¡°Una activista con escotazo¡±: c¨®mo Erin Brockovich convirti¨® su criticada est¨¦tica sexy en un arma legal
Mientras sus compa?eros se burlaban de su forma de vestir e infravaloraban su desempe?o profesional, la activista acab¨® liderando la mayor demanda civil de la historia de Estados Unidos. La serie Rebel retoma su figura en la peque?a pantalla.
¡°Una activista con escotazo¡±. As¨ª le gustaba describirse a s¨ª misma, all¨¢ por 2007, a Erin Brockovich, la incansable luchadora a favor del medioambiente que vio como su nombre daba t¨ªtulo a una de las pel¨ªculas m¨¢s taquilleras del a?o 2000 y abr¨ªa las puertas del olimpo hollywoodiense a una Julia Roberts que confirm¨® su estatus estelar con su primer y ¨²nico Oscar. Adem¨¢s de su inspiradora historia de superaci¨®n, si algo convirti¨® en un icono a la abogada fue una apuesta est¨¦tica basada en el atrevimiento y la sexualidad. Un look que hizo de ella la diana de los prejuicios y burlas de sus compa?eros en los tribunales, pero acab¨® convirti¨¦ndose en sello distintivo y en arma imprescindible de su estrategia legal. 21 a?os despu¨¦s del estreno de la pel¨ªcula, su historia vuelve a las pantallas con Rebel, una serie de diez episodios que aterriz¨® este 28 de mayo en la plataforma Disney+.
Katey Sagal, conocida por dar vida a la indomable matriarca del club de moteros de Hijos de la anarqu¨ªa, interpreta a un trasunto de la abogada no titulada llamada Annie Bello que trabaja por la justicia social sin descanso ni reservas. Protagonizada tambi¨¦n por Andy Garc¨ªa y creada por Krista Vernoff (Anatom¨ªa de Grey), Brockovich ejerce como productora ejecutiva y se muestra satisfecha de que la ficci¨®n se inspire en su desempe?o activista durante las dos d¨¦cadas posteriores al lanzamiento de una pel¨ªcula que se convirti¨® en un ¨¦xito global. ¡°Soy m¨¢s vieja, m¨¢s sabia y evolucionada. Me acerco a los casos con maneras y aproximaciones diferentes, pero todav¨ªa sigo tan frustrada como siempre por ser infravalorada o encasillada¡±, declar¨® en una entrevista reciente la consultora, que ha publicado dos libros y protagonizado un docureality sobre los derechos de los ciudadanos llamado Justicia Final.
¡°Escuch¨¦ muchos comentarios sobre mis pechos, mi escote, mi forma de vestir, mi lenguaje¡ pero no ten¨ªa tiempo para ellos. Estaban envenenando a la gente, eran los responsables y lo sab¨ªan. As¨ª que, ?que les den! Esa era mi verdadera postura al respecto¡±, declar¨® Brockovich a la revista Vulture sobre la atenci¨®n y los juicios morales a los que se vio sometida. Mientras sus compa?eros le miraban las tetas y sus compa?eras criticaban el largo de su falda, la joven natural de Kansas romp¨ªa con todos los arquetipos del conservador mundo del derecho, encarn¨¢ndose en una David moderna que venci¨® al Goliat corporativo. ¡°Lo que importa est¨¢ en el interior¡±, defend¨ªa.
Una treinta?era, madre de tres hijos y divorciada en otras tantas ocasiones, disl¨¦xica y sin estudios en la materia, exmodelo y reina de la belleza en la costa del Pac¨ªfico consigui¨® un trabajo en el bufete por un accidente ¨Cde tr¨¢fico, concretamente¨C. Tras contratar los servicios del despacho de abogados Masry & Vititoe para que la representaran en el caso, Brockovich acab¨® consiguiendo un puesto como asistente en la empresa y, mientras organizaba el papeleo, destap¨® un caso que acab¨® convirti¨¦ndose en la mayor demanda civil de la historia del pa¨ªs hasta la fecha. Su investigaci¨®n descubri¨® que la compa?¨ªa energ¨¦tica Pacific Gas & Electric hab¨ªa ocultado durante 30 a?os la contaminaci¨®n de las aguas del pueblo de Hinkley, acabando ella misma ingresada en el hospital debido a las toxinas. Tras a?os de pleitos y reuniones, la sentencia le fue favorable y la multinacional tuvo que indemnizar a los 600 demandantes con 242 millones de euros, cerca de medio mill¨®n de d¨®lares por afectado.
Su power dressing estaba muy alejado del popularizado por Melanie Griffith en Armas de mujer una d¨¦cada antes. Tops con cuello halter, corpi?os de flores, min¨²sculas minifaldas de cuero, sujetadores push up con estampado de leopardo y vertiginosos tacones de aguja. Su retrato podr¨ªa aparecer en el diccionario brit¨¢nico junto a la definici¨®n del adjetivo brassy, que la prensa especializada repet¨ªa incesante en los art¨ªculos sobre su figura y que se utiliza para describir ¡°a la mujer que r¨ªe y habla demasiado alto, que se maquilla demasiado y viste ropa barata y con brillos¡±. Lo que en castellano tildar¨ªamos como una mezcla entre ordinaria y hortera.
Tal era el orgullo de Brockovich por su vestuario que, cuando acudi¨® al pase del filme, solo se quej¨® sobre un aspecto. ¡°Lo ¨²nico que es impreciso es que las faldas no son lo suficientemente cortas¡±, le dijo al director de la cinta, Steven Soderbergh. Tambi¨¦n se lament¨® Ed Masry, el jefe de Brockovich en el bufete de abogados que la convirti¨® en un icono, sobre la elecci¨®n de Roberts como protagonista. ¡°Tiene las tetas demasiado peque?as y la lengua muy poco sucia¡±, alegaba, sugiriendo la opci¨®n de Goldie Hawn como casting ideal.
La importancia de los estilismos para la activista medioambiental tambi¨¦n queda reflejada en una de las escenas m¨¢s memorables del filme, cuando Ed (interpretado por Albert Finney) le sugiere a Erin replantearse su forma de vestir por la ¡°incomodidad¡± que su vestuario ha creado en alguna de sus compa?eras. ¡°Pues da la casualidad que yo creo que me queda bien. Y mientras mi culo no sea de elefante, llevar¨¦ lo que me apetezca, si no le importa¡±, se defiende esta, que no solo deja sin ¨¢nimo de r¨¦plica a su mentor, sino que le insta a replantearse su gusto para las corbatas. En otra secuencia, cuando el abogado le pregunta a su asistente sobre c¨®mo piensa conseguir una informaci¨®n clave para el caso, pero confidencial, ella responde de manera taxativa: ¡°Las llaman tetas, Ed¡±.
Lo provocativo del vestuario lleg¨® incluso a asustar a la propia Julia Roberts, que tem¨ªa que fuese visto por los espectadores como una licencia art¨ªstica que buscaba sacar partido del atractivo de la actriz m¨¢s popular sobre la tierra en aquel tiempo. ¡°Quer¨ªamos que fuera visto como una parte tan integral de ella como su pelo o su voz. No quer¨ªamos que se pensara, ¡®Oh, hemos contratado a alguien con las piernas muy largas, as¨ª que vamos a ponerle las faldas m¨¢s cortas conocidas por la humanidad¡±. Roberts, que se alz¨® con su ¨²nico Oscar a la mejor actriz gracias a este papel, tambi¨¦n tard¨® un tiempo en habituarse a aparecer en el plat¨® con estos estilismos, pese a que otro audaz e ic¨®nico vestuario, el de Pretty Woman, la convirti¨® en una estrella. ¡°Yo tengo cosas en mi armario a las que llamar¨ªa vestidos. Erin tiene cosas en el suyo que llamar¨ªa vestis. El ¡®dos¡¯ final, eso que suele cubrir tu culo, es lo que falta¡±, evocaba en la revista Entertainment Weekly.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.