Cate Blanchett: ?Recupero la cordura encerr¨¢ndome en el cuarto de ba?o o en un armario?
Dice que su vida es puro caos. Ahora da el paso a las series con ¡®Mrs. America¡¯ (el 18 de abril en HBO). Entre estrenos y nominaciones, la actriz rueda con Guillermo del Toro y explora sus or¨ªgenes.
Ver a Cate Blanchett (Ivanhoe, Australia, 1969) es disfrutar del retrato de la tranquilidad: una mujer compuesta, con control de s¨ª misma y de su carrera. En casa tiene cuatro hijos, la m¨¢s peque?a adoptada cuando sus tres hermanos fueron algo m¨¢s mayores, y un marido, el escritor Andrew Upton, con el que lleva casada casi 25 a?os. Adem¨¢s, la filmograf¨ªa de esta australiana cuenta con m¨¢s de 50 t¨ªtulos, dos premios Oscar, y ahora con un par de estrenos entre la serie Mrs. America (el 18 de abril en HBO) y la pel¨ªcula ?D¨®nde est¨¢s, Bernadette?, por la que estuvo nominada al Globo de Oro. En ella cuenta la ca¨®tica historia de una mujer que parece tenerlo todo. ?Existe alg¨²n parecido con la realidad de la propia Blanchett?
?Alguna vez sucumbe al caos?
?Cada mi¨¦rcoles? No es una fecha exacta, pero claro que pierdo los estribos. Con cuatro hijos con personalidades muy marcadas y un hogar en el que tanto mi marido como yo somos aut¨®nomos, el caos es parte de mi vocabulario. Adem¨¢s, siento una perversa atracci¨®n hacia ¨¦l. Siempre dejo que se apodere de m¨ª, de mi casa, durante cuatro, cinco o seis meses hasta que de repente me echo a llorar por la mayor banalidad.
?C¨®mo recupera la cordura?
Me meto en el cuarto de ba?o. En un armario. En alg¨²n lugar peque?o donde nadie pueda encontrarme. Nuestra vida es interesante y somos m¨¢s dados al s¨ª que al no, a abarcar m¨¢s de lo que podemos. Incluso como pareja, porque llevamos muchos a?os juntos y eso es maravilloso, pero tambi¨¦n requiere esfuerzo. Lo mismo que seguir trabajando en cine.
Siempre dice que va a dejar la interpretaci¨®n, pero aqu¨ª sigue, con este nuevo filme junto a Richard Linklater, una serie de televisi¨®n y rodando ahora El callej¨®n de las almas perdidas con Guillermo del Toro. ?No puede decir ¡®no¡¯?
Siempre digo ¡®esta es la ¨²ltima¡¯. Pero luego me llega una idea fascinante o conozco a un maravilloso narrador, a un visionario, y me veo forzada a seguir la llamada. De Linklater me atrajo ese sentido tan particular que tiene del paso del tiempo. Y con Guillermo, ?es algo que deseaba desde que nac¨ª!
?Qu¨¦ le ha aportado su paso a la televisi¨®n?
Ha sido una relaci¨®n emocional. Como la m¨²sica, que sobrepasa al intelecto. No quer¨ªa un di¨¢logo intelectual, sino emocional con mi trabajo, y eso es lo que me dio esta serie.
?C¨®mo vive su entrada en la d¨¦cada de los 50 a?os?
He celebrado todo un a?o de peque?as fiestas con amigos. Mi trauma fue cruzar la barrera de los 25. No s¨¦, a los 26 me dio un ataque de ansiedad al verme tan cerca de los 30. Pero ahora, todo bien.
Mientras, su hijo mayor ha llegado a la mayor¨ªa de edad.
Eso s¨ª que me ha marcado. Me pasa como a Bernadette, siento que voy a ser incapaz de dejarle ir. Todav¨ªa recuerdo c¨®mo miraba al techo cuando mi madre me dec¨ªa eso de ¡®siempre ser¨¢s mi ni?a¡¯. Ahora la entiendo y el que mira al techo es mi hijo. Tendr¨¦ que adoptar otro perro. O un burro.
?Quiz¨¢ la soluci¨®n para combatir el nido vac¨ªo sea viajar?
Antes de saber lo que quer¨ªa hacer en la vida sab¨ªa que quer¨ªa hacer algo que me permitiera viajar. Y acert¨¦. Visitar el jard¨ªn de la casa de Charles Darwin me inspir¨® mucho. Esperaba un jard¨ªn interminable y encontr¨¦ uno que lo recorres en cinco minutos. Eso me hizo reflexionar sobre lo importante que es ahondar en el lugar de donde eres, no pensar que la vida es mejor en otro lado.
?Tiene alg¨²n viaje en el tintero?
Una de las razones por las que me enamor¨¦ de Bernadette fue porque quer¨ªa ir a la Ant¨¢rtida, aunque por presupuesto acabamos rodando en Groenlandia. Pasear en kayak entre los icebergs, en ese silencio, con una ballena y su cr¨ªa a mi lado fue inolvidable. Conf¨ªo en ir a la Ant¨¢rtida. Mi padre estaba en la Marina cuando encall¨® de regreso de una misi¨®n all¨ª. Repararon el barco en Melbourne y as¨ª conoci¨® a mi madre. Por eso mantengo una relaci¨®n muy rom¨¢ntica con la Ant¨¢rtida y siento que necesito hacer ese viaje a mis or¨ªgenes.
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