¡°Para ser actor es importante seguir haciendo la colada¡±

Le dieron su primer papel a los ocho a?os, cuando interpret¨® a una oveja en una producci¨®n canadiense de El cascanueces. Hace tres a?os, Sarah Gadon logr¨® subir varias divisiones en breves instantes cuando David Cronenberg vision¨® la cinta que le hab¨ªa mandado para que la contratara para Un m¨¦todo peligroso. El director canadiense qued¨® prendado de esta desconocida de rostro ambiguo, entre angelical y bergmaniano, a la que regal¨® el papel de Emma Jung, la esposa del c¨¦lebre psicoanalista. Desde entonces han rodado tres pel¨ªculas. En Cosmopolis, Gadon fue la esposa de Robert Pattinson, con quien repite en Maps to the Stars, reci¨¦n presentada en el Festival de Cannes. En la pel¨ªcula, Gadon interpreta a la fallecida madre de Havana Segrand (una Julianne Moore desbocada y espectacular), una antigua estrella de Hollywood que regresa para atormentarla, en una parodia de la industria cinematogr¨¢fica cargada de mala leche. La actriz, que tambi¨¦n protagoniz¨® Antiviral ¨Cel debut del hijo del director canadiense, Brandon Cronenberg¨C, acaba de estrenar Enemy, de Denis Villeneuve (Prisioneros) y The Amazing Spider-Man 2, donde interpreta un peque?o papel, su primero en Hollywood. Todo apunta que no ser¨¢ el ¨²ltimo.

?Comparte la visi¨®n oscura de Hollywood que transmite la pel¨ªcula?

Es importante observar a Hollywood con ojo cr¨ªtico, pero mi punto de vista no es enteramente negativo. Maps to the stars es una cr¨ªtica a su lado m¨¢s extremo, igual que Cosmopolis criticaba el aspecto m¨¢s exagerado del mundo de las finanzas. Pero eso no significa que todo lo que se hace en Hollywood sea malo. Se dedican b¨¢sicamente a hacer cine para las masas, pero tambi¨¦n hay gente que nada a contracorriente. Dir¨ªa que eso siempre ha sido as¨ª. Mire a Douglas Sirk. Trabaj¨® siempre para los grandes estudios, pero habl¨® de problemas raciales o de homosexualidad en plenos a?os cincuenta. Por otra parte, cuando uno quiere ser un actor con trabajo, tiene que encontrar la manera de mantener una relaci¨®n sana con Hollywood.

?C¨®mo evita volverse tan loca como el personaje de Julianne Moore en Maps to the stars?

Lo consigo no viviendo en Los Angeles [risas]. Vivo en Toronto, lo que tal vez explique que no tenga problemas ni adicciones. Sigo el ejemplo de Cronenberg, que sigue viviendo una vida normal en Canad¨¢ pese a ser un director tan conocido. Para un actor, es importante mantenerse a una distancia prudencial de este mundo de excesos. Es importante seguir haciendo tu colada cuando no est¨¢s trabajando y no salir solo con actores. Aunque, en el fondo, supongo que uno puede volverse rid¨ªculo y mimado en cualquier lugar, y no solo en Hollywood. Es curioso, porque los actores tenemos una relaci¨®n muy extra?a con la fama. Luchamos por ser reconocidos y, cuando lo conseguimos, nos pasamos el resto de la vida intentando escapar.

?Se diferencia mucho Cannes de Hollywood?

Dir¨ªa que no es muy distinto. Por aqu¨ª pasan las mayores estrellas del planeta y est¨¢ lleno de servicios VIP, lounges promocionales y prostitutas [risas]. Tal vez lo que distingue a Cannes es que aqu¨ª se encuentran dos mundos tan distintos como el arte elevado y el lado m¨¢s industrial del cine. Recuerdo que cuando vine por primera vez, hace dos a?os, me pareci¨® totalmente loco. Entonces ten¨ªa dos pel¨ªculas, Cosm¨®polis y Antiviral, y me tuve que quedar muchos d¨ªas. Ahora solo estar¨¦ un par de d¨ªas, lo cual prefiero. No s¨¦ c¨®mo se lo hacen ustedes para quedarse dos semanas. Te debes de volver un poco loco.

?Qu¨¦ le disgusta de Cannes?

Hay algo muy perturbador en su forma de funcionar. En los asientos donde estamos sentados ahora mismo, dentro de media hora se sentar¨¢n los actores de otra pel¨ªcula, que a la vez ser¨¢n sustituidos por otros dentro de un par de horas. Cuando lo piensas, es extra?o. Pero, de vez en cuando, tambi¨¦n pasan cosas bonitas. Hace dos a?os, me presentaron a Peter Lindbergh en una cena en el Hotel du Cap-Eden [lujoso enclave a pocos kil¨®metros de Cannes donde F. Scott Fitzgerald escribi¨® Suave es la noche]. A la ma?ana siguiente, estaba en la playa metida en un vestido de Stella McCartney con Lindbergh haci¨¦ndome fotos para The New York Times¡­

Getty

Uno de los adjetivos que m¨¢s se repiten cuando se habla de usted es 'hitchockiana'.

Vaya, no s¨¦ qu¨¦ decir, salvo que me parece un buen cumplido, porque Hitchcock siempre trabaj¨® con mujeres inteligentes.

Otro cumplido m¨¢s: Cronenberg me dijo una vez que si contrataba a estrellas como Keira Knightley o Michael Fassbender era para que los productores le dejaran emplear tambi¨¦n ¡°a actrices como Sarah Gadon¡±. ?C¨®mo se lo toma?

Oiga, me est¨¢ levantando la moral. No s¨¦ por qu¨¦ Cronenberg sigue llam¨¢ndome en cada pel¨ªcula, pero no sabe cu¨¢nto me alegro de que lo haga. Es un lujo porque no solo es un genio, sino que encima es amable y te da una incre¨ªble libertad. Es lo contrario a un director controlador. Siempre me he sentido muy atra¨ªda por su cine. Me gustan las pel¨ªculas que me hacen pensar, como espectadora y como actriz. No soporto a esos directores que te dicen: ¡°No pienses mucho en tu papel¡±. ?C¨®mo se logra algo as¨ª?
Acaba de estrenar 'The Amazing Spider-Man 2', donde vuelve a interpretar a una mujer virtual: la cara visible de la compa?¨ªa Oscorp, que solo aparece en los videos corporativos. ?Por qu¨¦ cree que le proponen a tantas mujeres espectrales?

Tiene raz¨®n. A veces me pregunto si no ser¨¦ un fantasma. Intento llevar todos mis personajes a mi terreno. Prefiero interpretar a mujeres inteligentes, aunque puede que no diga que no a un papel funcional si tengo la posibilidad de hacer algo interesante con ¨¦l.

Estudi¨® teor¨ªa del cine en Toronto. ?Qu¨¦ le impuls¨® a hacerlo?

Cuando ten¨ªa 12 a?os fund¨¦ un cineclub en mi escuela. Nos junt¨¢bamos todos y ve¨ªamos pel¨ªculas que nos hac¨ªan sentir especiales, como Harold y Maude. La directora Agn¨¨s Varda se convirti¨® en mi ¨ªdolo. Hay pocas mujeres en la industria que hayan trabajado durante tanto tiempo, y todav¨ªa menos directoras que actrices. La conoc¨ª una vez en Santa M¨®nica, donde se proyectaba un programa doble formado por Cl¨¦o de 5 a 7 y Sin techo ni ley. Pero me puse tan nerviosa que no le dije ni una palabra.

Ha dicho que procede de una familia de clase media de un tranquilo barrio residencial de Toronto. ?C¨®mo aceptaron su vocaci¨®n-?

?Les pareci¨® extra?o, porque nadie en mi familia ha sido nunca actor, y nadie en mi barrio ten¨ªa relaci¨®n alguna con las artes. Cuando ten¨ªa ocho a?os les dije a mis padres que me mandaran a la escuela de arte. Ten¨ªa que trasladarme cada d¨ªa a la otra punta de la ciudad, lo que me dio la sensaci¨®n de vivir cosas distintas al resto. Esa experiencia dio forma a mi pasi¨®n por las artes.

Su padre es psic¨®logo. ?Qu¨¦ s¨ªntoma le diagnostic¨®?

Ninguno [risas]. Mis padres me dijeron que me dejar¨ªan hacerlo, pero solo si trabajaba todo lo que pudiera. Me dijeron que lo ¨²ltimo que quer¨ªan que fuera era uno de esos artistas que malviven de lo que hacen. Lo entendieron y me apoyaron, aunque no lo compartieran.

Cronenberg la defini¨® ayer como ¡°una estrella ascendente¡±. ?Se ve as¨ª?

En absoluto. Mi vida no tiene nada de estelar. Todo lo que hago es trabajar e irme a casa, y volver a empezar la ma?ana siguiente. Es cierto que a veces se viven cosas surrealistas, extra?as y excesivas por el hecho de empezar a ser un poco conocida, pero intento no pensar demasiado en ellas para no volverme loca. S¨¦ que soy muy afortunada, pero a la vez todo esto no me parece nada normal.