Efecto ¡®Euphoria¡¯: la serie de la psicolog¨ªa del ¡®eyeliner¡¯ para entender a una generaci¨®n
El simb¨®lico maquillaje y vestuario de la serie estrella del verano se ha convertido en un g¨¦nero en s¨ª mismo y ha provocado un efecto contagio y de apropiaci¨®n en las tendencias de moda y cosm¨¦tica.
Todo en la adolescencia se reduce a la hip¨¦rbole. El drama es el motor existencial de esa etapa bisagra en la que se extra?a (y desea) lo adulto. Cada generaci¨®n exterioriza la intensidad de ese choque vital a su manera. Los punks engominaban a conciencia sus crestas, las chicas de barrio de finales de los noventa exhib¨ªan la tira del tanga y desde los 2000 la construcci¨®n adolescente pas¨® a narrarse (y a llorarse) entre los pastiches, filtros y metarreferencias del yo digital.
En 2019, lo normal ser¨ªa que una serie sobre j¨®venes de 2019 se quedase exclusivamente en su tribu. No ha sido as¨ª con Euphoria, la serie de HBO creada por Sam Levison que se convirti¨® en fen¨®meno del verano y que ha abierto en canal la experiencia de un grupo de chavales hastiados en su suburbio de EE UU. Hordas de treinta?eras (y para arriba), las mismas que maduraron bajo la dictadura del efecto cara lavada y el look natural (caballo ganador de la ¨²ltima d¨¦cada en esto de la belleza normativa), miran de soslayo y suspiran ante el derroche de glitter y fantas¨ªa visto en los rostros de las protagonistas del show. Una proeza art¨ªstica obra del t¨¢ndem formado por la maquilladora Doniella Davy y su asistente Kirsten Coleman, nuevas gur¨²s de Instagram, donde ya superan los 300.000 seguidores. Esa hip¨¦rbole cosm¨¦tica, esa est¨¦tica de la teen angst que ha definido a la serie, ni est¨¢ vac¨ªa de significado ni se aventura como una tendencia ef¨ªmera m¨¢s.
La era del eyeliner emo ya se intu¨ªa cuando Petra Collins apareci¨® en la alfombra de la gala Met con l¨¢grimas cristalizadas de Gucci incrustadas en su rostro o talentosas (y j¨®venes) makeup artists como la espa?ola Paula Cariatydes saltaban del nicho de Instagram a contratos patrocinados y tutoriales en Vogue. Era un escal¨®n m¨¢s en esa l¨®gica de apropiaci¨®n que el lujo y el marketing vienen haciendo de todo lo que rodea a la est¨¦tica de la calle y al pulso emocional de Internet. El c¨ªrculo ten¨ªa que cerrarse con Rue (personaje protagonista interpretado por Zendaya) llorando purpurina, meti¨¦ndose una raya y mir¨¢ndonos de frente en el televisor de nuestro sal¨®n. La revoluci¨®n de Euphoria pon¨ªa contexto pop y etiqueta a la imparable invasi¨®n de la cosm¨¦tica barroca. ?Esto es muy Euphoria? es lo que ahora nos repetimos al admirar la raya del pelo con purpurina de Cara Delevingne o al ver los maquillajes de las modelos de las tiendas virtuales de Zara o Bershka, donde se imitan descaradamente las pesta?as art¨ªsticas XXL de Jules (Hunter Schafer) o el rostro repleto de perlas de Cassie (Sydney Sweeney). Una envidia generacional voceada por Leo DiCaprio (?Esta serie es incre¨ªble?) o resumida en el ingenio de Bethany Cosentino, cantante de Best Coast, cuando tuite¨® una foto suya en short deportivo, tacones y rodeada de neones: ?Soy la madre de alguien que pretende vivir en un cap¨ªtulo de Euphoria?.
?Quer¨ªa sumergirme en la generaci¨®n joven de hoy en d¨ªa aprovechando esa explosi¨®n masiva del maquillaje que hemos visto en los ¨²ltimos a?os en la redes sociales?, explica Kirsten Coleman, conocida como @Kirinrider en Instagram y una de las dos cabeza pensantes del maquillaje en el show. Coleman ya despunt¨® con los estilismos de fantas¨ªa de Tessa Thompson como jefa de maquillaje en?Sorry to Bother you, pero ha sido en Euphoria donde?Internet ha explosionado como moodboard emocional del show, extendiendo a la realidad esa cultura de los filtros faciales de Instagram y del maquillaje art¨ªstico en la red. ?Espero que se hayan reconocido las culturas y subculturas de la red. Existe una?cantidad de personas que se expresan a trav¨¦s de estas miradas incre¨ªblemente salvajes, algunas de las cuales hacen de su rostro un lienzo para su arte?, apunta sobre su aportaci¨®n en la serie.
Influenciada enormemente por la pel¨ªcula Velvet Goldmine, Coleman es una f¨¦rrea defensora de su trabajo en la narrativa cinematogr¨¢fica. ?Ayuda a la historia para desprender esa actitud emocional de los personajes, ya sea sobre su pasado, d¨®nde han estado o a d¨®nde van a ir. El moreno de alguien evidencia que ha estado expuesto al sol y aire libre. Una cicatriz revela un trauma pasado o una experiencia f¨ªsica. Estos mensajes subliminales ayudan a la audiencia durante el viaje narrativo?.
Ninguna de las dos maquilladoras era consciente del impacto que tendr¨ªan sus estilismos de fantas¨ªa.?Sam [Levinson, director de Euphoria] nos dijo que quer¨ªa que fu¨¦semos m¨¢s all¨¢, que estableci¨¦semos tendencias y rompi¨¦semos los l¨ªmites con el maquillaje, no solo como producto televisivo en s¨ª, sino para la poblaci¨®n en general. Hicimos lo que pudimos, pero creo que ni yo ni Donni [Dayv, la jefa de maquillaje] ¨¦ramos conscientes del impacto que tendr¨ªa nuestro trabajo?.
Nihilismo y exceso juvenil
?Creo que la serie ha pegado tan fuerte por la interconectividad de las redes sociales. Los fans de Euphoria dicen que esta es la primera serie que acierta al retratar c¨®mo es ser joven en EE UU, pero la cultura juvenil, gracias a Internet, es m¨¢s global que espec¨ªfica de un solo pa¨ªs?, explica a S Moda Heidi Bivens, directora de vestuario de la serie. Ella es la responsable de que cerremos esa etapa de moda televisiva retronost¨¢lgica a lo Mad Men y enterremos de una vez por todas el estilo fant¨¢stico de los vestidos de Juego de tronos. Toca inspirarse en la realidad contempor¨¢nea. Esa b¨²squeda de autenticidad de los personajes frente al nihilismo decadente que les oprime se transmite, tambi¨¦n, con su ropa.
La estilista, que se document¨® para la serie contactando con marcas por Instagram y paseando por institutos, est¨¢ licenciada en esto del estilo generacional. Visti¨® a las lolitas hipersexualizadas de la pel¨ªcula de Harmony Korine Spring Breakers (2012) y a los chavales que buscan su sitio en En los 90, de Jonah Hill. ?La generaci¨®n Z est¨¢ mucho menos interesada en el consumo?, aclara. ?Est¨¢n reinventando el acto de venderse para impresionar. No se gastan tanto dinero en ropa y son m¨¢s creativos?. Eso explica que la mayor¨ªa de sus prendas sigan esa filosof¨ªa de capturar el zeitgeist (el esp¨ªritu del momento).
Bives ha tirado de mercadillos de segunda mano, asaltado armarios conocidos ¨Cla camisa tribal de Rue es de la asistente de vestuario¨C, recurrido a dise?adores independientes ¨Cla chaqueta de Jules del baile est¨¢ dise?ada por Hunter Schafer y Seth Pratt¨C, copiado a marcas de culto de streetwear ¨Cel audaz mono de Maddie en la feria es una r¨¦plica de uno de I.AM.GIA¨C o utilizado low cost, como es el caso de la simb¨®lica sudadera granate de capucha de Rue. La prenda m¨¢s trascendental de la temporada fue seleccionada por Sam Levinson, creador de la serie, es de la marca Hanes y cuesta poco m¨¢s de 20 euros: ?Ten¨ªa que ser algo no muy a la moda, algo que la clase trabajadora pudiese vestir?.
El estilo Euphoria triunfa porque no copia a nadie. ?El moodboard funciona mejor cuando no est¨¢ definido por famosos?, dice Bivens. Su impacto responde a una amalgama de estilos y universos. Algo hay ah¨ª de todos nosotros, en esa b¨²squeda (no tan) adolescente por tratar de ser aut¨¦nticos .
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