La incre¨ªble historia real de Michael Fagan, el joven borracho que se col¨® en el dormitorio de Isabel II
La nueva temporada de la serie The Crown recuperar¨¢ la ins¨®lita historia del pintor que trep¨® hasta los aposentos de la monarca en 1982, perpetrando la mayor brecha de seguridad en la corona brit¨¢nica de las ¨²ltimas d¨¦cadas.
Aunque quiz¨¢ no suscite la misma expectaci¨®n que ver el vestido de novia de Diana de Gales o la irrupci¨®n de Margaret Thatcher ¨Cinterpretada por Gillian Anderson¨C como l¨ªder del gobierno brit¨¢nico, sin duda ser¨¢ uno de los momentos m¨¢s comentados de la nueva temporada de The Crown. La cuarta tanda de episodios de la serie de Netflix, que llega a la plataforma este 15 de noviembre, tambi¨¦n ficcionar¨¢ uno de los episodios m¨¢s extravagantes e ins¨®litos de los ¨Cmuchos¨C vividos por Isabel II durante la d¨¦cada de los ochenta: la audiencia m¨¢s ¨ªntima de todas las ofrecidas por la monarca.
El 9 de julio de 1982 Michael Fagan hab¨ªa tocado fondo. Este pintor irland¨¦s, de por entonces 32 a?os, vagaba por las calles de Londres ahogando en pintas y estupefacientes varios las penas de una vida rota. Al desempleo se le sumaba la separaci¨®n de su mujer, Christine, que se hab¨ªa marchado de Londres junto a sus cuatro hijos en com¨²n. Fagan estaba en libertad condicional. Acababa de pasar tres semanas en la c¨¢rcel de Bristol por el robo de un veh¨ªculo con el que intent¨® visitar a Christine y los ni?os. Nadie podr¨ªa imaginar que aquel ladr¨®n borracho, muy alejado de los sofisticados villanos de las pel¨ªculas de James Bond, estaba a punto de perpetrar la mayor brecha en la seguridad de la corona brit¨¢nica del siglo XX.
En lugar de aplacar la embriaguez con un caf¨¦ doble o durmiendo la mona en casa, Michael Fagan decidi¨® pedirle explicaciones de su depresi¨®n a la mayor autoridad del pa¨ªs y, arropado por la oscuridad de la noche profunda, dirigi¨® sus pasos hacia el palacio de Buckingham. Despu¨¦s de saltar la verja, entr¨® en la sala de la colecci¨®n de sellos del rey Jorge V por una ventana abierta. Aunque son¨® la alarma hasta en dos ocasiones, los agentes pensaron que se deb¨ªa a un cortocircuito de la misma y la desconectaron. El irland¨¦s trep¨® por una tuber¨ªa m¨¢s de cuatro metros hasta el tejado, dej¨¢ndose los zapatos por el camino y un reguero de sangre al cortarse la mano. ¡°Gui¨¢ndose por los cuadros¡±, lleg¨® al dormitorio de la reina y, sin ser detenido por nadie, entr¨® en sus aposentos a las siete y cuarto de la ma?ana.
¡°Estaba m¨¢s asustado de lo que he estado nunca en mi vida. Despu¨¦s ella me habl¨®, y era como el cristal m¨¢s fino que pudieras romper: ¡®?Qu¨¦ est¨¢s haciendo aqu¨ª?¡¯¡±. As¨ª record¨® Fagan en una entrevista con el tabloide brit¨¢nico The Independent de 2012 el momento en el que os¨® correr las cortinas de la habitaci¨®n y despertar a Isabel II. Seg¨²n un informe de Scotland Yard, la reina consigui¨® mantener la calma y una conversaci¨®n de diez minutos con el pintor, que ¡°llevaba consigo un trozo de cristal de un cenicero roto con el que amenaz¨® con cortarse las venas en presencia de Su Majestad¡±. Antes de ser detenido por la polic¨ªa, fue un lacayo llamado Paul Whybrew el que consigui¨® calmar al joven ofreci¨¦ndole un cigarro y una copa de whisky, convirti¨¦ndose desde entonces en una figura de m¨¢xima confianza para la monarca. Hasta el punto de ser uno de los pocos con permiso para acercarse a ella durante el confinamiento.
Michael Fagan no entr¨® en prisi¨®n por lo sucedido aquel 9 de julio, ya que por entonces el allanamiento de morada no estaba tipificado como un delito criminal ¨Cla norma fue cambiada en 2007¨C. Sin embargo, la mayor sorpresa con respecto a su caso lleg¨® cuando los medios de comunicaci¨®n desvelaron que esa no hab¨ªa sido la primera excursi¨®n del padre de familia por los corredores de Buckingham. Un mes antes de los hechos, la noche del 8 de junio, Fagan ya se hab¨ªa paseado por el palacio, ¡°mirando obras de arte¡± durante media hora hasta que las doncellas avisaron del allanamiento. ¡°En sus paseos por los pasillos lleg¨® a la habitaci¨®n 108, donde los pr¨ªncipes de Gales guardaban los regalos que estaban llegando con ocasi¨®n del entonces inminente nacimiento del pr¨ªncipe Guillermo. Fagan revolvi¨® algunos papeles, abri¨® un armario, y all¨ª vio una botella de vino. Con ayuda de unas tijeras, empuj¨® el corcho y bebi¨®. Despu¨¦s, volvi¨® a salir de palacio¡±, describ¨ªa Andr¨¦s Ortega en su cr¨®nica para El Pa¨ªs. El ¨²nico delito por el que se pudo juzgar al joven fue por el robo de aquella media botella de vino, pero un tribunal londinense le absolvi¨® de los cargos.
El caso Fagan oblig¨® al gobierno de Thatcher ¨Cque mantuvo una audiencia especial con la soberana al respecto¨C a dar cuentas ante un Congreso escandalizado y a desplegar nuevas medidas de protecci¨®n de la residencia de la monarca. ¡°No s¨¦ por qu¨¦ lo hice, algo se meti¨® en mi cabeza¡±, asegura el intruso, incapaz de explicar cuatro d¨¦cadas despu¨¦s los motivos de su visita. Fagan ingres¨® en un centro psiqui¨¢trico durante varios meses y se convirti¨® en una celebridad nacional, llegando incluso a publicar una versi¨®n punk del God Save The Queen con la banda The Bollock Brothers. En los a?os posteriores, volvi¨® a tener problemas de orden p¨²blico, siendo acusado de agredir a un polic¨ªa y, posteriormente, entr¨® en prisi¨®n por un delito de tr¨¢fico de drogas. En julio de 2019 un joven de 22 a?os trat¨® de imitar su ¡°haza?a¡± sin ¨¦xito.
Fagan ha asegurado que si alguien se hubiera atrevido a llevar a la gran pantalla su historia, le hubiera gustado que fuera su actor favorito, Al Pacino, quien lo interpretara. Quiz¨¢ algo maduro ya Pacino, de momento el pintor tendr¨¢ que conformarse con los actores Eddie Marsan, que le dio vida en el telefilme Walking the dogs de 2012 con Emma Thompson; y Tom Brooke, que se pondr¨¢ en su piel en la esperad¨ªsima nueva temporada de The Crown.
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