Si mi hijo quiere vestirse de princesa, ?qu¨¦?
Los psic¨®logos aseguran que las cr¨ªticas a Charlize Theron o a Adele son perjudiciales y aconsejan permitir una b¨²squeda de identidad sana alejada de roles de g¨¦nero asociados a estereotipos castrantes y sexistas.
En los ¨²ltimos d¨ªas, Charlize Theron ha tenido que leer comentarios insultantes en las redes sociales por permitir que su hijo Jackson se vista como le d¨¦ la gana, en este caso, como Elsa, la hero¨ªna de Frozen.
Es de esperar que Jackson, de cuatro a?os, no haya sido consciente de las acusaciones que cientos de seguidores con ganas de opinar han arrojado sobre su madre y que son muy similares a las que ya padecieron Angelina Jolie y Brad Pitt cuando trascendi¨® que su hija Shilou prefer¨ªa que la llamasen John y se sent¨ªa m¨¢s c¨®moda vistiendo como sus hermanos varones que como la sociedad dice que ha de vestirse una ni?a. Ni la universalmente adorada Adele, se ha librado de las reacciones tras la imagen de su hijo visitando Disneyland vestido de princesa y no de Batman.
Estas familias famosas est¨¢n siendo la avanzadilla medi¨¢tica de una sociedad que camina hacia la erradicaci¨®n de roles de g¨¦nero que a la larga consolidan diferencias entre los sexos que no deber¨ªan tener cabida en el siglo XXI, a la corta hacen sufrir a peque?os y padres y a la hora de la verdad nacen, como todos los prejuicios, de la ignorancia. En este caso, la triple ignorancia de confundir la identidad de g¨¦nero con la orientaci¨®n sexual; de pensar que no censurar la libre expresi¨®n de los ni?os es alentar conductas que puedan inclinarlos hacia la homosexualidad; y de la creencia de que ser homosexual o transexual es algo negativo que hay que evitar.
¡°La orientaci¨®n sexual hace referencia a la atracci¨®n f¨ªsica, rom¨¢ntica y emocional permanente de una persona por otra y tiene lugar en la preadolescencia y los a?os posteriores. En cambio, la identidad de g¨¦nero se refiere al sentido interno que una persona tiene de ser hombre, mujer o algo diferente, cosa que va a ocurrir desde los cuatro, cinco a?os, a veces incluso antes. De manera que si, por ejemplo, en nuestra sociedad, para ser consideradas femeninas, las ni?as deben ser amables, vulnerables, dependientes y serviciales y los ni?os identifican lo masculino con la fortaleza, la agresividad, la valent¨ªa y la autonom¨ªa ser¨¢ normal que haya menores que, desde mucho antes de tener clara su orientaci¨®n sexual, se identifiquen m¨¢s con un rol de g¨¦nero distinto al que le est¨¢n asignando por su sexo¡±. Lo explica para S Moda la psic¨®loga Violeta Alcocer que insiste en c¨®mo los roles de g¨¦nero son la primera informaci¨®n que las ni?as y ni?os tienen sobre lo que representa ser ¡®chico¡¯ o ¡®chica¡¯ y que la manera en la que se transmiten esos roles ser¨¢ determinante a la hora de que se sientan m¨¢s o menos c¨®modos en los mismos y por tanto, en su vida.
Por qu¨¦ quieren vestirse ¡®al rev¨¦s¡¯
Para Alcocer ¡°cuando un menor pide vestirse de una manera diferente a la habitual para su sexo, lo primero que est¨¢ expresando es que se identifica con una serie de actitudes y conductas que siente o piensa que no se esperan de ¨¦l o ella. La vestimenta, en ese sentido, es una manera de expresar y completar su identidad: un ni?o que se sabe sensible, amable y rom¨¢ntico, que son roles de g¨¦nero tradicionalmente asignados a las ni?as, puede pedir un vestido de princesa para sentirse m¨¢s legitimado a ser de esa manera a la vista de los dem¨¢s. Una ni?a que se identifica con actitudes reservadas ¡°a los chicos¡± y las reconoce en ella puede pedir vestirse de var¨®n por el mismo motivo¡±, explica esta psic¨®loga que es rotunda al afirmar que ¡°no hay absolutamente nada de malo en permitir que los menores escojan prendas con las que se sientan c¨®modos y sean coherentes con su forma de ser¡±.
En la misma l¨ªnea se muestra Abel Dom¨ªnguez, psic¨®logo infantil y juvenil que a?ade que ?para empezar es mucho m¨¢s divertido vestirte de algo que no acostumbras, pero es que adem¨¢s la mayor¨ªa de las veces se trata de una fase de experimentaci¨®n o curiosidad, de jugar con las cosas que me ayudan a parecerme a mam¨¢ o a pap¨¢?.
C¨®mo actuar
Dom¨ªnguez aconseja normalizar esas peticiones y permitirlas sin hacer un drama o un conflicto de la elecci¨®n de los peque?os ¡°si la familia intenta corregir esos comportamientos con mensajes que implican juicios como ¡°las ni?as no hacen eso¡± o ¡°los ni?os no hacen esto otro¡± lo m¨¢s probable es que est¨¦n contribuyendo a generar un bloqueo emocional porque los peque?os asimilar¨¢n que determinadas cosas son incorrectas, que est¨¢n mal, y estaremos creando un problema identitario donde a lo mejor solo hab¨ªa curiosidad o necesidad de probar c¨®mo son los roles que los ni?os observan en la familia¡±, advierte Dom¨ªnguez.
Alcocer reflexiona sobre otras consecuencias negativas de intentar reprimir estas preferencias: ¡°si un ni?o o una ni?a est¨¢ buscando la manera de expresar su identidad y esta implica un cambio de vestimenta o de apariencia lo peor que podemos hacer es reprimir esta b¨²squeda porque su identidad seguir¨¢ estando ah¨ª, pero esta vez con el doloroso a?adido de saberse inadecuado y no aceptado por su familia, lo que conlleva graves riesgos psicol¨®gicos¡±.
Para Olga Barroso, psic¨®loga especializada en adolescentes v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero de todas las opciones que tienen los padres, reprimir ese comportamiento es una de las m¨¢s negativas y perjudiciales para los ni?os ¡°porque le estaremos transmitiendo que est¨¢ haciendo algo malo, inadecuado o anormal, y por tanto le estamos transmitiendo tambi¨¦n de manera impl¨ªcita que ¨¦l no es una persona normal, o correcta o sana o buena. Esto impregnar¨¢ la construcci¨®n de la conceptualizaci¨®n de s¨ª mismo y podr¨¢ llegar a tener una identidad basada en que es peor que otras personas o no normal como las otras personas lo que podr¨ªa derivar en secuelas psicol¨®gicas, da?o emocional y mala salud emocional¡±.
Al tiempo, los expertos coinciden en que la presi¨®n social va a ser inevitable de modo que forma parte de la tarea de los padres preparar a los peque?os para que los prejuicios del patio, el parque o el cumplea?os les afecten lo menos posible. La manera de hacerlo ser¨¢ hablar mucho con el menor y, en el caso de que prolongue en el tiempo su preferencia por usar ropa que pertenezca al universo simb¨®lico de otro g¨¦nero encontrar f¨®rmulas progresivas y no dr¨¢sticas o llamativas con las que se sientan identificados y a gusto y que sean percibidas de forma paulatina, escalonada, por el entorno. Barroso opina que no est¨¢ dem¨¢s explicarle a los ni?os que esos adultos que los censuran est¨¢n equivocados: ¡°Habr¨¢ que adaptar ese mensaje a su edad con analog¨ªas o ejemplos, pero lo correcto ante el sexismo, el racismo o la homofobia es transmitirles que son comportamientos equivocados y que hacer, querer o sentir cosas diferentes a las socialmente impuestas arbitrariamente es sano, correcto y ¨¦l es un ser humano adecuado, normal y valioso¡±.
Como explica Alcocer, en este sentido, es fundamental entender que la petici¨®n de ese menor nace de ¡°la necesidad de sentirse m¨¢s adaptado y mejor en su entorno¡±. Con l¨®gica aplastante una ni?a puede pensar que si le gusta lo mismo que a los ni?os, se comporta como los ni?os y se siente como ellos no pinta nada vestida de ni?a, por ejemplo. Sin embargo los adultos saben que, seguramente, la consecuencia inmediata de su decisi¨®n ser¨¢ justo la contraria: burlas, insultos o rechazo al presentarse en el colegio o el parque.
De modo que, en su af¨¢n por proteger a esa ni?a, quiz¨¢ intenten disuadirla con argumentos que consolidan esos patrones sociales de g¨¦nero que luego lamentamos. Porque no se trata solamente de una cuesti¨®n de indumentaria sino que, dado que los patrones ¡°masculino¡± y ¡±femenino¡± est¨¢n tan polarizados y son el origen de desigualdades y abusos, mantenerlos supone que ¡°para que un ni?o pueda ser ¡®masculino¡¯, con todo lo que implica hoy serlo, es decir, ser, por ejemplo, m¨¢s valiente, agresivo o impositivo, es necesario que haya una ni?a ¡®femenina¡¯ que sea todo lo contrario, es decir, sumisa y adaptable¡±, dice.
Los tres pisc¨®logos coinciden en lo importante que es acompa?ar a los hijos y estar alertas por si reciben alg¨²n tipo de rechazo o cr¨ªtica por expresar su identidad de g¨¦nero. ¡°La primera misi¨®n de un padre es velar por su integridad f¨ªsica y psicol¨®gica y en ese sentido no permitir que nadie insulte o critique a ese menor por ser como es. Las consecuencias del rechazo familiar por la identidad de g¨¦nero o la orientaci¨®n sexual son devastadoras, para las personas y tambi¨¦n para la sociedad y creo que lo mejor que podemos hacer es ayudar a los ni?os a crecer bajo patrones no sexistas¡±, reflexiona Alcocer en la l¨ªnea de los promotores de proyectos como Myprincesboy o 10.000 Dresses, que aspiran a una educaci¨®n sin roles de g¨¦nero.
Esta tarea de educar con ideas inclusivas a los ni?os se complica cuando, al mismo tiempo se est¨¢ educando a una sociedad que se resiste al cambio aunque ese cambio conlleve vivir en un mundo m¨¢s justo y menos sexista. Por fortuna, Charlize Theron, Brad Pitt, Adele y otros personajes populares que protagonizan pol¨¦micas como esta tienen cada vez m¨¢s apoyos? que tambi¨¦n se encargan de contestar a quienes no entienden que comprensivos, intolerantes, valientes o miedosos podemos ser todos, hombres y mujeres.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.