ista especializado en an¨¢lisis del discurso.
Este nuevo significado del divorcio es posible gracias a un cambio social y cultural en la percepci¨®n de la feminidad y el papel de las mujeres en la sociedad durante las ¨²ltimas d¨¦cadas. ¡°Hoy en d¨ªa se entiende que un divorcio puede ser liberador y que no tiene un v¨ªnculo tan grande con las expectativas de g¨¦nero. Tambi¨¦n hay m¨¢s ligereza sobre lo que es un fracaso: en una generaci¨®n que no puede ser adulta econ¨®micamente, pues no es tan importante no fracasar, porque todos ya fracasamos un poco y no pasa nada¡±, a?ade Sara Engra, socioling¨¹ista.
La resignificaci¨®n de insultos o palabras con un valor negativo es un fen¨®meno muy generalizado en la historia, aclara Esteban. ¡°Jesuita, anarquista o punk eran despectivas en origen. La propia palabra feminista comenz¨® como un insulto. Las mujeres han sido expertas en resignificar descalificativos. Adem¨¢s, la reapropiaci¨®n ha sido muy frecuente entre colectivos racializados, como es el caso de nigger y chicano en Estados Unidos o pied-noir en Francia¡±, explica. ¡°El ejemplo de ¡®maric¨®n¡¯ es superclaro¡±, expresa Bront?. ¡°De un insulto pasa a ser la forma en la que nos denominamos. Siempre que eres parte de un grupo oprimido, ya sea socialmente, por el Estado o por lo que sea, tiendes a crear palabras que te identifiquen y unan con el resto¡±, especifica.
Uno de los grupos que hist¨®ricamente ha hecho m¨¢s uso de la resignificaci¨®n es el colectivo LGTBI, precisamente quienes m¨¢s impulsan y defienden ahora la nueva filosof¨ªa de las divorciadas. Aunque el t¨¦rmino est¨¢ generalmente en boca de los m¨¢s j¨®venes, son espec¨ªficamente las chicas y los miembros del colectivo quienes lo usan habitualmente. ¡°La generaci¨®n Z no es un colectivo uniforme: son personas de distintas edades, g¨¦neros, or¨ªgenes, afiliaciones pol¨ªticas. Ninguna generaci¨®n es homog¨¦nea en su uso de la lengua. Esta clase de expresiones, como PEC, divorciada o zorra, han surgido m¨¢s bien en entornos LGTBI y de chicas cisheterosexuales politizados. No me parece que los hombres cisheterosexuales Z hayan liderado estos cambios concretos¡±, aclara Engra. ¡°El nuevo sentido¡±, insiste Esteban, ¡°va ligado a divorciada y no divorciado; existe una dimensi¨®n de empoderamiento de g¨¦nero que probablemente no apele tanto a varones heterosexuales¡±.
Esta defensa de lo in¨²til, de lo jocoso, de lo vergonzoso y del autocuidado es inherente a una generaci¨®n Z que pasa muchas horas en internet. ¡°Las personas j¨®venes poseen muchos de los rasgos que favorecen la aparici¨®n de una jerga: conforman una comunidad endog¨¢mica, m¨¢s o menos cerrada, con un af¨¢n subversivo, creativo, l¨²dico y un poco cr¨ªptico; nadie quiere hablar como sus padres y, si encima podemos desconcertarlos, mejor. Lo que han hecho las redes sociales en particular e internet en general ha sido acelerar los cambios y las modas¡±, cuenta Esteban.
Para Bront?, entra en juego la inmediatez de las redes, que facilitan la creaci¨®n de nuevos t¨¦rminos que en unos d¨ªas se hacen famosos y que, en la mayor¨ªa de las ocasiones, caen en desuso en poco tiempo. ¡°En redes somos una personalidad exacerbada de nosotros mismos. Somos nosotros mismos, pero elevados al cuadrado¡±, expresa. Esa exageraci¨®n lleva intr¨ªnseco el humor en muchas de las acciones de los j¨®venes. El t¨¦rmino ¡®divorciada¡¯, en este caso, entra?a tambi¨¦n algo de comicidad. Y en las personas que lo est¨¢n ¡ªque no tienen que ser obligatoriamente mujeres de mediana edad, cualquier persona puede hacer planes de divorciada¡ª se exhibe cierto grado de locura o desquicie. ¡°Necesitamos el humor para reivindicar. Reivindicar es cansad¨ªsimo, es agotador mentalmente. Resignificar estas palabras con gracia es una forma de sentir que sigues haciendo cosas en el plano pol¨ªtico o activista¡±, dice Bront?.
Las iron¨ªas c¨®micas est¨¢n bien vistas ahora porque, como apunta Esteban, ¡°la discriminaci¨®n no es tan descarnada como antes¡±. ¡°Las necesidades reivindicativas dejan paso a otras funciones del lenguaje en general y de la reapropiaci¨®n en particular, como es precisamente el humor. Resulta m¨¢s sencillo bromear con aquello que parece subversivo pero que, en el fondo, es una realidad m¨¢s o menos aceptada y que no tiene por qu¨¦ suponer forzosamente sufrimiento¡±, apunta Esteban.
Para una generaci¨®n que, econ¨®mica y laboralmente, juega en un escenario oscuro, la nueva filosof¨ªa del divorcio reivindica los peque?os momentos de felicidad con el grupo de amigas, el ser una misma. ¡°Mientras haya discriminaci¨®n, seguir¨¢n apareciendo t¨¦rminos y significados peyorativos; seg¨²n caigan en desuso o cambie su significado principal, se inventar¨¢n nuevos t¨¦rminos y significados para reemplazarlos, ya que cada generaci¨®n viene a renovar el caudal l¨¦xico desgastado¡±, concluye Esteban.
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